Emergencias en las entra?as de Madrid
Metro de Madrid registra cada a?o 6.500 incidentes sanitarios El suburbano contacta con el SAMUR unas 20 veces al d¨ªa
La imagen muestra un momento cualquiera en una parada de metro de Madrid. De repente una mujer se tambalea y cae a las v¨ªas. El tren est¨¢ a punto de entrar en la estaci¨®n. Del fondo de la pantalla emerge un hombre corriendo sin soltar los papeles que lleva en la mano y la saca del agujero. Esta escena sucedi¨® hace unas semanas: el h¨¦roe que rescat¨® a la mujer desmayada. Lo que no se ha visto es todo lo que esa imagen desencaden¨® en las entra?as del suburbano. En el centro de control de Metro, en Alto del Arenal, todos se pusieron en marcha. Los convoyes redujeron su marcha, las ambulancias acudieron en cuesti¨®n de minutos y los vigilantes corrieron hasta el lado de la accidentada. Este es el protocolo que se activa cada vez que sucede una emergencia sanitaria bajo tierra. Metro de Madrid atiende cada a?o 6.500 situaciones de este tipo.
Bernardo Miguel, t¨¦cnico del centro de control, estaba all¨ª esa tarde. El conductor del convoy fue el que alert¨® de la presencia de alguien en las v¨ªas. ¡°Nos avisaron, lo vimos en diferido y en seguida conectamos con la c¨¢mara de seguridad de ese and¨¦n¡±, explica. Desde su asiento controla dos pantallas: una con el mapa del metro y los partes de incidencias, y otra con un diagrama de la l¨ªnea 4, que ha revisado previamente. En la pared de enfrente 20 monitores, unos m¨¢s peque?os y otros m¨¢s grandes, en los que algunos de los dos millones de usuarios que se suben a este transporte cada d¨ªa aguardan la llegada de su tren o se agarran a la barra en el interior de los vagones. Hay 8.000 c¨¢maras de vigilancia en el metro, 3.000 de ellas en el interior de los convoyes. Es casi imposible que vean en directo un incidente, por eso es fundamental la rapidez con la que informen los trabajadores que est¨¢n en los andenes o los pasillos.
¡°Tienen que estar preparados tanto para un leve mareo como para un ataque card¨ªaco¡±
¡°Cada d¨ªa aqu¨ª hay una o muchas historias que contar¡±, reconoce Miguel. ¡°Tienen que estar preparados para cualquier cosa. Tanto para un leve mareo como para un ataque card¨ªaco¡±, explica Javier Garc¨ªa, director de seguridad de Metro Madrid. Esto qued¨® comprobado en 2004. Alejandro Grenel, otro de los t¨¦cnicos, estaba en su puesto el 11 de marzo de ese a?o. Reconoce que es un d¨ªa que no se le olvidar¨¢. ¡°Ese a?o fue muy complicado, hab¨ªa amenazas constantemente¡±, relata.
En este puesto siempre hay entre tres y cuatro personas las 24 horas del d¨ªa. Detr¨¢s de sus asientos hay un ventilador porque en la sala hace mucho calor. ¡°Es por la cantidad de aparatos electr¨®nicos y sistemas funcionando a la vez¡±, se?ala Miguel. En una misma estancia hay cuatro salas de control: los encargados de la circulaci¨®n, los de la red el¨¦ctrica y el puesto de mando de las estaciones acompa?an a los t¨¦cnicos de emergencias. Los cuatro est¨¢n instalados en un mismo espacio desde hace diez a?os para ¡°mejorar la coordinaci¨®n¡±, indica Garc¨ªa. ¡°Si estamos separados, el tel¨¦fono puede comunicar. As¨ª, con un grito nos enteramos enseguida¡±.
Los profesionales de Metro anotan en un parte todas las incidencias que se producen cada d¨ªa. La primera informaci¨®n casi siempre viene de los vigilantes de seguridad. El t¨¦cnico de la sala de control pide una primera informaci¨®n b¨¢sica y en cuesti¨®n de segundos debe decidir si llama a los servicios de emergencias o no. ¡°Ante el m¨¢s m¨ªnimo riesgo llamamos al SAMUR o al SUMMA¡±, asegura el director de seguridad. Metro de Madrid les da entre 18 y 20 avisos cada d¨ªa. El 80% de los avisos se registran en la almendra central de la red. Para comunicarse con alguien en una estaci¨®n basta con marcarla clicar en el punto que la identifica en el mapa y aparecen el personal de seguridad que se encuentra en ese momento en ella. Los walkie talkie tienen un sistema de localizaci¨®n especialmente dise?ado para funcionar bajo tierra.
El centro de control de Metro Madrid es el gran hermano de esta ciudad en miniatura por la que cada d¨ªa transitan los que van a trabajar, los que vuelven a casa o los que han quedado con un amigo. En cualquier momento alguno de ellos puede necesitar un m¨¦dico. Incluso a las entra?as de Madrid llegan las emergencias.
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