La dif¨ªcil tarea de repoblar
O Incio lucha por atraer familias con ni?os entre la indiferencia vecinal. Los habitantes se niegan a alquilar viviendas vac¨ªas para frenar el despoblamiento
¡°Dado que los ni?os son la fuente de riqueza y futuro de nuestro municipio, todos los partidos con representaci¨®n en el Ayuntamiento tomamos conciencia y decidimos que era el momento de actuar para intentar atraer familias con ni?os para nuestro municipio¡±. As¨ª finalizaba el bando emitido el pasado d¨ªa 3 de diciembre por el ayuntamiento lucense de O Incio, que comenzaba advirtiendo algo que los vecinos saben de sobra: la despoblaci¨®n y el envejecimiento, y que en el colegio p¨²blico este a?o solo hay 22 alumnos. El bando instaba a los vecinos que tuviesen una vivienda habitable y desocupada y que estuviesen dispuestos a alquilarla a familias con ni?os, que se pasase por las oficinas municipales o llamase por tel¨¦fono. Una iniciativa semejante multiplic¨® por dos (de 14 a 31) a comienzos de este curso el alumnado del colegio San Marti?o, en Vilari?o de Conso, y el pueblo gan¨® diez familias. Aqu¨ª, en esta zona de prados y enormes bosques de casta?os entre la sierra de O Courel y el valle de Lemos parece que vaya haber tal avalancha.
El bando est¨¢ pegado en la puerta del Parad¨ªs Rural, un curioso nombre para el establecimiento que todo el mundo llama bar do Barrete y que es la mitad de la oferta hostelera de la capital municipal, Cruz do Incio. Barrete ten¨ªa otro bar a 50 metros, pero cuando abri¨® el Parad¨ªs, lo alquil¨®, cerr¨® el suyo y derrib¨® la casa. El otro bar, o bar da Lupe, ahora Teg¨², tambi¨¦n lo ha alquilado el que ten¨ªa el bar Candil, ahora cerrado. Mucho antes de que fuese una oferta de suma cero, la hosteler¨ªa en Incio era algo muy distinto. En Ferrer¨ªa do Incio y en su elegante balneario veraneaban los Maura y los Gasset. En la trastienda del Parad¨ªs, despu¨¦s de la presentaci¨®n del primer libro de la colecci¨®n Memoria do Incio, Claudio Rodr¨ªguez Fer cuenta como cuando lleg¨® a Nueva York en los noventa para dar clases, una alumna de aspecto inequ¨ªvocamente norteamericano le pregunt¨® por Incio. Se apellidaba Fox Maura y se hab¨ªa criado entre cuentos de aguas medicinales y paseos por el bosque.
En aquellos tiempos, por ejemplo en el censo de 1897, O Incio ten¨ªa una poblaci¨®n de 8.200 habitantes, similar a la de Ribadeo, y un tercio de la que sumaba la capital provincial, Lugo. Y sigui¨® manteniendo la cifra ¡ªaunque no la proporci¨®n¡ª hasta mediados de los cincuenta. Hoy, lo de poblaci¨®n envejecida es algo m¨¢s que ret¨®rica. De los 1.875 vecinos actuales, el mayor tramo de edad, 228, es el de los que tienen 85 o m¨¢s a?os (incluidos cinco que superan los cien) y solo 86 tienen menos de 16 a?os. En la ¨²ltima d¨¦cada, el ritmo de nacimientos parece regido por un metr¨®nomo. Desde 2002, indefectiblemente tres al a?o, excepto en 2009, que hubo un baby boom de ?diez! criaturas. Al a?o siguiente nacieron dos incienses, pero en 2012 vieron la luz los cuatro que restablecieron la media.
La demanda oculta
Los candidatos a nuevos vecinos tampoco son muchos. Ni de muy lejos. Rosa querr¨ªa irse a vivir a Incio porque en Sarria nadie le alquila un piso ¡°por los cinco ni?os¡±. Es de Madrid y adem¨¢s de las cinco criaturas, entre los 12 y los 3 a?os, tiene 32 a?os y un marido ¡°que podr¨ªa trabajar de granjero o de alba?il, pero no hay curro¡±. Carmen vive en Oural y se enter¨® porque se lo dijo una vecina. Son nueve de familia ¡ªel matrimonio, tres hijos saliendo de la adolescencia y dos nietos peque?os¡ª, vienen de la otra punta de la Pen¨ªnsula y sobreviven con dos pensiones.
F¨¢tima tambi¨¦n vive en Galicia, pero en la costa, y encontr¨® lo de O Incio por internet. ¡°Por cambiar de vida, para buscar tranquilidad sin lujos¡±. Tiene 26 a?os y se ha ganado la vida como comercial y limpiadora. Su compa?ero, como marinero y camionero, pero ahora ninguno tiene trabajo. Ni ni?os.
