Mucho ¡®tank¡¯, poco ¡®think¡¯
Una vez, hace muchos a?os, en una universidad cercana, sub¨ª al ascensor con dos profesores, futuros catedr¨¢tico y cargo cultural del ala progre barcelonense. Era en la noche de los tiempos, Pujol acababa de ganar contra pron¨®stico sus ¨²ltimas elecciones a Maragall y los profesores echaban espuma por la boca. Uno de ellos defini¨® el pa¨ªs como una corrala de tenderos. El otro dijo que ¨¦ramos un pa¨ªs sin cerebro.
Yo me fui de la universidad a un apartado rinc¨®n del pa¨ªs de tenderos sin cerebro, pero por esas cosas de la vida, he ido viendo y oyendo a los profesores en conferencias y mesas redondas. Ambos ten¨ªan una actitud absolutamente refractaria ante cualquier manifestaci¨®n cultural en catal¨¢n. Muchos de los m¨¢s antipujolistas han interiorizado como nadie el pujolismo. Da para otro art¨ªculo la forma de interiorizar el franquismo o el nacionalismo que vemos en muchos de los que se autocalifican antifranquistas o antinacionalistas.
Nuestros dos profesores han ido pasando del desprecio absoluto por la literatura, la m¨²sica o la pol¨ªtica catalana, a una tolerancia disimulada. Hoy, peinan algunas canas, llevan una vida institucional m¨¢s confortable que productiva y responden con dificultad cuando se les pregunta sobre los interrogantes que plantea, ahora ya lo llaman as¨ª, el pa¨ªs. No s¨¦ si en su fuero ¨ªntimo el pa¨ªs contin¨²a siendo una corrala de tenderos, pero son lo suficientemente listos para callarse en el ascensor. Se les ve inc¨®modos. No se pueden creer que Mascarell fichara por CiU. Algunos de sus colegas de los tiempos de vino y rosas, seminarios y f¨®rums, se han convertido al independentismo. Otros, han renegado en plaza p¨²blica de los principios del PSC y templan gaitas. Los hay que andan desnortados, ahora un poco aqu¨ª y otro poco all¨ª, que quiz¨¢s toque algo, aunque sea de rebote. No leer¨¢n jam¨¢s un libro en catal¨¢n, ?para qu¨¦ perder el tiempo? piensan. Pero se guardan mucho de decirlo en p¨²blico.
La pobreza del debate intelectual ha colocado al PSC en un erial que le sit¨²a al lado del PP y de Ciutadans
La corrupci¨®n podr¨ªa ofrecer a estos intelectuales una buena excusa para reinventarse, pero entonces, ay, se acuerdan de la dimisi¨®n de Itziar Gonz¨¢lez. Casi nada, un misil en la l¨ªnea de flotaci¨®n de toda la teor¨ªa de la participaci¨®n, de la innovaci¨®n, de la construcci¨®n social y otros temas culturales contempor¨¢neos de Barcelona. En el CCCB se pod¨ªan impartir cursos sobre Foucault o sobre el urbanismo del siglo XXI, pero a pocos metros de all¨ª se amenazaba a la responsable de Ciutat Vella. Nuestros dos protagonistas nunca han entrado en el lado oscuro, que lo suyo es la est¨¦tica.
As¨ª las cosas, nuestros protagonistas del ascensor escurren el bulto, el PSC no tiene quien le escriba y el resultado es que hoy el debate intelectual del PSC lo dicta el pensamiento navarro. Nos movemos de la abstenci¨®n m¨¢s incomprensible, al no a la Declaraci¨®n de Soberan¨ªa. Miquel Iceta, para demostrarnos que hay much¨ªsimo tank, pero muy poco think, nos sorprende diciendo que el PSC tiene derecho a decidir lo que digan Rubalcaba o Chac¨®n. El debate interno se va acabar antes que la frase que est¨¢ usted leyendo. Una cosa es la libertad de voto para prohibir las corridas de toros y otra declarar la soberan¨ªa de Catalu?a. Laia Bonet publica en su blog lo m¨¢s parecido a un guion de Disney. Mientras, Montserrat Tura y otros diputados d¨ªscolos se consuelan en Twitter. Quien destaca ah¨ª es Quim Nadal. Aunque sus antol¨®gicos haik¨²s sobre los peces del Onyar no puedan considerarse como ideas para un debate serio, es muy probable que no haya nada m¨¢s.
Ernest Maragall, admirado por aquel entonces del ascensor por ambos profesores, situaba hace pocos d¨ªas la muerte del PSC en el disgusto que tuvo la direcci¨®n del partido cuando se aprob¨® el Estatut. Para los muchos otros, visto el desprecio de algunos de sus intelectuales para todo lo relacionado con el catal¨¢n o con el futuro del pa¨ªs, muri¨® tiempo atr¨¢s. Lo del ascensor fue an¨¦cdota, s¨ª; pero la categor¨ªa existi¨®, se escribi¨® una y otra vez, se propag¨® en seminarios y conferencias y produjo un aut¨¦ntico erial alrededor del partido.
Francesc Ser¨¦s es escritor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.