El ¡®cancerbero¡¯ de Gonz¨¢lez
Salvador Victoria se ha destapado en apenas tres meses como un guardi¨¢n temible de las pol¨ªticas del PP y el segundo hombre m¨¢s poderoso de Madrid
Los m¨¢s de 100 d¨ªas que Ignacio Gonz¨¢lez lleva gobernando Madrid han dejado, aparte de su condici¨®n como pr¨ªncipe de las mareas ¡ªpara hoy hay convocada una nueva manifestaci¨®n contra la privatizaci¨®n de la gesti¨®n de seis hospitales y 27 centros de salud¡ª, la confirmaci¨®n de Salvador Victoria como la nueva estrella del rock del Ejecutivo regional. En mucho m¨¢s que el portavoz. Ni el mism¨ªsimo Gonz¨¢lez acumul¨® tantos poderes, y en tan poco lapso de tiempo, a la sombra de Esperanza Aguirre. Y eso que era su favorito. ¡°Salvador ha sabido esperar, hacerse a su papel en cualquier momento. Ahora le ha llegado la recompensa, con todo lo que conlleva¡±, resume un testigo de su ascenso en la Puerta del Sol como vicepresidente de facto, por m¨¢s que esa canciller¨ªa ya no exista.
Una trayectoria en la que Victoria, adem¨¢s de ser la voz de la Comunidad, es el consejero de Presidencia y Justicia y el sucesor de Gonz¨¢lez al frente del Canal de Isabel II. Un curriculo (Tambi¨¦n es el encargado de Asuntos Taurinos, es decir, de Las Ventas, un bocado codiciado a nivel interno) que no tiene nada que envidiar al del presidente regional: durante su etapa de delf¨ªn Gonz¨¢lez fue vicepresidente, portavoz y consejero de Cultura y Deportes. ¡°Acumula competencias porque tiene la confianza absoluta del presidente. Las envidias o celos de poder son imposibles porque son m¨¢s que u?a y carne. Son lo mismo. Hablar con uno es como hablar con el otro¡±, dicen quienes trabajan a su lado tanto en la Asamblea de Madrid, como en G¨¦nova y en el Ejecutivo auton¨®mico.
Defender algunas de las decisiones m¨¢s controvertidas de la Comunidad le van en el cargo a Victoria por su condici¨®n de portavoz. Y le encanta. En un escenario particularmente hostil se ha destapado como el cancerbero de Gonz¨¢lez. Mientras el resto de consejeros aguanta de lado el chaparr¨®n, ¨¦l saca los colmillos sin perder su expresi¨®n beat¨ªfica. En primera l¨ªnea. Los intercambios de golpes dial¨¦cticos e ideol¨®gicos que reparte y recibe ¡ªVictoria los empieza en muchas ocasiones¡ª en su cuenta de Twitter le han convertido en el nuevo palad¨ªn del liberalismo que promulga el PP de Madrid... Y tambi¨¦n en la diana de las cr¨ªticas m¨¢s feroces a las pol¨ªticas populares en la regi¨®n. Las canas que se multiplican en su cabellera, y alg¨²n pelo menos que otro, son parte del precio a pagar. Sin embargo, la prudencia y alguna pasada de frenada que otra le han animado a relajar sus mensajes estos d¨ªas.
¡°Ignacio fue casi una d¨¦cada portavoz, se ocup¨® de esa responsabilidad durante nueve a?os, y sabe lo que significa. La elecci¨®n de Salvador no es casual... Necesitaba a alguien en quien confiar y m¨¢s en una etapa como esta¡±, reflexionan en la Comunidad. El presidente y su n¨²mero dos han acaparado pr¨¢cticamente entre los dos, hombro con hombro ¡ªcomo en sus tiempos respectivos como el poli malo y el fontanero del Consejo de Gobierno de Aguirre¡ª, el desgaste provocado por el recorte de 1.424 millones en los presupuestos de 2013.
Victoria, al que le cuesta desconectar, no olvida su funci¨®n principal, y la ha trasladado a las redes sociales, donde en apenas tres meses se ha convertido en uno de los representantes m¨¢s prol¨ªficos de su partido. Hasta el punto de hacerle sombra a Cristina Cifuentes, que ya no es la indiscutible dirigente 2.0 del PP de Madrid. La delegada del Gobierno ya no es la ¨²nica que responde a adeptos y contrarios de madrugada. Lo mismo pasa con el segundo hombre m¨¢s poderoso de Madrid, un adicto al Atl¨¦tico y al trabajo que mantiene el ritmo al que se acostumbr¨® mientras se preparaba, 16 horas al d¨ªa, las oposiciones al Cuerpo de Letrados de la Comunidad. Fue el n¨²mero uno de su promoci¨®n.
La visi¨®n que en la oposici¨®n tienen de Victoria, sobre todo en la bancada socialista, es apocal¨ªptica. ¡°Tiene m¨¦rito ser el portavoz de la Comunidad en su momento m¨¢s negro. Pero es un talib¨¢n declarado¡±, le define un diputado del PSM que prefiere ocultar su identidad. Otros parlamentarios consultados reconocen que les irrita la calma que mantiene en las situaciones m¨¢s tensas. La estrella emergente del Gobierno no pierde nunca la sonrisa. Ni siquiera cuando Juan Barranco abandon¨® su asiento en un pleno, cruz¨® el hemiciclo y le espet¨®, tras una referencia a Tierno Galv¨¢n: ¡°Estoy harto de los fachas como t¨²¡±. Victoria ni pesta?e¨®. O cuando la tambi¨¦n socialista Amparo Valcarce se refiri¨® a sus or¨ªgenes, en un intento de desacreditar al PP que tuvo el efecto contrario. El rompeolas de Gonz¨¢lez replic¨® que era ¡°de Carabanchel y humilde a mucha honra¡±.
Ahora, aunque su padre quer¨ªa que fuera notario, es el n¨²mero dos de la Comunidad. Se tira horas y horas en la plaza de Pontejos, muy cerca de Gonz¨¢lez y muy cerca del Instituto San Isidro, donde estudi¨®. Eso s¨ª, sale menos a correr (dos veces por semana, la mitad que cuando estaba en Asuntos Sociales). Todav¨ªa no ha abierto el libro de Kapuscinski que le aguarda en la mesita de noche. Y se alimenta b¨¢sicamente de ensaladas c¨¦sar y de tomate con at¨²n. Es el precio del poder.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.