La raz¨®n cr¨ªtica del Ateneo
Jos¨¦ Luis Abell¨¢n, que dirigi¨® la instituci¨®n nueve a?os, recela de la venta del patrimonio, pero pide generosidad con el presidente
Jos¨¦ Luis Abell¨¢n es hoy, por sus posiciones cr¨ªticas, una referencia obligada para encarar la situaci¨®n que atraviesa el Ateneo, del que es socio desde 1957. Catedr¨¢tico, ensayista e historiador del Pensamiento Espa?ol, presidi¨® la decana de las instituciones culturales de Madrid durante nueve a?os, hasta 2009. Hoy es miembro de base sin cargos, pero su ascendente acad¨¦mico e institucional le acreditan como observador y cr¨ªtico de excepci¨®n. ¡°Hay otros m¨¦todos para conjurar la crisis del Ateneo distintos al de subastar obras de arte¡±, se?ala.
Nacido en el madrile?o Postigo de San Mart¨ªn, en 1933, fue hijo de un ama de casa y de un abogado. Pas¨® su infancia y adolescencia en ?vila.
A los 15 a?os se desplaz¨® a Madrid para estudiar en el instituto Ramiro de Maeztu. Curs¨® dos a?os de Derecho, estudios que abandon¨® para seguir Filosof¨ªa y Letras. En las revueltas estudiantiles de 1956, junto con Dionisio Ridruejo, Ram¨®n Tamames, Enrique M¨²gica, Gabriel Elorriaga y otros, fue detenido y encarcelado. Recuerda con una sonrisa los cargos que se le imputaron y por los que fue procesado, pese a no tener militancia org¨¢nica en ning¨²n partido: ¡°Se me acus¨® de c¨®mplice de propaganda ilegal ?por omisi¨®n!¡±; es decir, la Polic¨ªa afirmaba que tuve en mi poder ejemplares del ¨®rgano comunista Mundo Obrero, y como yo no lo denunci¨¦, como no me acus¨¦ a m¨ª mismo, era culpable¡±. Y a?ade: ¡°Un indulto por la muerte de P¨ªo XII me salv¨® de cumplir la pena¡±.
Jos¨¦ Luis Abell¨¢n
- Emigr¨® a Puerto Rico tras ser condenado por leer Mundo Obrero.
- Es autor de los siete tomos de Historia del Pensamiento Espa?ol.
- Ha dado conferencias en universidades de todo el mundo.
Dados sus antecedentes pol¨ªticos, el horizonte profesional en Espa?a se cerr¨® y en 1961 march¨® a Am¨¦rica, a Puerto Rico, donde como profesor visitante de Literatura Espa?ola entr¨® en contacto con el exilio intelectual y acad¨¦mico espa?ol. Abell¨¢n reconoce como decisiva para su trayectoria posterior la figura y la obra del pensador Jos¨¦ Gaos, a quien all¨ª conoci¨®. Fue entonces cuando comenz¨® a combatir el mito seg¨²n el cual Espa?a carec¨ªa de una l¨ªnea de pensamiento filos¨®fico propio. Lo que redescubri¨® fue que hubo, ¡°a partir del siglo XVI, una estela de extraordinarias personalidades intelectuales, la constelaci¨®n de los erasmistas, desde Luis Vives a los hermanos Vald¨¦s, muchos de ellos estigmatizados por la persecuci¨®n ideol¨®gica, la proscripci¨®n y el exilio, condenados al olvido por la intolerancia y el dogmatismo¡±. Se propuso pues sistematizar una Historia del Pensamiento Espa?ol, que acu?¨® en siete tomos, obra que se convirti¨® en el corpus filos¨®fico m¨¢s vertebrado desde el esfuerzo realizado por Marcelino Men¨¦ndez y Pelayo. ¡°En su Historia de los heterodoxos espa?oles y pese a su espl¨¦ndida erudici¨®n, don Marcelino sigui¨® una pauta apolog¨¦tica hacia la religi¨®n cat¨®lica; por mi parte, en mi Historia del Pensamiento, me gui¨¦ por la raz¨®n cr¨ªtica¡±. Erasmismo, exilio, Ej¨¦rcito y pensamiento son algunos de los enjundiosos universos que Abell¨¢n ha abordado a lo largo de su dilatada experiencia, con conferencias por Europa, Am¨¦rica, incluso por Ocean¨ªa, donde ha pasado dos meses de 2011 en Nueva Zelanda como profesor invitado por la Fundaci¨®n Vista Linda, que distingue a intelectuales espa?oles como Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, quien le precedi¨® en Auckland.
Hoy Jos¨¦ Luis Abell¨¢n se muestra ¡°muy preocupado¡± por los acontecimientos que se suceden en el mundo cultural espa?ol y, en concreto, en el Ateneo. ¡°Estoy en pleno desacuerdo con la venta de obras¡±, subraya. ?l acude todos los d¨ªas a la instituci¨®n de la calle del Prado y se muestra dolorido ante el panorama de enfrentamiento que el Ateneo vive y que se ha sustanciado en una escisi¨®n entre los socios a prop¨®sito de si resultaba o no viable, ¨¦ticamente aceptable, legal o ilegal, y necesaria o no la salida a subasta de obras de arte acu?adas, adquiridas o cedidas por artistas que expusieron en sus salas. El apremio financiero exig¨ªa, seg¨²n la actual directiva que encabeza el catedr¨¢tico Carlos Paris, medidas urgentes y eficaces.
A la pregunta de qu¨¦ propondr¨ªa al actual presidente del Ateneo para salir de la crisis, Jos¨¦ Luis Abell¨¢n reitera su propuesta: ¡°Le sugerir¨ªa a Carlos Paris que, una vez que las administraciones p¨²blicas nos han fallado, es preciso recurrir a instituciones privadas con sensibilidad cultural y art¨ªstica para que nos ayuden a salir de esta situaci¨®n¡±. Y propone una iniciativa:
¡°Creo que el Ateneo, dada su entidad cultural y cient¨ªfica, podr¨ªa programar cursos de Doctorado como fuente de financiaci¨®n. Pero, la primera tarea de todas es la de restaurar la concordia y la solidaridad entre los socios, a trav¨¦s de la raz¨®n, el di¨¢logo y los esfuerzos conjuntos¡±.
Tras su paso durante nueve a?os por la c¨²spide de la instituci¨®n decana de las madrile?as, el historiador del Pensamiento Espa?ol se?ala: ¡°Hay un pecado original que el Ateneo arrastra y es el excesivo electoralismo que le aqueja; cada mes de mayo, se renueva la mitad de su directiva y cada dos a?os, la presidencia; resulta imposible en un a?o planificar m¨ªnimamente una estrategia presidencial y mientras tanto, las convocatorias electorales devienen en competiciones muy conflictivas que exten¨²an los esfuerzos y crispan a los socios¡±. Recuerda, por otra parte, que ¡°la actividad de los directivos del Ateneo es estatutariamente gratuita¡±. Por ello exige hacia la presidencia y la direcci¨®n ¡°la misma generosidad, por parte de los socios, que aquellos les brindan".
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