Est¨ªmulos a la recuperaci¨®n

Despu¨¦s de cuatro a?os de crisis parece que por fin van abri¨¦ndose t¨ªmidamente algunas grietas en el muro de la austeridad, por donde se podr¨ªan colar medidas de est¨ªmulo. Los muros se han levantado con piedras y con cemento (una suma de imposiciones y de convencimiento), tanto en Berl¨ªn, como en Madrid o Barcelona. Los muros son s¨®lidos, pero finalmente el cemento del convencimiento se ha ido debilitando y permite un cierto cambio en las pol¨ªticas, aunque todav¨ªa muy condicionadas por pesadas imposiciones. En cualquier caso oiremos hablar de est¨ªmulos, y querr¨ªa hacer algunas reflexiones sobre cu¨¢les son los m¨¢s adecuados.

1. Est¨ªmulos y austeridad. Demasiadas veces se han considerado incompatibles ambos elementos y se ha optado por uno de ellos, en lugar de buscar una adecuada combinaci¨®n de unos y otros. En Espa?a en 2009 se opt¨® solamente por estimular, y tanto en Espa?a como en Catalu?a llevamos ya dos a?os hablando solo de austeridad. La austeridad persigue la necesaria reducci¨®n del endeudamiento y es cierto que financiar seg¨²n qu¨¦ est¨ªmulos puede incrementar el d¨¦ficit y por tanto van en la direcci¨®n contraria. Pero ni las cosas son tan simples ni la contradicci¨®n es tan radical. Tanto los est¨ªmulos como las medidas de austeridad tienen un doble efecto, sobre el endeudamiento y sobre el crecimiento. Al escoger unos u otros hay que prever todas sus consecuencias. No es f¨¢cil pero es necesario.

2. Paro y demanda. Coincido con muchos en que el elemento central de toda la crisis es el paro, y a¨²n m¨¢s el paro en algunas franjas de edad. Mientras no se cree ocupaci¨®n neta no estamos iniciando la salida. Pero la ocupaci¨®n no se crea solamente con un tipo de est¨ªmulos. Es cierto que la rebaja de algunos costes asociados con el factor trabajo, o la reducci¨®n de algunos impuestos a las empresas, puede ayudar. Estas medidas son un acompa?amiento, pero el est¨ªmulo fundamental es el est¨ªmulo a la demanda. Un empresario no crear¨¢ m¨¢s puestos de trabajo porque le rebajen los impuestos; los crear¨¢ si necesita producir m¨¢s para vender m¨¢s, y esto solo ocurre si tiene m¨¢s pedidos. Menos impuestos puede animarle a contratar m¨¢s gente, pero si no hay perspectivas de vender m¨¢s, ni se lo plantear¨¢. Por tanto todas aquellas medidas de est¨ªmulo fiscal que no vayan acompa?adas de est¨ªmulos a la demanda, o que supongan una reducci¨®n de la capacidad de consumo de la poblaci¨®n, ser¨¢n in¨²tiles. As¨ª de simple.

Hay que estimular el crecimiento para crear ocupaci¨®n, pero no todo tipo de crecimiento ni en todas partes

3. Crecimiento y consumo. Se acepta que la salida de la crisis pasa por una vuelta al crecimiento econ¨®mico, y que la disminuci¨®n del paro solo se puede prever a partir de un crecimiento anual del PIB por encima del 2%. Pero hay muchas personas que, con raz¨®n, ponen en duda que sea acertado y prudente pensar en mantener la necesidad del crecimiento, en un escenario de limitaci¨®n y encarecimiento de recursos naturales y de acumulaci¨®n de residuos en la tierra y los mares, y de gases en la atm¨®sfera.

Estoy de acuerdo en que hay que estimular el crecimiento para crear ocupaci¨®n, pero no todo tipo de crecimiento ni en todas partes. Las medidas de est¨ªmulo deben ser, por tanto, selectivas y deben provocar cambios en las pautas de consumo, de forma que se puedan conseguir crecimientos del PIB, con reducciones reales del consumo de recursos naturales (especialmente energ¨¦ticos) y con disminuci¨®n de las emisiones de gases. No hay que reactivar, hay que transformar. Solo se puede reactivar transformando.

4. Consumo y desigualdad. Se ha explicado sobradamente que la crisis espa?ola ha generado mucha pobreza, pero no se ha explicado tanto que en los a?os de gran crecimiento tambi¨¦n se gener¨® pobreza y se increment¨® mucho la desigualdad. La raz¨®n principal del descenso del consumo es la pobreza y la reducci¨®n de la renta disponible de la denominada clase media baja. Medidas para recuperar la demanda que no sirvan al mismo tiempo para hacer retroceder la desigualdad ser¨¢n mucho menos eficaces que otras que permitan recuperar el consumo de sectores ahora casi descolgados del mismo.

En resumen, la reducci¨®n del paro pasa inapelablemente por el est¨ªmulo de la demanda, tanto exterior como interior. Es imprescindible aceptar las limitaciones de los recursos naturales y buscar la mejora de la igualdad. No se trata de dos condicionantes ideol¨®gicos, si no de la pura racionalidad econ¨®mica.

Joan Maj¨® es ingeniero y exministro.