El Supremo falla que el campo de golf de Chamber¨ª no es legal
La Comunidad lo declar¨® de inter¨¦s general al no cumplir los requisitos urban¨ªsticos
El campo de golf que Esperanza Aguirre estren¨® hace cinco a?os en el Tercer Dep¨®sito del Canal de Isabel II, en pleno coraz¨®n del barrio de Chamber¨ª, no es legal. No cumple con los requisitos administrativos exigidos para justificar su condici¨®n de inter¨¦s general, la f¨®rmula que la Comunidad ide¨® para salvar el proyecto cuando el Ayuntamiento, con Alberto Ruiz-Gallard¨®n de alcalde, le deneg¨® la licencia al no cumplir ciertos requerimientos urban¨ªsticos. As¨ª lo entiende el Tribunal Supremo, que ha desestimado el recurso de casaci¨®n que la Comunidad interpuso a la sentencia de enero de 2010 del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), que fall¨® con los mismos argumentos.
¡°Se desprende con meridiana claridad que el excepcional inter¨¦s p¨²blico (...) no est¨¢ motivado en el caso de autos, pues responde al intento de sustraerse a la aplicaci¨®n de las reglas de autorizaci¨®n y disciplina urban¨ªstica que, en materia urban¨ªstica, corresponde a los ayuntamientos (...) y no a la existencia de razones excepcionales de inter¨¦s p¨²blico que tendr¨ªan que haberse puesto convenientemente de manifiesto¡±, reza a fecha 12 de diciembre de 2012 el texto de la sala quinta de la secci¨®n tercera del Supremo, que no admite m¨¢s recursos y da la raz¨®n, como hizo el TSJM, a la Asociaci¨®n de Vecinos El Organillo de Chamber¨ª, primera en cuestionar que el campo fuera bien de inter¨¦s general.
¡°?Y ahora d¨®nde voy a practicar mi ¡®drive¡¯?¡±
Daniel, un proyecto de Tiger Woods de 10 a?os, est¨¢ al borde del llanto. Su padre, Jaime, le consuela. Le dice que "todo ir¨¢ bien". Sopla el viento, el tiempo no acompa?a, pero aun as¨ª se han acercado al campo de golf del dep¨®sito del Canal en Chamber¨ª, a tiro de putt de su casa en el Paseo de San Francisco de Sales. "A nosotros nos viene muy bien, me encanta este deporte y se lo he transmitido a mi hijo... Nos permite practicar sin tener que desplazarnos a las afueras", reflexiona el mayor de la pareja. La escuela de adultos de Greencanal tiene precios desde los 12,80 euros la hora, ligeramente m¨¢s baratos que los fijados para la escuela infantil (13,04 euros). Tambi¨¦n hay cr¨¦ditos de 30 horas a 1,37 euros. "?Y ahora d¨®nde voy a practicar el drive?", interviene Arturo, de la quinta de Jaime. "Lo que tiene que haber es ¨¢rboles, nada de inventos como esto del golf", critica don Sa¨²l, 75 a?os a la espalda.
Mientras don Sa¨²l despotrica, decenas de fondistas y de jubilados dan vueltas por el tart¨¢n del dep¨®sito. ¡°?Qu¨¦ pasa? ?Qu¨¦ no voy a poder darme un homenaje en la cafeter¨ªa?¡±, a?ade do?a Soraya, una jubilada que recomienda la hamburguesa y champ¨¢n del complejo ¡°por 35 euros¡±.
¡°La Comunidad declar¨® el proyecto bien de inter¨¦s general para superar el filtro de las licencias, porque no cumpl¨ªan con los requisitos del Ayuntamiento... Y ni por esas. ?Y ahora qu¨¦? ?Van a derribarlo y rehacer el parque que hab¨ªa? No les queda m¨¢s salida¡±, plantea el abogado Jos¨¦ Antonio Jim¨¦nez, vecino ¡°de toda la vida¡± del barrio. ¡°Se refiere m¨¢s a la forma que al fondo, no significa que haya que derruir las instalaciones¡±, descartan en el Gobierno regional y en el Canal, donde destacan que en este tiempo el recinto ha tenido 7,5 millones de usuarios (12.000 al mes). Las obras costaron 50 millones de euros.
Las redes, germen de la pol¨¦mica
La pol¨¦mica ha perseguido desde sus or¨ªgenes al complejo deportivo ¡ªdedicado en su mayor parte al golf, tambi¨¦n cuenta con pistas de p¨¢del y canchas de f¨²tbol¡ª, que ocupa la mitad de las 12 hect¨¢reas de la superficie del dep¨®sito del Canal. La obra fue criticada por vecinos que esperaban que, donde estaba el parque Santander, se construyera un remozado parque p¨²blico. ¡°El espacio actual dobla la superficie que hab¨ªa¡±, defiende el Canal. El Ejecutivo auton¨®mico, que obtuvo la primera licencia de obras el 18 de marzo de 2003, opt¨® por incluir un campo de pr¨¢cticas de golf con 100 puestos de tiro, nueve hoyos y c¨¦sped artificial. A los lados, unas torres met¨¢licas de 30 metros de altura se suceden sujetando unas redes que evitan que las pelotas de golf salgan de la infraestructura.
Cinco meses antes de la inauguraci¨®n, el 16 de octubre de 2006, la direcci¨®n General de Gesti¨®n Urban¨ªstica orden¨® ¡°la suspensi¨®n inmediata¡± de las obras, dando un plazo de dos meses para que la Comunidad solicitara una ¡°nueva licencia que ampare unas obras ilegales¡±. Dos meses m¨¢s tarde el Ayuntamiento emiti¨® un informe ¡°desfavorable¡± de la solicitud de modificaci¨®n de licencia. Aunque no mostraba inconveniente en suprimir un helipuerto que hab¨ªa entonces, en modificar el trazado de la zona verde e incrementar el n¨²mero de pistas en superficie, exig¨ªa la tramitaci¨®n del plan especial y un informe de evaluaci¨®n ambiental para conceder la licencia de construcci¨®n de tres pabellones y sustentar las redes, cuestionando ¡°las afecciones paisaj¨ªsticas y la valla perimetral¡±. El Colegio de Arquitectos fue m¨¢s all¨¢ y consider¨® ¡°inadmisible¡± el campo de golf ¡°en una zona necesitada de espacios verdes y al amparo de una licencia de obra distinta en naturaleza y uso a la originariamente prevista: un parque p¨²blico¡±.
El Consejo de Gobierno sali¨® al paso el 18 de enero de 2007 declarando de inter¨¦s general el proyecto de obras de restauraci¨®n y consolidaci¨®n del dep¨®sito, as¨ª como las zonas verdes e instalaciones deportivas en su superficie. La Comunidad pens¨® que as¨ª resolv¨ªa el problema, que arrastra desde entonces. Voces autorizadas del Gobierno madrile?o plantean dos soluciones al entuerto legal. El plan A pasa por justificar la motivaci¨®n espec¨ªfica de las redes y las plataformas de tiro. El plan B consiste en que el Ayuntamiento haga una modificaci¨®n puntual del plan general, para lo que depende del visto bueno del Palacio de Cibeles. ¡°Lo que est¨¢ claro es que eso no se puede tirar, porque la sentencia solo afecta a unas partes muy concretas. Hacerlo ser¨ªa una locura¡±, zanjan desde la Comunidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.