Corrupci¨®n y conciencia ciudadana
Los Gobiernos y grandes partidos que han contaminado los valores sociales jam¨¢s estar¨¢n por la labor de purificarlos
La ¨²ltima encuesta de Metroscopia se?ala que el 96% de los espa?oles afirman que en la vida pol¨ªtica hay mucha o bastante corrupci¨®n, y seg¨²n el bar¨®metro 2012 de la Oficina Antifraude de Catalu?a, el 93% de los catalanes perciben la corrupci¨®n como un problema grave o muy grave. Aunque probablemente la honradez prevalece en las conductas pol¨ªticas, la sensaci¨®n es que hay una corrupci¨®n institucional generalizada y que estamos rodeados de delincuentes de cuello blanco, desde la Casa del Rey hasta la Casa Consistorial.
La corrupci¨®n (presunta o probada) ha penetrado en muchas instituciones p¨²blicas espa?olas y ha afectado a ministros, presidentes auton¨®micos, consejeros, diputados, senadores, presidentes de diputaciones, alcaldes, concejales y altos cargos de la Administraci¨®n. Pero tambi¨¦n hay facinerosos que han sido dirigentes de partidos pol¨ªticos, de organizaciones patronales y de sindicatos, miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), o gobernadores del Banco de Espa?a. Todos los poderes del Estado est¨¢n afectados por la corrupci¨®n y los dos principales partidos pol¨ªticos, PP y PSOE, han utilizado medios de financiaci¨®n ilegal y han confundido el inter¨¦s general con la maximizaci¨®n de su inter¨¦s partidista.
Un solo dato: una quinta parte de los 58 consejeros de Jordi Pujol estuvieron imputados en presuntos casos de corrupci¨®n
En Catalu?a el panorama es similar y los partidos que nos gobiernan est¨¢n, en el mejor de los casos, bajo sospecha permanente. Uno de ellos tiene la sede embargada por ser responsable civil ¡°a t¨ªtulo lucrativo¡± del saqueo del Palau de la M¨²sica y el otro (que, por cierto, es el que defiende el humanismo cristiano) admite haberse embolsado fondos p¨²blicos europeos destinados a la formaci¨®n de parados. Ambos tienen un amplio inventario de cargos p¨²blicos relacionados con la corrupci¨®n (arom¨¢tica o con sentencia firme).
Un solo dato: una quinta parte de los 58 consejeros de Jordi Pujol estuvieron imputados en presuntos casos de corrupci¨®n (entre ellos, m¨¢s de la mitad de los consejeros de Econom¨ªa y Finanzas). Otras compa?¨ªas de Pujol se convirtieron en delincuentes: su abogado en el caso Banca Catalana (Joan Piqu¨¦ Vidal), su asesor fiscal personal (Joan Anton S¨¢nchez Carret¨¦), su referente empresarial (Javier de la Rosa), su juez de confianza, que CiU propuso como vocal del CGPJ (Luis Pascual Estevill), o el laureado F¨¨lix Millet. As¨ª, es comprensible que un estudio de la Comisi¨®n Europea de 2012 (Regional Governance Matters) que utiliza, entre otros indicadores, el control de la corrupci¨®n, se?ale Catalu?a como la comunidad aut¨®noma espa?ola con el nivel m¨¢s bajo de calidad de Gobierno.
?Hay alguna soluci¨®n para acabar con el uso irregular de los recursos p¨²blicos? Sin duda, una ley de transparencia (sin excepciones) y un sistema eficaz de control de las cuentas p¨²blicas, una nueva ley de financiaci¨®n de los partidos pol¨ªticos y una regulaci¨®n de la actividad de los lobbies, o un cambio en la actividad de la justicia (m¨¢s ¨¢gil en estos casos y garantizando el secreto de sumario) y una revisi¨®n de la pr¨¢ctica del indulto, podr¨ªan reducir el abuso del poder pol¨ªtico.
?Hay alguna soluci¨®n para acabar con el uso irregular de los recursos p¨²blicos? Sin duda, una ley de transparencia
El papel de los medios de comunicaci¨®n tambi¨¦n es relevante y deber¨ªan ofrecer una informaci¨®n m¨¢s objetiva y rigurosa que permitiera discernir entre inocentes y culpables. Sin embargo, cuando resulta que el 70% de los pol¨ªticos imputados fueron reelegidos en las pasadas elecciones municipales, o cuando vemos que el PP valenciano o balear sigue sumando mayor¨ªas absolutas, es evidente que la soluci¨®n debe ir m¨¢s all¨¢ del mencionado instrumental paliativo.
Una sociedad que tolera la corrupci¨®n tiene un problema de fondo y una cultura pol¨ªtica viciada, y aquellos que han contaminado los valores sociales (Gobiernos y grandes partidos) jam¨¢s estar¨¢n por la labor de purificarlos. Medidas gubernamentales como la amnist¨ªa fiscal para los grandes defraudadores van en sentido contrario, y que los grandes partidos sean condescendientes con sus condenados por corrupci¨®n y los integren en sus ¨®rganos de direcci¨®n, repugna la ¨¦tica pol¨ªtica. Para prevenir la corrupci¨®n pol¨ªtica hay que despertar la conciencia ciudadana: sentirse miembro de una sociedad, reflexionar sobre el comportamiento de los individuos, saber c¨®mo actuar y hacerlo en consecuencia.
Jordi Matas Dalmases es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la UB
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