La gesti¨®n de la basura se acerca al colapso por la falta de instalaciones

La fecha tope es 2020. Para entonces, solo quedar¨¢n espacios protegidos en suelo valenciano donde poder abrir agujeros para verter residuos. Es la estimaci¨®n de la propia Consejer¨ªa de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente. En 2020, siete millones de personas habitar¨¢n en la Comunidad Valenciana y cada una de ellas producir¨¢ una media de 600 kilos de residuos al a?o. Entretanto, el negocio de la basura emite sensaciones de caos. Se nutre de m¨¢s de 2,6 millones de toneladas de residuos por a?o con resultados lejanos a los niveles de eficiencia requeridos por la legislaci¨®n europea y se rige por el Plan Integral de Residuos (PIR) de 1997, que tiene a la basura valenciana viajando de provincia a provincia por la falta de infraestructuras de eliminaci¨®n suficientes. El resultado del PIR es hoy un conjunto deslavazado de plantas obsoletas e ineficientes y con tecnolog¨ªas no homog¨¦neas que generan malos olores. En alg¨²n caso, adem¨¢s, emiten un cierto tufo a corrupci¨®n.

¡°El caos es total y el sistema est¨¢ pr¨®ximo al colapso¡±, advierte el diputado socialista, Francesc Signes, que conoce bien el problema de los residuos. ¡°Si la consejera Isabel Bonig no se pone las pilas, habr¨¢ un colapso parecido al de N¨¢poles. No habr¨¢ lugar donde meter la basura¡±, advierte.

¡°El PIR de 1997 es un fiasco total¡±, asegura Signes. En 2006 trat¨® un nuevo plan de residuos con el entonces consejero Rafael Blasco: ¡°Lo llegu¨¦ a tener en la mano, faltaban unos remates. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando?¡±, se pregunta. Desde la consejer¨ªa, el director de Calidad Ambiental, Vicente Tejedo, asegura que el nuevo plan cuenta ya ¡°con todas las bendiciones¡± pero est¨¢ a la espera de que Bonig lo ponga en com¨²n con Signes. El socialista sigue esperando la llamada sin atreverse a aventurar cu¨¢ndo saldr¨¢ el nuevo plan que ponga remedio al caos.

La gesti¨®n ser¨¢ un fiasco, seg¨²n la oposici¨®n, pero la basura es todo un negocio con un lucro dif¨ªcil de calcular por las ingentes cantidades de dinero que mueve y las distintas tasas que paga cada uno de los valencianos por su tratamiento y eliminaci¨®n. La gesti¨®n de residuos es la partida m¨¢s grande del presupuesto de un municipio y, por tanto, es un negocio con una indudable perspectiva de seguridad y rentabilidad.

En la Comunidad Valenciana, cinco constructoras que entraron hace tiempo en el negocio de los residuos ¡ªFCC, Ortiz e Hijos, Lubasa, Urbaser-ACS y Ferrovial a trav¨¦s de Cespa¡ª gestionan casi el 70% de las instalaciones de los 18 planes zonales en los que la Generalitat dividi¨® el territorio valenciano y pretend¨ªa dar salida a la basura.

La provincia de Alicante es un buen ejemplo de esta concentraci¨®n del negocio. Pr¨¢cticamente el 70% del tratamiento de residuos depende ¨ªntegra o parcialmente de FCC, Enrique Ortiz e Hijos o Cespa ¡ªel otro 30% se lo reparten Florentino P¨¦rez (Urbaser) y Vaersa (entidad p¨²blica)¡ª. Las tres primeras empresas coinciden en Inusa, una UTE (Uni¨®n Temporal de Empresas) que dirige la planta de tratamiento de Fontcalent, una partida rural de Alicante a la que llegan residuos de distintos puntos sin aparente orden ni concierto en un clima de constante pol¨¦mica. Ya sea porque los vecinos denuncian olores y vertidos masivos de residuos sin tratar que producen lixiviados, o bien porque el Ayuntamiento mantiene que es ¡°una planta ejemplar¡±.

Lo cierto es que los n¨²meros de Fontcalent son para sonrojarse. La planta ya acumula unas 1.500 quejas presentadas por vecinos y entidades ecologistas en el Comit¨¦ de Peticiones del Parlamento Europeo. Casi el 80% de las 135.190 toneladas que recibi¨® en 2011 esta planta dependiente del Ayuntamiento de Alicante fue rechazado durante su tratamiento. Es decir, ni se pudo reciclar ni convertir en material org¨¢nico reutilizable (compost). Seg¨²n datos de la memoria de 2011 del Comit¨¦ Econ¨®mico y Social (CES) valenciano, la planta recicl¨® un 1,1% de los residuos entrantes y recuper¨® un 1,8% de compost. El estudio se refiere a cifras que ¡°no incluyen las 130.000 toneladas extra de basura que Fontcalent recibir¨¢ de las comarcas del sur de Valencia a partir de 2013 y que llevar¨¢ al borde del colapso a la planta¡±, destaca Carlos Arribas, de Ecologistas en Acci¨®n. A fecha de hoy, la planta m¨¢s que tratar, entierra residuos. Fue inaugurada en 2008 y cost¨® 17 millones de euros.

