El cabreo inteligente

El castigo de la indiferencia es incompatible con un artista que titula su ¨²ltimo disco Tinieblas, por fin. Ram¨®n Rodr¨ªguez, el barcelon¨¦s tras The New Raemon, es un sentimental devenido en esc¨¦ptico y afilado. La acidez en la mirada constituye casi una obligaci¨®n en estos d¨ªas asfixiantes, pero el de Ram¨®n es un cabreo inteligente, de los que sustituye el pu?etazo col¨¦rico por la sorna, la met¨¢fora p¨¦rfida, la rabia con temporizador. Raemon ha desarrollado una gran habilidad con la po¨¦tica intrigante (¡°Te debo un baile, y no una explicaci¨®n¡±) o los zarpazos de negrura existencial: So?ar la muerte o El fin del imperio encaran nuestro t¨¦trico destino con una franqueza ins¨®lita. Ram¨®n, por cierto, demuestra que se puede ser indie y acreditar una voz estupenda en tesitura y matices. Hay un Rodr¨ªguez que bucea en la ternura pop (Suced¨¢neos), se hace burla (¡°esta es una canci¨®n del tercer disco, que no le gust¨® a nadie¡±), parodia a Iron Maiden o Man¨¢ y simboliza la hecatombe de las rupturas con una met¨¢fora genial: ¡°Yo soy Simon y t¨², Garfunkel¡±. Y un Rodr¨ªguez que se encabrita con la guitarra el¨¦ctrica y se salta el parip¨¦ de los bises. Una cohabitaci¨®n deliciosa.