El tren penetra al palacio
El palacio de los Duques de Fern¨¢n N¨²?ez acoge hasta el 5 de enero la exposici¨®n de escultura Ferrocarriles imaginarios
El tren. El tren de vida. El tren de vida de los duques. El tren de? vida los duques de Fern¨¢n N¨²?ez en su palacio.....Un convoy acaba de penetrar en el Patio Rosa de esta gran casa, situada en la calle de Santa Isabel, considerada como uno de los recintos m¨¢s suntuosos de Madrid. Cinco maquinistas conducen sendos vagones. Se trata de otros tantos escultores que han guiado hasta all¨ª sus obras, reunidas en una exposici¨®n que lleva por t¨ªtulo Ferrocarriles imaginarios. Unos, como David Canogar y Zvonimir Kremenic, han empleado metales; otros, como Jos¨¦ Luis Romero y David Gonz¨¢lez Grande, han labrado madera; y la taiwanesa Czili, ha adentrado su m¨¢quina a trav¨¦s de un t¨²nel a modo de celos¨ªa de malla f¨¦rrea. Desde distintas miradas, han querido recrear el ancho horizonte del ferrocarril en una exposici¨®n que tiene por escenario la sede madrile?a de Adif y Renfe-Operadora, la administradora de infraestructuras ferroviarias y la hist¨®rica compa?¨ªa de las v¨ªas f¨¦rreas espa?olas, respectivamente.
La muestra presenta las cinco obras singulares hasta el pr¨®ximo 5 de enero, en horario iniciado al mediod¨ªa y culminado a las ocho de la tarde. Los visitantes pueden evocar all¨ª el universo de hierro, madera, luces, paisaje y ritmos vinculados al tren, la prodigiosa m¨¢quina que moderniz¨® el Planeta desde mediados del siglo XIX, uniendo pueblos, activando el comercio, tendiendo estrechos lazos entre gentes diversas y, de tal modo, yugulando eficazmente la lejan¨ªa y el aislamiento secular.
Fue precisamente entonces, en una ¨¦poca en la cual los emprendimientos del empuje industrial alboreaban, cuando el palacio que alberga esta muestra cobr¨® todo su esplendor. Sobre un predio donde tuviera su casa Antonio P¨¦rez, secretario privado y fugitivo de Felipe II, se alz¨® dos siglos despu¨¦s, en 1790, el edificio originario. Fue ideado a finales del siglo XVIII por el arquitecto fernandino Antonio L¨®pez Aguado, autor asimismo del palacio donde se aloja el Museo Thyssen en el Paseo del Prado: cubierta plana, tres plantas, 24 ventanales, dos portones y fachada recta apilastrada carente de adornos, el exterior s¨®lo insin¨²a levemente la riqueza de sus estancias interiores por la anchurosa largueza de sus dimensiones: El estilo neocl¨¢sico de los L¨®pez Aguado -Mart¨ªn, hijo de Antonio, mejor¨® la construcci¨®n- quedaba signado por la m¨¢s grave sequedad.
Pero tan austero semblante fue trastocado al completo dentro del palacio que, junto al de Linares, donde reside la Casa de Am¨¦rica y el de Buena Vista, sede del Cuartel General del Ej¨¦rcito y ambos ubicados en la plaza de Cibeles, pasa por ser el m¨¢s lujoso de cuantos recintos palaciegos Madrid conserva. A su primera transformaci¨®n por Mart¨ªn L¨®pez Aguado en 1847 hay que a?adir la reforma realizada posteriormente por Fernando Ruiz Jaime, Federico Echevarr¨ªa y Horacio Dom¨ªnguez. Su propiedad perteneci¨® al primer Duque de Fern¨¢n N¨²?ez, cuyo yerno, el conde de Cervell¨®n, lo transform¨® y decor¨® profusamente. Para ello cont¨® con el buen gusto propio, cincelado por el esp¨ªritu rom¨¢ntico de la ¨¦poca, m¨¢s el ascendiente cortesano de los Fern¨¢n N¨²?ez, cuyo linaje y predicamento en la corte borb¨®nica isabelina gozaba de elevada preeminencia? econ¨®mica y pol¨ªtica. Tanta, que las fiestas de Carnaval, con deslumbrantes disfraces, y las recepciones diplom¨¢ticas, de pantagru¨¦licos banquetes, celebradas en sus suntuosos salones cobraron en Madrid y en las principales capitales europeas una nombrad¨ªa reiteradamente encomiada por la Prensa de la ¨¦poca y la cr¨®nica social.
Recorrer hoy las estancias del palacio -s¨®lo se aceptan grupos organizados adultos con cita previa- brinda al visitante la evocaci¨®n de una ¨¦poca trepidante, para los ricos, claro, dada la magnificencia de sus estancias. La sala de baile parece concebida, ya en el siglo XIX, para el a¨²n entonces inexistente cinemat¨®grafo, por el destello de sus ara?as de Baccarat; por sus paredes enteladas con copias de tapices procedentes de cartones de Goya; por sus gabinetes forrados de maderas nobles y por su espl¨¦ndido comedor, embutido en taraceas de caoba y otras maderas nobles, presentes asimismo en marqueter¨ªas de fin¨ªsima hechura. Tal vez por todo ello, el palacio ha asistido al rodaje en su interior de una decena de filmes de ¨¦poca y series de televisi¨®n, como ?D¨®nde vas Alfonso XII?, de Luis C¨¦sar Amadori, en 1958.
Durante la Guerra Civil, el palacio fue ocupado por las Juventudes Socialistas Unificadas en 1936. Sus ajuares fueron puestos a salvo por el celo art¨ªstico de las autoridades republicanas, que los concentraron en la bas¨ªlica de San Francisco el Grande hasta el fin de la contienda en 1939. Fue entonces cuando la V Duquesa de Fern¨¢n N¨²?ez vendi¨® el palacio a la Compa?¨ªa Nacional de los Ferrocarriles del Oeste de Espa?a, pues las v¨ªas f¨¦rreas espa?olas no fueron nacionalizadas hasta un a?os despu¨¦s con el nombre de Red Nacional de Ferrocarriles Espa?oles. Fue precisamente Renfe, m¨¢s en concreto su Consejo de Administraci¨®n, el que a partir de su fundaci¨®n en 1941, asentar¨ªa sus reales en la gran casa de los Fern¨¢n N¨²?ez. En 1967, el palacio fue elegido para alojar el Museo del Ferrocarril, posteriormente trasladado a la antigua estaci¨®n de Delicias.
Por todo ello, la exposici¨®n Ferrocarriles imaginarios parece incorporar a su concepto todo el legado hist¨®rico de cuanto all¨ª le rodea: el esp¨ªritu de distinci¨®n de la aristocracia; el talante emprendedor de la burgues¨ªa ilustrada madrile?a; el trabajo duro de la clase obrera ferroviaria y el aliento irrefrenable del ferrocarril que, en estas cinco singulares esculturas, parece cantar al visitante una procelosa melod¨ªa,? al comp¨¢s de su vitalidad signada por el golpeteo gozoso de los vagones sobre los travesa?os y el hierro de los ra¨ªles.
Ferrocarriles imaginarios. De 12.00 a 20.00. Palacio de Fern¨¢n N¨²?ez. Santa isabel, 44. Acceso gratuito. Cerrado domingos y festivos. Acceso gratuito. Hasta el 5 de enero
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