Improvisar en femenino
Dos mujeres, una brit¨¢nica y una espa?ola, unidas por la experimentaci¨®n musical. El festival Hurta Cordel junta a Maggie Nicols y Chefa Alonso
Maggie Nicols (Edimburgo, 1948) y Chefa Alonso (A Coru?a, 1955) llevan varias d¨¦cadas dedicadas al noble y escasamente lucrativo arte de la improvisaci¨®n musical: ¡°Como improvisadoras que somos, hemos aprendido incluso a improvisar con el dinero¡±, bromea Nicols. ¡°Es m¨¢s, si por mi fuera, podr¨ªa hacer mi trabajo gratis¡±. Sentada a su vera, Chefa Alonso asiente con la cabeza. ¡°Una, evidentemente, no est¨¢ en esto para ganar dinero¡±, explica. ¡°Estoy en esto por necesidad, porque es la m¨²sica que tengo en el coraz¨®n¡±.
?Nicols, residente en Gales, y Alonso, vecina de Madrid, compartir¨¢n el mismo escenario del auditorio de La Casa Encendida ma?ana y el domingo, en el Festival Internacional de Improvisaci¨®n Hurta Cordel, con la Orquesta Foco, integrada por algunos de los m¨¢s acreditados improvisadores nacidos o residentes en Espa?a. Nicols, adem¨¢s, ejercer¨¢ las funciones de directora invitada, junto al multinstrumentista y poeta Terry Day: ¡°En las orquestas colectivas, el conductor es un m¨²sico m¨¢s¡±, apunta Alonso, quien de habitual ocupa el puesto en dicha formaci¨®n. Lo explica la brit¨¢nica: ¡°Se trata de crear las condiciones para que los improvisadores conf¨ªen en m¨ª. Tienes que transmitir que sabes lo que est¨¢s haciendo, que al final todo va a cobrar un sentido. Mi herramienta de trabajo es el inconsciente con sus infinitas posibilidades¡±.
La carrera de Nicols es, cuando menos, sorprendente. Cantante en clubes de strip tease en sus comienzos, pas¨® de bailar en el Moulin Rouge parisino a alternar con la flor y nata del free jazz en el swingin¡¯ London de los a?os sesenta: ¡°El club de jazz Ronnie Scott¡¯s se hab¨ªa mudado de su emplazamiento original en Gerrad Street a uno nuevo, y en su lugar abri¨® un club de m¨²sica experimental. Una noche fui all¨ª pensando que iba a escuchar a un grupo de jazz tradicional y me encontr¨¦ con John Surman improvisando de un modo como nunca hab¨ªa escuchado antes¡¡±.
Desde entonces, la carrera de la vocalista pas¨® a ser un fren¨¦tico ir y venir entre la canci¨®n standard, que interpretaba en los clubes de post¨ªn, y los experimentos vocales m¨¢s descabellados: ¡°Una noche John Stevens me invit¨® a tocar una pieza con ¨¦l tocando la bater¨ªa y Trevor Watts al saxo alto. Estaba como un flan, me temblaba la voz. John me tranquiliz¨®. ¡®No debes tener miedo pase lo que pase¡¯, me dijo. Esa noche entr¨¦ en trance, aunque tambi¨¦n es posible que ocurriera porque estaba secretamente enamorada de John¡±.
A finales de los setenta Maggie Nicols fund¨® el Feminist Improvising Group: ¡°Hay un hecho diferencial trabajar con mujeres que tiene que ver con lo f¨ªsico, la est¨¦tica y el tipo de experiencias que puedes compartir con otras mujeres, incluso algo tan simple como que podamos ir juntas a la ducha¡±.
Las carreras de Chefa y Maggie convergen en su com¨²n dedicaci¨®n a las personas ¡°diversas funcionales¡±, una labor a la que ambas se entregan con aut¨¦ntica pasi¨®n: ¡°La improvisaci¨®n es el mejor instrumento terap¨¦utico para comunicase con quienes no pueden valerse por s¨ª mismos¡±, se?ala la primera. ¡°En mi proyecto Bailar el agua los m¨²sicos pueden hacer lo quieran: levantarse, gritar, irse, y sus reacciones nos sirven para crear la partitura flexible del mismo. No es nada racional. Lo que movemos es pura energ¨ªa, sensaciones¡¡±.
XVII Festival Internacional de Improvisaci¨®n Hurta Cordel. Hasta el domingo en La casa Encendida (Ronda Valencia, 2).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.