Un v¨ªdeo demuestra que unos ¡®mossos¡¯ falsearon un atestado

Las im¨¢genes de las c¨¢maras de seguridad del Metro de Barcelona muestran a cinco agentes antidisturbios de los Mossos identificando a un hombre, que lleva una chaqueta naranja, frente al torno de entrada al suburbano. Con toda normalidad, este les entrega su documentaci¨®n, que se entiende que le ha sido requerida. Despu¨¦s se ve c¨®mo los polic¨ªas le sacan a la fuerza por los tornos de acceso y le llevan a la entrada de la estaci¨®n, donde acaba en el suelo. El hombre sufri¨® lesiones que tardaron cinco d¨ªas en curar.

El protagonista de esas im¨¢genes es Ra¨²l A. G. y se ha querellado contra los Mossos d'Esquadra por falsificar un atestado policial, por vejaciones y por lesiones. Ra¨²l fue condenado el 12 de abril de 2012 por el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 24 de Barcelona por una falta contra el orden p¨²blico a pagar 80 euros por el incidente con los polic¨ªas que aquella tarde le pidieron la documentaci¨®n. La sentencia daba por probado que Ra¨²l se neg¨® a identificarse, opuso resistencia a la autoridad, adem¨¢s de insultar a los agentes y mostrar una actitud agresiva.

Revisi¨®n

Tras revisar el caso, la Secci¨®n Tercera de la Audiencia de Barcelona le ha absuelto, seg¨²n public¨® ayer El Peri¨®dico. ¡°Examinada la grabaci¨®n del acto del juicio y la grabaci¨®n de las c¨¢maras de seguridad del metro, hemos podido constar que Ra¨²l A. G. hizo entrega de su DNI a los agentes de la autoridad tan pronto como fue requerido para ello y que dicha actitud se compadece mal, por no decir que no se corresponde en absoluto, con la afirmaci¨®n realizada en la minuta policial de que se neg¨® a identificarse y que tuvo que ser sacado a la fuerza del and¨¦n del metro¡±, afirma el tribunal, en una sentencia del 27 de diciembre.

El incidente ocurri¨® el 15 de diciembre de 2011, despu¨¦s de una manifestaci¨®n en Barcelona por el asesinato sin resolver de Pedro ?lvarez en 1992 de un disparo en la cabeza en L'Hospitalet de Llobregat. Seg¨²n el atestado policial de aquella jornada, Ra¨²l A. G. insult¨® a los agentes en diversas ocasiones durante la marcha por la ciudad, ¡°incitando a otros componentes de la manifestaci¨®n¡±. Por eso la polic¨ªa decidi¨® identificarle, aunque esper¨® a que la gente se disolviese para evitar altercados. Le siguieron hasta el metro de Liceo, donde se produjo el incidente.