Marear la perdiz
Hay que emitir una moneda complementaria al euro
El Consejo de Gobierno de la Junta ha anunciado una pr¨®xima sesi¨®n monogr¨¢fica para hablar de empleo que me parece del mayor inter¨¦s, aunque habr¨¢ que ver si aborda por fin las aut¨¦nticas causas del paro para que sus decisiones puedan ser eficaces. Hoy d¨ªa es imposible que se creen suficientes puestos de trabajo en Espa?a o en Andaluc¨ªa por una raz¨®n principal: las empresas que podr¨ªan hacerlo no tienen ni demanda ni financiaci¨®n en la cantidad necesaria. Y todo lo que se est¨¢ haciendo sin satisfacer ambas carencias es marear la perdiz, un brindis al sol que, como estamos viendo, no resuelve el principal problema de nuestra sociedad.
Lo lamentable del caso es que hay medidas que se podr¨ªan haber adoptado ya y que podr¨ªan solucionar esas limitaciones, incluso sin necesidad de poner en cuesti¨®n el entramado pol¨ªtico e institucional de la Uni¨®n Europea (que habr¨ªa que ponerlo).
La primera de ellas, cada d¨ªa m¨¢s urgente si no queremos salir a trompicones de la moneda ¨²nica dentro de alg¨²n tiempo, es la emisi¨®n de una moneda complementaria al euro, que no la sustituyera sino que circulase paralelamente a ella para ser exclusivamente utilizada en los intercambios internos de nuestra econom¨ªa. Ser¨ªa una moneda electr¨®nica con soporte en tarjetas de cr¨¦ditos y cheques y que permitir¨ªa, entre otras cosas, que se incrementase la demanda efectiva que necesitan las empresas para empezar a funcionar y crear empleo y, en el momento en que fuese utilizada tambi¨¦n por los bancos, que ¨¦stos generasen cr¨¦dito en esta nueva moneda, regenerando la financiaci¨®n a la econom¨ªa.
Otra medida que podr¨ªa ponerse en marcha con relativa facilidad es la reestructuraci¨®n de la deuda hipotecaria de las familias con rentas inferiores a un determinado nivel, por ejemplo limit¨¢ndola al 20% de sus ingresos durante dos o tres a?os. Una medida que aumentar¨ªa autom¨¢ticamente la renta disponible, de la cual sabemos que la inmensa mayor parte, en esos niveles reducidos de ingreso, va al consumo.
Por otro lado, y en lugar de estar gastando cientos de millones de euros en subvenciones y subsidios casi siempre sin contrapartida alguna, se podr¨ªan poner en marcha programas orientados, por ejemplo, a la rehabilitaci¨®n de edificios para aumentar nuestra eficiencia energ¨¦tica que aprovecharan as¨ª la gran cantidad de capital acumulado en el sector de la construcci¨®n; o reciclar a buena parte del personal del sector p¨²blico que ahora est¨¢ de brazos ca¨ªdos para convertirlo en promotor y facilitador de la b¨²squeda de nuevas extensiones de negocio y de la detecci¨®n de nuevas oportunidades de empleo.
De cara a resolver la sequ¨ªa de financiaci¨®n y a cambiar de modelo es inconcebible que nuestros Gobiernos no hayan creado entidades p¨²blicas de cr¨¦dito que act¨²en como suministradores de recursos a empresas y consumidores cuando la banca privada no est¨¢ cumpliendo esa tarea; que no est¨¦n fomentando la creaci¨®n de entidades de ahorro y financiaci¨®n cooperativa descentralizada, que soslayen los cuellos de botella que ha provocado la actual crisis financiera; o que no haya planes serios de sustituci¨®n de importaciones, de generaci¨®n de redes locales de producci¨®n y consumo, ni alternativas a las redes transnacionales de distribuci¨®n que vienen arruinando a nuestros sectores productivos, por poner unos simples ejemplos.
La idea de que la creaci¨®n de empleo solo necesita actuaciones (flexibilizadoras) en el mercado de trabajo, como sostienen la gran patronal, los gobiernos y los economistas liberales, es del siglo XIX, una antigualla que se ha demostrado hasta la saciedad que no funciona. Como tampoco van a funcionar las sesiones monogr¨¢ficas de nuestro Consejo de Gobierno o los planes de empleo si no abordan estas cuestiones m¨¢s generales que tienen que ver con los mercados de bienes y servicios.
Es verdad que no todas estas medias que he mencionado se pueden poner en marcha desde Andaluc¨ªa y que no se puede pedir a nuestro gobierno que las implemente. Pero s¨ª le podemos exigir que las asuma y las reclame fuera, y que aqu¨ª dentro, en Andaluc¨ªa, empiece ya a pensar al rev¨¦s, que innove y que no se limite a ser solo menos malo, sino algo distinto.
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