La risa en los tu¨¦tanos
¡®Deseo¡¯, una comedia con di¨¢logos espl¨¦ndidos y situaciones hilarantes. La obra de Miguel del Arco se puede ver de mi¨¦rcoles a domingo en el teatro Alc¨¢zar Cofid¨ªs
La comedia es el drama, visto con perspectiva. Enfocados frontalmente y de cerca, Ana, Paula, Manu y Teo podr¨ªan ser tataranietos de los protagonistas de alguna obra de Strindberg, pero con la prudente distancia que Miguel del Arco, su creador, nos los presenta, son parte del engranaje minucioso de una inteligente m¨¢quina de levantar carcajadas. En Deseo, Del Arco dibuja cuatro caracteres contrastados, a punto de colisionar: la mujer felizmente casada (Ana), su introvertido maridito (Manu), la juvenil trampa de feromonas (Paula) y Teo, el impulsivo irrefrenable, a quien su esposa acaba de poner de patitas en la calle despu¨¦s de encontrarle abriendo de par en par nuevas v¨ªas de comunicaci¨®n con la chica rumana que les limpia la casa.
Deseo engatusa desde el principio, aunque en la primera escena sobran ese par de im¨¢genes proyectadas para ilustrar el gimnasio en el que Paula y Ana han fraguado una amistad incipiente entre ejercicios y confidencias er¨®ticas compartidas. A Ana le pone a cien su instructor. Paula, m¨¢s pr¨¢ctica y asertiva, conoci¨® a un hombre en el cuarto de ba?o de un bar y all¨ª mismito coron¨® una faena que luego fueron repitiendo con ¨¦xito creciente: l¨¢stima que est¨¦ casado. Ana, que dice no necesitar aventuras semejantes, la invita a pasar un fin de semana en su casa de campo, para que envidie cu¨¢n dichosos son ella y su marido.
En asunto tan convencional, Del Arco va introduciendo un ruido de fondo inquietante y una sucesi¨®n de giros inesperados que llevan sin pausa el agua de la acci¨®n dram¨¢tica al molino de una bien urdida intriga. Poco importa que alguno de tales giros resulte un pel¨ªn forzado (por ejemplo, la decisi¨®n de Teo de volver con su esposa), porque sus cuatro int¨¦rpretes hacen cre¨ªble incluso esa ¨²ltima y repentina transici¨®n tr¨¢gica de est¨¦tica hopperiana, ¨²nico hito dudoso de una comedia en la que destacan los espl¨¦ndidos di¨¢logos, la hilarante virulencia de las situaciones, la tensa atm¨®sfera que envuelve los acontecimientos y el tono alucinado de las transiciones, espl¨¦ndidamente resueltas con un escenario giratorio.
Sorprende la decidida hechura violenta del Teo de Luis Merlo en esa primera escena, que esconde a un hombre con los pies de barro y la fe perdida. Exacto en su dilaci¨®n y en su permanente disimulo, el Manu de Gonzalo de Castro, a quien no faltan buenas ocasiones de lucir su vis c¨®mica. Rotunda, segur¨ªsima de su belleza letal y con cierto brillo diab¨®lico, la Paula de Bel¨¦n L¨®pez, la revelaci¨®n de la noche. Emma Su¨¢rez teje a ganchillo el personaje de Ana, epicentro de la cat¨¢strofe, y el trabajo de los cuatro queda perfectamente empastado por la direcci¨®n.
DESEO. Autor y director: Miguel del Arco. Int¨¦rpretes: Emma Su¨¢rez, Bel¨¦n L¨®pez, Gonzalo de Castro y Luis Merlo. Luz: Juanjo Llorens. Vestuario: Ana L¨®pez. Escenograf¨ªa: Eduardo Moreno. Teatro Alc¨¢zar Cofidis.
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