Una isla de objetos ¨²nicos

Parece una isla situada en mitad de la Diagonal de Barcelona. Los diecis¨¦is expositores de la Fira de Brocanters vuelven, como si fuera una m¨¢s de las tradiciones de Navidad, a vender productos de decoraci¨®n, coleccionismo y antig¨¹edades. Este a?o celebran la 46 edici¨®n (los ¨²ltimos 20 a?os entre la plaza de Francesc Maci¨¤ y la calle Beethoven), tan preocupados por la crisis como el resto de comerciantes, pero con ganas de vender los cerca de 3.000 obras ¨²nicas que ponen a disposici¨®n de todos. Parece mentira la cantidad de objetos que se encuentran en tan poco espacio: bastones, tel¨¦fonos de baquelita, esculturas, mu?ecas de porcelana, objetos modernistas, jarrones de vidrio dec¨®, bolsos de plata, cuadros, peque?os muebles, decoraci¨®n de los a?os cincuenta a los ochenta, esculturas africanas, l¨¢mparas, bisuter¨ªa y joyas y un largo etc¨¦tera.

Pedro Cerd¨¢n, de Stafford, asegura que pese a la situaci¨®n negativa actual, se sigue vendiendo bien. En su stand se pueden ver l¨¢mparas, centros de mesa de cristal de los a?os cincuenta del siglo XX y piezas m¨¢s caras como esculturas de marfil y una cabeza de bronce que representa al pintor italiano Arcimboldo firmada por el escultor Berrocal desmontable. ¡°Antes se vend¨ªa por unos 6.000, pero ahora su precio est¨¢ en unos 4.000 euros¡±, asegura. Seg¨²n Cerd¨¢n, las piezas que m¨¢s se venden son de peque?o tama?o, mientras que los muebles tienen poca salida. El p¨²blico es bien variado: se?oras de edad, pero tambi¨¦n j¨®venes en busca de un regalo original para sorprender.

El pasillo por donde deambulan los posibles compradores no deja de recibir nuevos visitantes. Muchos preguntan los precios y dicen que volver¨¢n despu¨¦s de dar una vuelta. Tienen tiempo hasta el d¨ªa 23 de diciembre (de 11 a 21 horas ininterrumpidas), cuando la feria cerrar¨¢. Durante los dos primeros d¨ªas la han visitado m¨¢s de 5.000 personas. Lo primero que han podido ver todos han sido una decena de inventos del siglo XIX y XX, como una m¨¢quina de coser ¡°silencieuse¡± de 1860, un fon¨®grafo Edison de 1903, un proyector de luz de cine de 1920 y un televisor Bush, de 1949, entre otros. Una exposici¨®n homenaje del coleccionista Francesc Arellano que deja claro lo mucho que hemos avanzado en tecnolog¨ªa y el poder de atracci¨®n que siguen teniendo estos objetos pioneros entre nosotros.