El alcalde no admite r¨¦plica

El alcalde ni est¨¢, ni se le espera. La secretaria del Ayuntamiento de Brea de Tajo, un pueblo de 500 habitantes al sureste de Madrid, explica desde el otro lado de la ventanilla que no ha llamado, ni se ha pasado por el pueblo ni ese d¨ªa ni el anterior y que si ¨¦l no llama por alg¨²n motivo, ella no suele contactar con ¨¦l. ¡°Tiene una nota pegada en su carpeta¡±, dice.

Rafael Barcala (PP) fue condenado la semana pasada por no dejar intervenir a la oposici¨®n en el pleno de aprobaci¨®n de los presupuestos de 2011. La sentencia le obliga a revocar los acuerdos adoptados, incluidos los presupuestos, y a pagar 450 euros.

El alcalde tampoco est¨¢ en el bar de su hermano, a 200 metros de la casa consistorial, ubicada en la plaza del General¨ªsimo. All¨ª, Miguel Barcala vomita una ristra de quejas tras la barra: algunos clientes a los que consideraba amigos han dejado de venir por motivos pol¨ªticos. ¡°Yo no tengo nada que ver con el Ayuntamiento, llevo 32 a?os trabajando aqu¨ª y mi hermano 15 de alcalde¡±.

La mayor¨ªa de vecinos prefiere callar. Una vecina que pasea con su nieta comenta: ¡°?ltimamente est¨¢ todo muy movido, desde que vinieron los for¨¢neos que dan papeles. Yo no les hago mucho caso¡±. Los for¨¢neos son la agrupaci¨®n municipal socialista.

Hace casi 20 a?os que el PSOE no obten¨ªa representaci¨®n en el municipio. En 2011 logr¨® 92 votos frente a los 226 del PP. La comunicaci¨®n entre Barcala y el l¨ªder socialista, Antonio Castro, es nula: ¡°Solo hablamos en los plenos y en los juicios¡±. Y eso que son casi vecinos en la capital, donde residen ambos. El territorio socialista se sit¨²a en una urbanizaci¨®n a cinco minutos del pueblo: La Alameda. Eso no quiere decir que los 70 vecinos que ocupan ese centenar de parcelas apoyen a la oposici¨®n. Pero ah¨ª naci¨® el conflicto.

Miguel Jim¨¦nez, de la plataforma Alameda Quejigal, que agrupa a casi 50 vecinos, se queja de que el alcalde no regulariza la situaci¨®n de la urbanizaci¨®n, construida en los a?os ochenta sobre terreno r¨²stico. Lonas con el logotipo del PSOE reciben al visitante a la colonia. Los robos son habituales. No hay ni luz (tienen paneles solares) ni agua corriente (la sacan de un pozo). Mientras, en Brea hay gimnasio, un gran ambulatorio, centro de menores, piscina, centro de d¨ªa y una escuela. ¡°Este alcalde debe tener mucho poder porque ha hecho muchas cosas y todas pagadas por la Comunidad¡±, dice una vecina. ¡°Aqu¨ª hay mucha gente del PSOE, pero callan por miedo¡±, a?ade su hijo.

La historia tendr¨¢ una segunda parte, incluso puede convertirse en una saga porque a¨²n hay otros tres juicios pendientes.