La mecenas del ritmo
Alejandra Fierro, fundadora de la emisora ¡®online¡¯ Radio Gladys Palmera, atesora en su casa de El Escorial 50.000 discos de m¨²sica latina ¡°de calidad¡± reunidos durante una vida de b¨²squeda
A dos metros de una colosal rockola, una colorida escultura de un jaguar mexicano vigila el vest¨ªbulo de la casa de Alejandra Fierro. Es la primera pista de que tras esos imponentes muros de granito aguarda un tesoro de arte y m¨²sica latina ¡ªcerca de 50.000 vinilos y CD ¡°de calidad¡±, aclara¡ª recopilado por esta vitalista mujer de 54 a?os que, por si le faltaran energ¨ªas, lleva pegada a la mano que no sujeta un cigarrillo una lata de bebida energ¨¦tica.
Desde esta casa colgada sobre El Escorial, herencia de su abuelo, Fierro comanda Radio Gladys Palmera (gladyspalmera.com), una emisora online con 14 a?os de historia y alrededor de 50.000 oyentes que destaca por el eclecticismo de su programaci¨®n y los conocidos nombres que ocupan sus micr¨®fonos (desde Alaska y Mario Vaquerizo hasta Jota Planetas pasando por Tote King): ¡°Es una radio absolutamente independiente, rebelde y lib¨¦rrima¡±, la define Fierro. Pero Gladys Palmera lleva viva mucho m¨¢s que esos 14 a?os, porque Gladys Palmera es ella o, mejor dicho, su ¨¢lter ego radiof¨®nico: procedente de una ilustre familia de banqueros y radioaficionada desde los 12 a?os, su padre no vio con buenos ojos que la ni?a se dedicara a pinchar salsa en la radio: ¡°No ser¨¢ con mi nombre¡¯, me dijo. Y mi hermano me llamaba Gladys en broma, as¨ª que yo pens¨¦ en algo tropical para acompa?arlo: una palmera¡±. Tras varios a?os en Radio Oeste de Pozuelo y la Cope, Fierro se march¨® a Barcelona, retir¨¢ndose ¡°de la mala vida¡±. En Esplugues de Llobregat, entre salseros colombianos que acababan en la c¨¢rcel por narcotr¨¢fico y brujas adivinas que le mandaron un mat¨®n para cobrar una supuesta deuda (¡°escap¨¦ por el garaje¡±), comenz¨® en 1999 la aventura de montar una emisora pirata de FM, especializada inicialmente en m¨²sica latinoamericana. Hoy el abanico estil¨ªstico es mucho m¨¢s amplio y se escucha por medio de podcasts en Internet, pero entonces la llamaban ¡ªl¨¦ase con acento caribe?o¡ª ¡°la negrona que hace radio desde su cocina¡±, cuenta. ¡°Se corri¨® la voz y al poco tiempo se hac¨ªan 30 programas en el estudio que mont¨¦ en mi casa. Una locura, pero muy divertido¡±.
La pasi¨®n (?obsesi¨®n?) de esta mujer por la m¨²sica latina le viene de familia (su t¨ªo Carlos Eleta compuso el desgarrador bolero Historia de un amor), pero el vicio del coleccionismo le enganch¨® a los 18 a?os, tras pasar una temporada en Panam¨¢, la tierra de su madre: ¡°All¨ª empec¨¦ a tomar contacto con la salsa y a comprar discos¡±. Y a partir de entonces se sucedieron las expediciones por toda Am¨¦rica para adquirir vinilos: ¡°Entre los chollos m¨¢s incre¨ªbles de mi vida, hace 30 a?os descubr¨ª en Nueva York una tienda llamada Casa Hern¨¢ndez en la que compr¨¦ 1.000 discazos a un d¨®lar cada uno¡±, recuerda. ¡°O cuando me dijeron, en Puerto Rico, que hab¨ªa una ferreter¨ªa que ten¨ªa ¡®algunos disquillos¡¯. Tras verlos, pregunt¨¦ si hab¨ªa m¨¢s y el due?o me llev¨® por una escalera estrecha a un almac¨¦n enorme, con unos 300.000 discos. Me pas¨¦ d¨ªas all¨ª con una mascarilla y un frontal de luz en la cabeza¡±. Hoy, al margen de los viajes, esta privilegiada coleccionista tiene una peque?a red de corresponsales por todo el continente americano que le env¨ªan a El Escorial las joyas que encuentran. ¡°Tengo un nuevo colaborador en M¨¦xico DF que me est¨¢ descubriendo unos discos maravillosos, m¨²sica cubana hecha en Veracruz en los a?os cuarenta y cincuenta¡±, explica, y resulta una combinaci¨®n bastante adecuada para alguien que entre su santoral tiene al mexicano Agust¨ªn Lara y a la volc¨¢nica cubana La Lupe, porque, dice, lo que le gusta son ¡°los cl¨¢sicos para rajarse las venas. Yo entiendo la m¨²sica a trav¨¦s de los sentimientos, soy una rom¨¢ntica¡±.
Proyecto educativo
Adem¨¢s de rom¨¢ntica, Fierro se describe como una ¡°mecenas¡±, faceta que se extiende m¨¢s all¨¢ de la radio. Por ejemplo, al proyecto educativo de La Escuelita del Ritmo, situada en Portobelo, un pueblecito paname?o frente a la porci¨®n del mar Caribe donde descansa el cuerpo del pirata Drake. ¡°Todos sus habitantes son negros cimarrones procedentes de la misma parte de ?frica, un origen muy presente en la m¨²sica que hacen¡±, explica. ¡°Ya hay 125 ni?os estudiando all¨ª, y me he preocupado mucho de que fuera algo pr¨¢ctico, para que el d¨ªa de ma?ana puedan formar grupos y vivir de la m¨²sica¡±.
Ser¨ªa un pecado marcharse de esta casa sin echar un vistazo a los vinilos de Alejandra Fierro. Ordenados con cartesiana exactitud, se asoman desde sus estanter¨ªas preciosas portadas que oscilan entre la elegancia y el kitsch, y en una silla esperan su lugar las ¨²ltimas adquisiciones, entre ellas varios ¨¢lbumes de Eduardo Davidson, ¡°un cubano homosexual que hac¨ªa pachanga y chachach¨¢¡±, cuenta Gladys Palmera. ¡°Se los tengo que ense?ar a Alaska y Mario Vaquerizo. Les va a encantar el personaje¡±.
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