No es mucha demanda pero tampoco ha habido mucha m¨¢s publicidad que el bando. Xos¨¦ Maceda asegura que demanda hay. ¡°En Vilari?o, en la primera semana tuvieron cien llamadas, y quedaron en lista de espera otros tantos, y en los foros de internet sigue habiendo peticiones, de todo tipo, no solo de necesitados¡±, asegura. De hecho, en uno de los foros de acabaconlacrisis.es donde se trataba la oferta de Vilari?o, adem¨¢s de los casos que desbordan patetismo (a uno no le importa ¡°empezar en un nuevo pueblo aunque est¨¦ en Galicia¡±), hay un carpintero al que le gustar¨ªa ¡°acceder una casa para restaurarla, y formar peque?o taller y ense?ar a personas interesadas en este oficio¡±, o un matrimonio ¡°con una hija con dos hijos¡±: ¡°Soy t¨¦cnico agr¨ªcola y en jardiner¨ªa y mi esposa es administradora de empresas y ex inspectora de polic¨ªa¡±. No parece que en este caso los de Eirexalba pusieran problemas.
El CEIP Ricardo Gasset de O Incio no est¨¢ en cifras de cierre, pero ¡°para hacer un colch¨®n y asegurar que se mantenga el colegio¡±, Xos¨¦ Maceda, el portavoz del BNG, present¨® dos mociones para intentar atraer familias con ni?os. La de intermediar entre vecinos con casas alquilables y potenciales inquilinos se aprob¨® con los votos de todos los concejales. Los tres del gobierno (PSdeG), los dos del BNG, uno del Centro Democr¨¢tico Liberal y los cinco del PP. La otra, la de rehabilitar las casas para maestros de las antiguas escuelas como viviendas, con todos a favor menos el grupo de gobierno, porque la operaci¨®n hipotecaba en parte el presupuesto. Quiz¨¢ en la pr¨¢ctica unanimidad influya que los portavoces superen en poco la treintena.
Sin embargo, la medida de la rehabilitaci¨®n de las antiguas viviendas escolares no prosper¨®, y no solo por la oposici¨®n del gobierno local. Los vecinos de los lugares donde estaban enclavadas, que utilizaban los bajos como locales sociales, rechazaron que en las primeras plantas, sin uso, pudiese venir a vivir gente. ¡°En Eirexalba, lo de que ¡®a ver si van a venir gitanos¡¯ fue de lo m¨¢s suave. En Goo dijeron que se lo pensar¨ªan y en Viso que no. En Vilasouto ya ni se reunieron, mandaron un escrito diciendo que usaban el local para fiestas, y que guardaban all¨ª el pote para el pulpo¡±, recuenta la alcaldesa, Laura Celeiro. ¡°Tampoco pasa nada porque cierre el colegio, van a B¨®veda que est¨¢ ah¨ª al lado¡¯, dec¨ªan. Los viejos piensan que a ellos que m¨¢s les da, tienen a sus hijos fuera, y lo que no quieren que les quiten es el m¨¦dico. Pero no se dan cuenta que despu¨¦s del colegio, va el m¨¦dico¡±, dice Maceda. Tampoco O Incio es Vilari?o. Es la ¡°Terra Brava¡± de ?nxel Fole, pero Monforte y Sarria est¨¢n a escasos 25 minutos. Lugo, a 50.
Descartadas las viviendas oficiales (el Ayuntamiento tiene otras seis, pero cinco est¨¢n alquiladas y la sexta est¨¢ cedida a la Guardia Civil, que no la usa pero no est¨¢ muy por dejarla), quedan las particulares. De momento, solo est¨¢ la de Manolo Bousende en Trascastro, cerca de San Pedro Fiz, una iglesia-hospital construida en m¨¢rmol en el siglo XII. ¡°Es una casa de aldea, de piedra, en la que yo nac¨ª, pero ahora vivo en Incio. Estuvo habitada hasta hace poco, y cabe un ej¨¦rcito en ella, tiene cinco cuartos¡±, dice Manolo, que se dedica al transporte de viajeros y dice que se apunt¨® a esto ¡°por colaborar un poco¡±. Tiene un hermano, que no se opuso y tampoco teme que los inquilinos le malquisten con sus viejos vecinos, ¡°dependiendo de la gente que venga, claro¡±.
Laura Celeiro reconoce que no hay mucha oferta, y ni siquiera tiene constancia oficial de la del exvecino de Trascastro. ¡°No ayuda que la primera familia que vino fuese una de etnia gitana con cinco hijos¡±, reconoce, a la vez que se?ala que examinar a ¡°la gente que venga¡± es labor del Ayuntamiento. Desde comprobar que tiene unos ingresos para pagar la renta hasta recibir informes de escolaridad de los hijos. Maceda calcula que hay unas cincuenta no habitadas que podr¨ªan estar en el mercado, y coincide con la alcaldesa en que si no se alquilan en muchos casos es porque hay muchos herederos que no se ponen de acuerdo, o porque los propietarios vienen alg¨²n fin de semana o por las fiestas. Pero, adem¨¢s, se queja el concejal nacionalista, ¡°para estas cosas hay que poner tiempo y medios, y el Ayuntamiento lo que hizo fue poner un bando. Fuera de ideolog¨ªas, si estamos aqu¨ª es para hacer algo, porque queremos vivir aqu¨ª, si no, no s¨¦ qu¨¦ hacemos¡±.
Mientras la idea cuaja o no, ¨¦l ha contribuido a aumentar el censo a lo cl¨¢sico. El pasado diciembre, su compa?era, la poeta Olga Novo dio a luz a L¨²a, la ¨²ltima reci¨¦n llegada a O Incio. De momento.
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