La ¡®marea blanca¡¯ apela al Gobierno

El conflicto que vive la sanidad madrile?a desde noviembre pasado a cuenta del mayor plan de privatizaciones impulsado en Espa?a trasciende las fronteras regionales y exige la intervenci¨®n del Gobierno. As¨ª lo creen los colectivos que forman la marea blanca contraria a los planes del Ejecutivo regional, tanto sindicales como profesionales. Por eso no fue casualidad que ayer la manifestaci¨®n por la sanidad p¨²blica acabara frente a la sede del Ministerio de Sanidad, en el paseo del Prado, y no en la Puerta del Sol, como ha sido habitual hasta ahora. Miles de personas marcharon a mediod¨ªa entre c¨¢nticos de ¡°sanidad p¨²blica¡± y ¡°s¨ª se puede¡±.

La soledad del Gobierno aut¨®nomo de?Ignacio Gonz¨¢lez en parte de su reforma sanitaria ¡ªel euro por receta est¨¢ dentro del mismo plan que pretende privatizar la gesti¨®n de seis hospitales y 27 centros de salud ya construidos y en funcionamiento¡ª podr¨ªa facilitar la mediaci¨®n del ministerio, opinan los colectivos de la marea blanca. Al fin y al cabo, el Ejecutivo ha anunciado que recurrir¨¢ el euro por receta de Gonz¨¢lez y lo ha criticado abiertamente. En cambio, hasta ahora la ministra Ana Mato ha sido muy cautelosa en lo que respecta a las privatizaciones y la respuesta que han generado: huelga de cinco semanas de los m¨¦dicos, protestas de todos los colectivos del sector, dimisiones masivas... Fuentes de su departamento aseguran que sigue de cerca el conflicto y que, ¡°si la huelga se recrudeciera o si el ministerio viera que la asistencia a los pacientes se ve perjudicada, tomar¨ªa las medidas oportunas¡±.

La situaci¨®n, por ahora, es de calma tensa. Lo que m¨¢s parece preocupar al Gobierno regional es enfrentarse a otra huelga. El consejero de Sanidad, Javier Fern¨¢ndez-Lasquetty, convoc¨® ayer, domingo, una rueda de prensa pr¨¢cticamente a la misma hora que la manifestaci¨®n para criticar la ¡°absoluta irresponsabilidad¡± que, en su opini¨®n, supone convocar nuevos paros en la sanidad. La semana pasada el principal sindicato m¨¦dico, Amyts, y el de enfermer¨ªa, Satse, anunciaron su intenci¨®n de llamar a un nuevo paro. Al d¨ªa siguiente se les uni¨® el sindicato de los auxiliares de enfermer¨ªa, Usae. Una multitudinaria asamblea de la Asociaci¨®n de Facultativos Especialistas de Madrid (Afem) en el Colegio de M¨¦dicos tambi¨¦n vot¨® mayoritariamente volver a la huelga indefinida ¡ªfue este colectivo el que promovi¨® el paro indefinido que retras¨® 50.000 consultas y 6.500 operaciones¡ª, aunque esta vez de un d¨ªa a la semana.

De momento, no son m¨¢s que anuncios, supeditados, tal y como explica la portavoz de Afem, la geriatra F¨¢tima Bra?as, a que el Gobierno regional manifieste de forma p¨²blica que retira el plan de privatizaciones. Si Gonz¨¢lez renuncia a ceder a empresas la gesti¨®n sanitaria, lo que asegura que ahorrar¨ªa 200 millones de euros anuales, Afem no llevar¨ªa a cabo los paros. ¡°Esto no es un problema solo de Madrid¡±, a?ade Bra?as. Su organizaci¨®n entreg¨® a la ministra Mato una carta a finales de noviembre, tras otra marea blanca. ¡°Nos contest¨® con un correo electr¨®nico muy educado, diciendo que cre¨ªa que dialogando se arreglan las cosas¡±, dice.

Esta semana la Confederaci¨®n Estatal de Sindicatos M¨¦dicos (Cesm) ha instado al ministerio a intervenir en el conflicto de Madrid, pero tambi¨¦n en otras autonom¨ªas con frentes sanitarios abiertos, como Asturias o Andaluc¨ªa. La Cesm se ha unido a la convocatoria del Foro de la Profesi¨®n M¨¦dica y a la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial ¡ªagrupa a todos los colegios de Espa?a¡ª para realizar una gran manifestaci¨®n en Madrid, el 23 de febrero, que convierta la protesta auton¨®mica en una cuesti¨®n de ¨¢mbito nacional. Otras comunidades gobernadas por el PP han planteado paquetes privatizadores de la gesti¨®n sanitaria. Castilla-La Mancha, por ejemplo, anunci¨® que ceder¨ªa la gesti¨®n de cuatro de sus hospitales a empresas. Lo hizo antes que Madrid, pero a¨²n no lo ha puesto en marcha. Ignacio Gonz¨¢lez ya tiene el presupuesto y la ley que lo permite aprobadas.