Dos lecturas de Strindberg en el Lliure

Tomo prestado el t¨ªtulo al espectador que ten¨ªa a mi izquierda y que sabe muy bien de lo que habla cuando compara la dimensi¨®n de una lectura dramatizada con la de la m¨²sica de c¨¢mara. Mientras comentaba con Joan Francesc Marco el valor de un formato tan esencial durante la pausa tras La tempesta, o¨ªa al espectador de mi derecha quejarse por lo mal que lo hab¨ªan hecho todos, a excepci¨®n de Boixaderas, y por no saber de antemano que se trataba de una lectura y no de una funci¨®n "comme il faut". Es cierto que el programa no lo deja claro, pero tambi¨¦n lo es que esperar una representaci¨®n al uso de un texto de Strindberg con Lluis Pasqual como protagonista hubiera tenido otra repercusi¨®n medi¨¢tica. Las dos lecturas de Strindberg que ofreci¨® el Lliure de Gr¨¤cia el pasado mi¨¦rcoles (La tempesta y La casa cremada) forman parte del ciclo Mem¨°ria Europea, iniciado la temporada pasada y que se completa en esta con un recorrido teatral en sesiones ¨²nicas que va desde el nacimiento del teatro contempor¨¢neo ¡ªcon piezas de Strindberg¡ª hasta la Segunda Rep¨²blica Espa?ola con las cartas entre Eduard Toldr¨¤ y Manuel Clausells, pasando por la Revoluci¨®n Francesa con textos de Georg B¨¹chner y la II Guerra Mundial con uno de Peter Weiss.

Coincidiendo con el centenario de la muerte de Strindberg, los textos suyos que han sido escogidos son cuatro piezas posteriores a La se?orita Julia que pertenecen a la segunda etapa de su obra, de car¨¢cter m¨¢s simbolista. Con La tormenta, La casa incendiada, La sonata de los espectros y El pel¨ªcano, todas ellas de 1907 y escritas para el Intima Teatern, Strindberg quer¨ªa adaptar el concepto de m¨²sica de c¨¢mara al teatro.

Las dos primeras obras comparten, ya en el t¨ªtulo, el simbolismo de los elementos purificadores de la naturaleza y, en la lectura escenificada del otro d¨ªa, varios int¨¦rpretes de primera l¨ªnea. Llu¨ªs Pasqual no sale muy bien parado en La tempesta y menos con Jordi Boixaderas d¨¢ndole las r¨¦plicas, pero la direcci¨®n de Juan Carlos Martel consigui¨®, con lo justo, que el pasado que vuelve a la mon¨®tona vida del funcionario jubilado (Pasqual) y sus reflexiones sobre ese pasado, el presente y el futuro, nos inundaran, junto a la tormenta, al menos a los que est¨¢bamos en las primeras filas, que es desde donde se o¨ªa todo bien.

En La casa cremada Pasqual asumi¨® la direcci¨®n, que es lo suyo, con un reparto homog¨¦neo y de lujo. Que gustazo ver y o¨ªr (con micr¨®fonos, adem¨¢s) a Pere Arquillu¨¦, Andreu Benito, Jordi Bosch, Xicu Mas¨®, Rosa Renom y de nuevo Boixaderas y Boris Ruiz, entre otros, en un escenario lleno de muebles y trastos ¡ªlos restos del incendio¡ª como personajes entrelazados en una historia que en la que el pasado y la culpa necesitan, una vez m¨¢s, ser purgados. Este s¨¢bado, La sonata dels spectres y El pelic¨¤, dirigidos por Pau Carri¨® y Pau Mir¨®, respectivamente.