La libreta
No se conoce ning¨²n caso de corrupci¨®n donde sus protagonistas llevaran la contabilidad de sus fechor¨ªas en hojas con membrete oficial, ni en el borrador de la declaraci¨®n de la renta
No se conoce ning¨²n caso de corrupci¨®n donde sus protagonistas llevaran la contabilidad de sus fechor¨ªas en hojas con membrete oficial, ni contable que incluyera los datos de la caja B en el borrador de la declaraci¨®n de la renta. El dinero negro ni viaja en sobres timbrados ni se entrega con acuse de recibo, por eso para la Justicia ha sido siempre tan importante localizar las libretas con las anotaciones a mano. El otro d¨ªa contaba I?aki Gabilondo que en todas las pel¨ªculas sobre la mafia cuando la polic¨ªa encontraba ese cuadernillo se acababa la trama, ya que se daba por hecho que se ten¨ªa la prueba final del delito.
La literatura mafiosa est¨¢ llena de libretas peque?as llenas de anotaciones escritas con el l¨¢piz del tesorero, un personaje con un protagonismo esencial en las historias de los malos. Los tesoreros eran siempre uno de los puntos d¨¦biles de estas organizaciones, ya que algunos decid¨ªan acogerse al dicho popular del que reparte se queda con la mayor parte y hab¨ªa que gastar cuidado en c¨®mo reaccionar contra ellos. Siempre guardaban un as en la manga: la libreta. Los cuadernillos de los tesoreros han sido claves, ya que en ellos figuraban los apuntes del pizzo, que es como los mafiosos llamaban a la extorsi¨®n. Esa especie de impuesto que cobraban a los empresarios como contribuci¨®n al mantenimiento del sistema y por el que recib¨ªan seguridad y prosperidad para su negocio. La prosperidad para el negocio es lo que est¨¢ detr¨¢s de todas las donaciones an¨®nimas que los empresarios han dado a quienes hubiera que d¨¢rselas desde que el mundo es mundo, tambi¨¦n desde que las adjudicaciones de obras se adjudican a los empresarios que hacen las obras.
El cine se ha preocupado mucho por los mafiosos pero ha dedicado poco protagonismo a los corruptores, que han sido siempre tan imprescindibles como los corruptos para que este negocio funcione tan bien desde hace tanto tiempo. Todos los grandes golpes a la mafia, en Italia o Estados Unidos, tuvieron como protagonista una libreta o un arrepentido. La mayor¨ªa de las veces, a un arrepentido con una libreta donde se detallaba en la parte del debe lo que se iba repartiendo y en el haber lo que iba entrando. La corrupci¨®n siempre ha tenido muy buenos benefactores, de ah¨ª que cualquier libreta que aparece contiene un exhaustivo listado con lo m¨¢s granado del empresariado local en cada sitio y cada ¨¦poca, especialmente del sector de la alba?iler¨ªa al por mayor.
Hace seis a?os fue detenido en Italia el ¨²ltimo gran padrino de la mafia siciliana, Salvatore Lo Piccolo. Fue arrestado tras 25 a?os como fugitivo y se le localiz¨® un malet¨ªn en cuyo interior apareci¨® un texto, escrito a m¨¢quina y en may¨²sculas, con el escueto y preciso t¨ªtulo de Derechos y Deberes. Debajo de ¨¦l, figuraba una especie de diez mandamientos sobre el perfecto mafioso. El primero y esencial rezaba as¨ª: ¡°Se proh¨ªbe prestar dinero directamente a un amigo¡±, aconsejando que, si llegado el caso de tener que hacerlo, se buscara siempre la pantalla de una tercera persona. La aparici¨®n de este documento permiti¨® certificar algo que ya se cre¨ªa, la existencia de un c¨®digo de honor que cualquier aspirante a formar parte de la organizaci¨®n ten¨ªa que recitar de memoria antes de poder entrar.
Tanto el cine como la realidad nos llevan a una conclusi¨®n, no hay nada m¨¢s peligroso que prestar dinero a amigos o compa?eros y que luego aparezca la libreta donde se han realizado los apuntes de estos pagos. Aunque no aparec¨ªa en el documento localizado a Lo Piccolo, tambi¨¦n los diez mandamientos del mafioso perfecto se resum¨ªan en uno: la primera regla de la mafia es que la mafia no existe. Y a partir de ah¨ª, se van sucediendo todas las dem¨¢s negaciones.
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