La Complutense pide trasladar una capilla y reabre la pol¨¦mica religiosa
El Arzobispado de Madrid teme "incidentes y ataques¡± Ve un ¡°grave¡± perjuicio a los alumnos cat¨®licos si se cambia de sitio el templo de Geograf¨ªa
La capilla de la Facultad de Geograf¨ªa de la Complutense est¨¢ en la planta baja del vetusto edificio. Hay una pila bautismal a la entrada y 10 bancos rojos alineados delante de un portal de Bel¨¦n. Todos los d¨ªas se celebra una misa. A pocos metros, un aula m¨¢s peque?a, de unos 50 metros cuadrados, sirve para albergar clases sueltas de Historia de Am¨¦rica o Numism¨¢tica. El decano de la Facultad de Geograf¨ªa e Historia de la Universidad Complutense, Luis Enrique Otero, quiere cambiar una por otra aduciendo motivos de espacio. El Arzobispado de Madrid lo rechaza y alerta de que supondr¨ªa un ¡°grave e irreparable perjuicio a los cristianos de esa facultad¡± y del riesgo de ¡°incidentes y ataques nada deseables¡±.
Hace dos a?os, varias decenas de alumnas irrumpieron en la capilla de la Facultad de Psicolog¨ªa. Algunas se desnudaron y se besaron en una performance de protesta. Hubo cuatro detenidos y una gran pol¨¦mica que vuelve a reabrirse. La Complutense y el Arzobispado se reunir¨¢n a final de mes para retomar aquel debate: ?Tienen cabida los centros de culto en las universidades p¨²blicas?
¡°Nuestra funci¨®n es la docencia y la investigaci¨®n. No deber¨ªa haber capillas en los centros p¨²blicos en un Estado aconfesional¡±, reflexiona el decano de Geograf¨ªa. En junio de 2010, impuls¨® una iniciativa que respald¨® la junta de facultad (formada por alumnos, profesores y personal de administraci¨®n) para reclamar el cierre de la capilla. A¨²n era rector Carlos Berzosa y no hab¨ªa estallado la pol¨¦mica del Campus de Somosaguas, que provoc¨® todo tipo de reacciones tanto a favor como en contra (manifiestos de laicidad, misas multitudinarias en el campus...) pero ning¨²n cambio. La petici¨®n de Geograf¨ªa e Historia qued¨® congelada.
El actual rector, Jos¨¦ Carrillo lleg¨® en abril de 2011, con la pol¨¦mica a¨²n caliente, y se mostr¨® partidario de debatir sobre si las capillas ¡°son necesarias en el ¨¢mbito p¨²blico¡± aunque a?adi¨® que no era un tema ¡°prioritario¡±. La petici¨®n de cambio de aula que ha tramitado Geograf¨ªa ha vuelto a poner el asunto sobre la mesa.
Las capillas de la Complutense, con ocho templos, quedaron protegidas en un acuerdo firmado hace 20 a?os entre el Arzobispado y el entonces rector Gustavo Villapalos. La Complutense se ha acogido a ese convenio para convocar una reuni¨®n con el Arzobispado, que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo 23 de enero. Un portavoz del Rectorado descart¨® ayer pronunciarse e indic¨® que manifestar¨¢n su postura tras el encuentro, sin aclarar si denunciar¨¢n el convenio para sacar los templos de la universidad como se?alaba el diario La Gaceta el 3 de enero.
Una representante del Arzobispado de Madrid tambi¨¦n declin¨® hacer declaraciones, aunque su postura est¨¢ recogida en la carta que el obispo auxiliar de Madrid, C¨¦sar Franco, envi¨® a la Complutense tras conocer la intenci¨®n de Geograf¨ªa de cambiar la capilla de sitio.
Los problemas de espacio, explica el decano, se deben a la progresiva implantaci¨®n del Espacio Europeo de Educaci¨®n, el llamado plan Bolonia. Geograf¨ªa pas¨® de tres licenciaturas a albergar cinco grados, con unos 140 alumnos m¨¢s y nuevos m¨¢steres. La filosof¨ªa del plan Bolonia obliga adem¨¢s a desdoblar los grupos grandes en clases m¨¢s peque?as para garantizar las pr¨¢cticas. Luis Enrique Otero explica que han hecho obras para dividir en dos las aulas m¨¢s grandes y que ocupan todas las dependencias de la facultad ¡ª¡°hasta la biblioteca¡±¡ª para dar clase, aunque siguen sin espacio suficiente mientras mantienen ¡°una capilla abierta a la que apenas acuden cinco o 10 personas al d¨ªa¡±, seg¨²n sus estimaciones. ¡°?Qu¨¦ deber¨ªamos decir si alumnos de otras confesiones religiosas tambi¨¦n quieren un templo para orar? ?No tendr¨ªan el mismo derecho?¡±, se pregunta.
Tras recibir la petici¨®n de Geograf¨ªa, la asesor¨ªa jur¨ªdica de la Complutense elabor¨® un informe que establece los pasos a seguir. Primero hay que reunir a la comisi¨®n mixta (con tres representantes de cada parte interesada) e intentar alcanzar un acuerdo para la desacralizaci¨®n de la capilla.
El argumento de la falta de sitio no convenci¨® al Arzobispado. ¡°Las razones aducidas de espacio son insuficientes para justificar un da?o tan gran ocasionado a los alumnos, profesores y PAS [Personal de Administraci¨®n y Servicios] que a diario se benefician de los servicios religiosos¡±, manifest¨® en una carta el obispo auxiliar C¨¦sar Franco el pasado febrero. Tras los sucesos de Somosaguas, Franco presidi¨® en marzo de 2011 una misa de desagravio en el campus por la ¡°profanaci¨®n¡± de la capilla, que compar¨® con el episodio de la Biblia en el que Jes¨²s expuls¨® a los mercaderes del templo. En su misiva, relaciona la petici¨®n de Geograf¨ªa con riesgo de ¡°nuevos incidentes y ataques nada deseables¡± tras recordar los ¡°desagradables sucesos por parte de algunos grupos que de manera irrespetuosa e intolerante atacaron¡± el lugar de culto.
A?ade que esta decisi¨®n podr¨ªa producir ¡°un grave e irreparable perjuicio a los cristianos de esa facultad¡±. Seg¨²n su versi¨®n, es ¡°muy frecuentada y presta servicio a un creciente n¨²mero¡± de fieles. El obispo auxiliar destaca adem¨¢s que el arquitecto que proyect¨® la facultad la dise?¨® ¡°como lugar particularmente cuidado y reservado para el culto¡±.
Su condici¨®n de ¡°lugar sagrado¡± evita dedicarlo a usos diferentes ¡°o profanos¡±, seg¨²n Franco, ¡°a no ser que, por razones graves, se proceda a la desacralizaci¨®n de la capilla por parte de la autoridad competente¡±, que en este caso ser¨ªa el arzobispo de Madrid, Antonio Maria Rouco Varela. Apela a que esta decisi¨®n ¡°no responde al verdadero esp¨ªritu universitario¡± al que aludi¨® el Papa Benedicto XVI en su visita a Madrid con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud: ¡°la Universidad est¨¢ llamada a ser la casa donde y busca la verdad propia d de la persona humana¡±.
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