¡°Si de verdad quieres algo, haz que ocurra¡±

La enfermedad de su marido uni¨® los destinos de Joan Hunt (Liverpool, 1929) y la doctora Marisa Mart¨ªn (Cambridge, 1961). Un tumor cerebral se llev¨® a Fred Hunt en 1991 y con ¨¦l los planes del matrimonio de disfrutar de un retiro dorado en la Costa del Sol, donde acud¨ªan a veranear desde los a?os cincuenta y donde hab¨ªan fijado su residencia en 1984. ¡°Estaba sola con ¨¦l y en Espa?a no exist¨ªa todav¨ªa la cultura de los cuidados paliativos. Acud¨ª a la Cruz Roja, pero por aquel tiempo contaban con pocos recursos y su unidad de cuidados paliativos era un peque?o proyecto que arrancaba por entonces. All¨ª conoc¨ª a Marisa y Fred recibi¨® el cuidado que precisaba¡±, recuerda esta vivaz brit¨¢nica de 84 a?os y de sonrisa perenne. Sin hijos, Hunt decidi¨® quedarse en Espa?a. ¡°Es mi casa, no ten¨ªa nada por lo que volver¡±, pero sus planes de vida cambiaron por completo.

La experiencia vivida con su marido le impuls¨® a crear un centro donde los enfermos oncol¨®gicos terminales pasasen lo m¨¢s dignamente posible sus ¨²ltimos d¨ªas, de manera independiente, con el cuidado m¨¦dico necesario y arropados por el cari?o de sus familias. ¡°Pretend¨ªa que los cuidados paliativos que yo hab¨ªa necesitado otros los pudiesen recibir. Lo habl¨¦ con Marisa y se sum¨® al proyecto, as¨ª que decid¨ª ir a por el primer centro¡±, recuerda.

Era 1992 y la Fundaci¨®n de Cuidados del C¨¢ncer (Cudeca) daba sus primeros pasos en Arroyo de la Miel (Benalm¨¢dena). Empez¨® gracias a las donaciones de sus amistades ¡ª¡°Ya en el funeral de Fred recib¨ª donaciones de mis amigos¡±¡ª y a unos terrenos municipales cedidos por el Ayuntamiento, que ahora promueve que la rotonda donde se alza Cudeca lleve el nombre de su fundadora.

¡°Lo m¨¢s complicado al principio fue tener que pedir dinero y explicar que era para un hospital. Ella llegaba con su mentalidad anglosajona de servicio a la comunidad y yo le dec¨ªa que eso no entraba en la forma de ser de los espa?oles, m¨¢s dados a ayudarse en su c¨ªrculo ¨ªntimo¡±, cuenta Marisa Mart¨ªn. ¡°Pero no hubo quien la parase y sin conocer el idioma, sin grandes apoyos y sin atesorar fortuna alguna levant¨® Cudeca, que ahora cuenta con 1.300 socios y una amplia red de voluntarios que ronda las 700 personas¡±, a?ade Mart¨ªn, directora m¨¦dica y gerente y en la que Hunt ve a su heredera. ¡°Me encontr¨¦ que una de las etapas m¨¢s dif¨ªciles en este camino para afrontar con optimismo el dolor, enfocado a la comunidad, era pedir dinero. No era f¨¢cil para m¨ª pedirlo, pero todo fue m¨¢s sencillo a medida que se iban consiguiendo peque?as aportaciones¡±, subraya Hunt, a quien una reciente operaci¨®n de cadera ha restado algo de agilidad f¨ªsica, pero que mantiene una cabeza privilegiada, como corroboran su discurso y su vitalidad.

Han pasado ya 20 a?os y en este tiempo Cudeca ha atendido a m¨¢s de 7.500 pacientes de forma totalmente gratuita en un centro que emplea a 63 personas que nada tiene que envidiar a un hospital y que cuenta hasta con un servicio de atenci¨®n domiciliaria que en la actualidad atiende a 170 enfermos. ¡°Ten¨ªa mucha experiencia profesional, organizativa y mucha energ¨ªa. As¨ª empec¨¦ a plantearme desaf¨ªos. Siempre digo que si de verdad quieres algo, haz que ocurra¡±, afirma Hunt, que en Inglaterra fue jefa de personal en una multinacional y tuvo a sus ¨®rdenes a 14.000 empleados.

Pese a vivir rodeados de enfermedad, Hunt y su equipo transmiten optimismo y buenas energ¨ªas. ¡°Es muy importante c¨®mo se afrontan la enfermedad y el dolor. Por eso en nuestra filosof¨ªa es fundamental la atenci¨®n, el cari?o y el calor, no solo el cuidado m¨¦dico. Nuestro lema es: ¡®no sabemos si podemos a?adir d¨ªas a la vida, pero s¨ª vida a los d¨ªas¡±, explica Hunt, cuya labor ha sido reconocida con numerosos galardones, entre ellos la medalla de honor de la Orden del Imperio Brit¨¢nico, Mujer Europea 1997 y la Cruz de Malta. Su trabajo le ha ofrecido tambi¨¦n la posibilidad de ganarse la amistad y colaboraci¨®n de personalidades como Antonio Banderas, Luz Casal o Ana Bel¨¦n, entre otros.

Precisamente, la buena relaci¨®n con Banderas se ha traducido en una estrecha colaboraci¨®n a trav¨¦s de la Fundaci¨®n L¨¢grimas y Favores que dirige el actor. As¨ª, el pr¨®ximo 15 de marzo se celebrar¨¢ una cena ben¨¦fica en el Museo del Autom¨®vil de M¨¢laga elaborada por cocineros de gran prestigio, como David Mu?oz (dos estrellas Michelin), Diego Guerrero (dos estrellas) y Jordi Roca (tres estrellas). Parte de la recaudaci¨®n ir¨¢ destinada a Cudeca.

Fondos que Hunt desear¨ªa que fueran m¨¢s sustanciosos para poder acometer otro de sus sue?os. ¡°Un centro para ni?os¡±, dice mientras esboza una gran sonrisa al ver jugar en la ludoteca del centro al hijo de uno de los enfermos. Pero ese nuevo desaf¨ªo, de momento, tendr¨¢ que esperar. El desaf¨ªo que afronta para 2013 y 2014 es enorme: mantener el modelo de atenci¨®n integral para las personas con c¨¢ncer u otra enfermedad avanzada en fase no curativa que lo necesiten. Y una de las primeras medidas para recortar gastos ya en marcha es la reducci¨®n salarial de personal, posible ¡°gracias al esfuerzo y compromiso de todos los trabajadores¡±.

Hunt afronta ahora con cierta preocupaci¨®n el reto de mantener en pie Cudeca, pues los ingresos por donaciones, actos ben¨¦ficos, de su propia red de tiendas de segunda mano y cafeter¨ªas o ayudas p¨²blicas se han visto mermados por la crisis.

¡°Lo poco que alguien pueda dar para nosotros es mucho¡±, asegura Mart¨ªn, recordando que Cudeca existe ¡°porque la gente la construy¨® con sus peque?os donativos¡±.