Una jornada deliciosa

Es con toda probabilidad este Cascanueces el mejor ballet de entre los cl¨¢sicos que ha versionado Gediminas Taranda (Kaliningrado, 1961), y donde se siente m¨¢s suelto y dominante, y es que este argumento lo permite por encima de otros, como Lago o Bella (por mencionar las otras dos patas del tr¨ªpode sagrado Petipa-Ivanov-Chaicovski). Taranda reelabora el gui¨®n, pero mantiene una parte considerable de los elementos can¨®nicos y el trabajo se ennoblece con la numerosa participaci¨®n de ni?os madrile?os, que animan, divierten y bailan lo suyo, disciplinados y entregados a la que para muchos de ellos es su primera e inolvidable participaci¨®n esc¨¦nica. La iniciativa es magn¨ªfica desde todo punto de vista, y algunos estudiantes ya apuntan maneras. Los m¨¢s peque?os hacen de la funci¨®n una jornada deliciosa.

La posibilidad de explayar el decorado sobre un escenario digno es algo a tener en cuenta. No hay color de ver a esta misma compa?¨ªa y esta misma producci¨®n en otro escenario, si bien ubicado en la Gran V¨ªa, con menos posibilidades para la mec¨¢nica esc¨¦nica y para el baile mismo. Las decoraciones de Zlobin, ateni¨¦ndose a la tradici¨®n, son ricas de dibujo; los telones con transparencias y el juego entre motivos on¨ªricos y reales, recrean unos espacios de car¨¢cter fe¨¦rico coloristas y convencionales, pero adecuados al desarrollo del ballet. En ellos se sit¨²a el vestuario de Epatieva, una profesional solvente y reconocida. Sus trajes para el Vals de las Flores o la Danza ?rabe son un primor de dibujo y selecci¨®n de materiales, lo mismo que esa idea de ambiente de cuento infantil ilustrado a base de planos de colores muy conseguida.

En cuanto al baile, la compa?¨ªa se muestra compacta y en forma esta vez (aunque siguen faltando elementos num¨¦ricos para completan los coros y otras necesidades del cl¨¢sico), y es una sorpresa Radamaria Duminika, una artista de figura gr¨¢cil, con buena l¨ªnea y t¨¦cnica firme que asume el personaje de Masha desde lo infantil a la abstracci¨®n sinf¨®nica del gran pas de deux del segundo acto, un sutil cambio estil¨ªstico que la bailarina debe bordar. Su partenaire Nariman Bekzhanov, ya conocido del p¨²blico de Madrid, se muestra m¨¢s en forma y sus saltos son vigorosos, am¨¦n de bien terminados.

En cuanto al pas de deux de marras hay que acotar varias cosas. Taranda elude dificultades y fraseo que sor consustanciales a la m¨²sica y al estilo; su adaptaci¨®n navega con algo de indecisi¨®n entre la herencia de Ivanov y la trabada (pensemos en velocidad, giros, bater¨ªa y peque?os saltos) y admitida versi¨®n de Vainonen, si bien, en su caso, el paso obligado por la versi¨®n de Yuri Grogorovich en Bolshoi es tambi¨¦n un referente con presencia en la lectura.

CASCANUECES. Ballet Imperial Ruso. Coreograf¨ªa y libreto: Gediminas Taranda; m¨²sica: P. I. Chaicovski; decorados: Andrey Zlobin; vestuario: Anna Epatieva. Teatro Nuevo Teatro Alcal¨¢. Hasta el 30 de diciembre.