El color en libertad
Una retrospectiva recorre en Bilbao la trayectoria de la pintora Menchu Gal a trav¨¦s de sus bodegones, paisajes y retratos

Cuando con 13 a?os Menchu Gal (Ir¨²n, 1919-2008) inici¨® sus estudios de pintura en una academia de Par¨ªs, su maestro solo le permit¨ªa usar tres colores. Con el blanco, el negro y el tierra deb¨ªa arregl¨¢rselas para crear los bodegones de inspiraci¨®n cubista que le impon¨ªan en la escuela. La joven pintora pronto rompi¨® los cors¨¦s impuestos y dejo volar sus pinceles hacia las formas curvas y la explosi¨®n de colores. "Pinto como respir¨®", le gustaba decir a la artista. Su forma de entender la pintura sin ataduras, abierta a las influencias y en contacto con el entorno natural y las personas que le rodearon, queda plasmada en la los bodegones, los paisajes y los retratos de la exposici¨®n Menchu Gal: Un esp¨ªritu libre, que hoy se inaugura en el Bizkaia Aretoa, en Bilbao.
La exposici¨®n, organizada por el comisario Rafael Sierra, ordena la gran producci¨®n de Menchu Gal agrupando los grandes temas que trabajo a lo largo de su vida. Los bodegones de inspiraci¨®n cubista, de colores austeros y formas rectas abren la exposici¨®n.
La cr¨ªtica ha vuelto recientemente la atenci¨®n hacia esos bodegones, en contra del criterio de la artista que nunca se mostr¨® satisfecha de unas pinturas, m¨¢s frecuentes en sus a?os j¨®venes, en los que mostraba una clara influencia del cubismo de Gris y Picasso y un inter¨¦s en reducir las formas y la paleta crom¨¢tica.
Pintora a la que no le gustaba dibujar y r¨¢pida en la ejecuci¨®n de los lienzos, encontr¨® en la explosi¨®n de colores del fauvismo un terreno en el que se encontraba m¨¢s a gusto. "Dedicaba un tiempo a cargarse de sensaciones frente a un paisaje, marcar unos puntos b¨¢sicos, y luego pintar el cuadro r¨¢pidamente", recuerda el cr¨ªtico Edorta Kortadi, responsable art¨ªstico de la Fundaci¨®n Menchu Gal.?
La pintora reconoc¨ªa lo feliz que se sent¨ªa plasmando una vista en? el cuadro
En la segunda sala, la exposici¨®n se abre a los paisajes de Menchu Gal, captados en el Pa¨ªs Vasco, en Navarra, en Castilla o en Ibiza. Fue el pintor Benjam¨ªn Palencia quien le ense?¨® en los a?os en los que formo parte de la Escuela de Madrid a descubrir el paisaje. Ella, la ¨²nica mujer, entre los integrantes del grupo, aport¨® los verdes del Norte y el lirismo de sus escenas.
"Pintar paisaje me crea tal estado de felicidad que, en el fondo, quiz¨¢ lo que quiero es ser feliz", reconoc¨ªa la artista. Y debi¨® conseguirlo porque sigui¨® plasmando paisajes toda su vida. Menchu Gal encontr¨® a finales del los a?os 50 del siglo XX una nueva inspiraci¨®n en el fauvismo para cargar del color su pintura. Frente a la austeridad de los bodegones de corte cubista, entr¨® en un mundo de curvas y color, "en una pintura m¨¢s emocional", dice Kortadi.? En contacto directo con la Naturaleza, vuelve a fijarse en el paisaje del Pa¨ªs Vasco, en su costa y sus puertos, y, como siempre a lo largo de toda su trayectoria, en la comarca del Bidasoa para pintar sus cuadros, acerc¨¢ndose al lenguaje expresionista.
"Si algo provoca la obra de la artista vasca, m¨¢s all¨¢ de tem¨¢ticas, m¨¢s all¨¢ de su expresi¨®n a trav¨¦s de corrientes como el cubismo o el fauvismo es la sensaci¨®n de cercan¨ªa", explica el comisario.
La sala que cierra la exposici¨®n, 167 pinturas de una larga vida art¨ªstica, est¨¢ dedicada a los retratos. Siempre eleg¨ªa modelos con los que manten¨ªa una relaci¨®n directa. Pint¨® a sus colegas Vela Zanetti y Zabaleta, a? Julio Caro Baroja y, en muchas ocasiones, a su madre, incluso de memoria cuando ya hab¨ªa fallecido. "Las fotograf¨ªas que se conservan de Manchu Gal dicen mucho de su mirada , la misma mirada profunda con la que dot¨® a muchos de sus retratados, y tambi¨¦n de su car¨¢cter fuerte, decidido, el temperamento de una mujer que tuvo claro que su destino era ser artista", concluye Sierra.
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