La enfermedad de los costes

Euskadi empieza el a?o 2013 con un equipo de Gobierno liderado por un nuevo lehendakari, una Universidad P¨²blica regida por un rector reci¨¦n reelegido y un partido (el PNV) que va a gobernar en minor¨ªa durante los pr¨®ximos cuatro a?os y que acaba de elegir nuevo presidente. Todos sabemos que es imprescindible que instituciones tan importantes cuenten con gente que est¨¦ a la altura de sus retos. Sin talento, dedicaci¨®n, formaci¨®n, talante ser¨¢ dif¨ªcil afrontar los problemas a los que nos enfrentamos.

La situaci¨®n actual es preocupante. Los ¨²ltimos datos coyunturales publicados por el Eustat se?alan que, en t¨¦rminos interanuales, la actividad industrial cae, el ?ndice de Producci¨®n Industrial presenta una evoluci¨®n negativa (-9.8%), el n¨²mero de ocupados disminuye en un 3,5% y los parados aumentan en 8.2%. Pudimos librarnos unos meses de la virulencia de esta crisis que al tener una duraci¨®n tan dilatada ha acabado por alcanzarnos de pleno.

No tengo espacio para m¨¢s as¨ª que me referir¨¦ a tres ideas b¨¢sicas. El nuevo Gobierno deber¨ªa mirar en detalle la evoluci¨®n del empleo en las pymes, as¨ª como la evoluci¨®n de sus costes laborales. En general, las peque?as y medianas empresas no est¨¢n en las mismas condiciones que las de gran tama?o a la hora de negociar y llegar a acuerdos y esto condiciona al empleo. El nuevo Gobierno deber¨ªa reflexionar tambi¨¦n acerca de la forma en que se ha configurado nuestro sector servicios (privado y p¨²blico).

Hay mucho que cambiar en la Universidad. Podr¨ªamos empezar por? que los departamentos? fueran juzgados por expertos externos"

Le¨ªa recientemente a K. Rogoff recordar algo que hace muchos a?os explic¨¢bamos en las clases de Teor¨ªa Econ¨®mica y que ha pasado a mejor vida. Nos refer¨ªamos a la denominada ¡°enfermedad de los costes¡± que afectaba al sector servicios. W. Baumol y W. Bowen, autores de esta tesis, manten¨ªan que las empresas de servicios tienen un lento crecimiento de la productividad pero han de competir por la mano de obra con los sectores industriales, financieros... (de alta productividad) lo que les ¡°obliga¡± a pagar salarios m¨¢s elevados en el largo plazo. En ¨¦pocas de recesi¨®n la enfermedad se presenta con m¨¢s paro y menor generaci¨®n de empleo. En el nuevo gobierno hay muchos funcionarios en puestos de responsabilidad pol¨ªtica que deben saber de qu¨¦ va esto.

La tercera idea es muy conocida. Para superar la crisis es imprescindible disponer de un sistema universitario acorde con las necesidades que el progreso econ¨®mico y social exige. Nuestra universidad p¨²blica, con un nuevo equipo al frente, debe ser capaz de mejorar la transmisi¨®n de formaci¨®n, cultura, conocimientos, esp¨ªritu innovador y optimismo vital a los alumnos. Y para ello ser¨¢n necesarias reformas y un cambio de talante que haga que la frase ¡°es una utop¨ªa esperar que los universitarios trabajemos por el bien com¨²n¡± no pueda volver a repetirse.

En cuarenta a?os en la UPV he podido comprobar que nuestra Universidad p¨²blica naci¨® con pies de barro y que, a pesar de los esfuerzos, todav¨ªa hoy no estamos en el lugar que debi¨¦ramos. Hay mucho que cambiar. Podr¨ªamos empezar por impulsar que los departamentos y facultades fueran juzgados no por nuestras autoridades acad¨¦micas, sino por expertos externos que dictaminen si todo lo que ense?amos y lo que investigamos est¨¢ bien orientado y nos acerca a los objetivos de mejora.

Si el nuevo equipo quiere avanzar por este camino encontrar¨¢ dificultades, pero el rector I?aki Goirizelaia sabe que esta es su oportunidad para dar un salto cualitativo relevante. Los estudios de postgrado, algo por lo que Goirizelaia apuesta, podr¨ªan, si se dise?an bien, permitir dirigirnos en la misma direcci¨®n que las mejores universidades. Por nuestro bien, es de esperar que las tres instituciones mencionadas m¨¢s todas aquellas que tienen un papel relevante que jugar en este pr¨®ximo a?o sean capaces de llegar a consensos sobre materias tan b¨¢sicas como las aqu¨ª rese?adas.