¡°Lo que era una te¨®rica planta de reciclaje es un aut¨¦ntico vertedero. Los malos olores llegan a veces hasta los barrios exteriores de Alicante. Se est¨¢ haciendo caja a costa del medio ambiente¡±, denuncia Miguel ?ngel Pav¨®n, ecologista y edil de Esquerra Unida en el Ayuntamiento de Alicante. ¡°La contrata de la planta, que incluye la recogida de residuos, no sabemos exactamente cu¨¢nto cuesta. Se presupuestan 30 millones al a?o, pero acaban siendo casi 40. Al final son contratas de m¨¢s de 400 millones. Est¨¢ pendiente la adjudicaci¨®n de los pr¨®ximos 12 a?os y con los datos oficiales Inusa deber¨ªa estar descartada de entrada, pero aqu¨ª no se mueve un dedo para sancionar a nadie¡±, remata el concejal.

Esta baja eficiencia para reciclar y recuperar residuos es la t¨®nica en la mayor parte de las plantas del territorio valenciano. Del 1.844.266 toneladas de basura que tratan las instalaciones valencianas, solo acaba compostado un 7,2% de material y reciclado un 4,5% del total. Al mirar las cifras de reciclado en contenedor de 2011 ¡ªes decir, el esfuerzo que cada ciudadano hace en casa para separar su basura en distintos contenedores¡ª, el dato supone un 7,1% del total. El ciudadano es casi tres puntos m¨¢s eficiente en el reciclaje que las plantas.

La consejer¨ªa dice que tiene a punto el futuro programa para los desechos

El director de Calidad Ambiental, Vicente Tejedo, lo admite: ¡°En general, el ciudadano se comporta mejor reciclando que las plantas. Hay alguna que hay que modernizar y hay que invertir lo que revierte en las tasas de la ciudad¡±.

En la memoria del CES ninguna instalaci¨®n de la Comunidad Valenciana se acerca remotamente al 40% estipulado por la ley europea o el 30% fijado por el plan nacional integral de residuos rechazados en planta. Todas superan ampliamente estas cifras. Plantas como las de El Campello (Alicante) o las nuevas instalaciones de Quart de Poblet (Valencia), ambas inauguradas en 2009, rozan el 70% de rechazo en planta, m¨¢s incluso que la de Guadassuar, creada en 1989 y que acaba enterrando el 62,5% de la basura que trata.

Seg¨²n la memoria, la planta de Algimia d¡¯Alfara, la joya de la corona, inaugurada en 2011 y que recibe basura del norte de Valencia y sur de Castell¨®n, solo ha recuperado un 0,95% del material tratado y tiene unos niveles de rechazo superiores al 50%, aunque la consejer¨ªa discute el dato y asegura que el rechazo est¨¢ por debajo de lo que exige Europa.

¡°La normativa europea de 2008¡±, explica el diputado provincial de Alicante por el PSOE Ra¨²l Medina, ¡°establece una jerarqu¨ªa de medidas a tomar de cara a la gesti¨®n de residuos en territorio europeo que prev¨¦ primero la prevenci¨®n; luego la preparaci¨®n para la reutilizaci¨®n, el reciclado, otros tipos de valorizaci¨®n (como la energ¨¦tica) y finalmente la eliminaci¨®n en vertedero¡±. ¡°Aqu¨ª pasamos claramente de prevenir y reutilizar, amagamos con reciclar y nos hinchamos a eliminar¡±, resume Medina.

Cinco empresas gestionan el 70% de las instalaciones de tratamiento

Salvo sanciones aisladas y toques de atenci¨®n, la ¨²nica instalaci¨®n clausurada por el momento ha sido el vertedero de La Murada-Orihuela, gestionado por Proambiente y propiedad de ?ngel Fenoll, imputado en el caso Brugal. Y es en La Vega Baja donde la gesti¨®n de los residuos ha quedado ligada a la corrupci¨®n de Brugal con supuestos sobornos en la adjudicaci¨®n de la recogida de basuras en Orihuela y la investigaci¨®n en torno a la concesi¨®n del macrovertedero de la comarca, en la que est¨¢n imputados el expresidente de la Diputaci¨®n de Alicante Jos¨¦ Joaqu¨ªn Ripoll y el constructor Enrique Ortiz, quien junto a Cespa logr¨® el contrato que analiza la Justicia. Ortiz tambi¨¦n participa en la gesti¨®n de la planta de Fontcalent.

Arrancando en Castell¨®n y con presencia hacia el sur en seis de los 18 planes zonales destaca tambi¨¦n en el negocio la empresa Lubasa, cuya filial medioambiental es Tetma. Luis Batalla, que era administrador ¨²nico de Lubasa, tuvo que dejar la construcci¨®n para la Administraci¨®n a ra¨ªz de una condena por falsedad documental y fraude a Hacienda.