Una escuela de baile creativa
La nueva obra de Isabel Bay¨®n confirma su apuesta por el baile como ¨²nico argumento
Tras una exitosa trilog¨ªa de obras con dramaturgia, la bailaora sevillana parece haber decidido entregarse al baile sin m¨¢s argumentos que aquellos que le son propios, y que no son pocos precisamente. Ese giro, que se confirma con su nueva obra, estrenada en este festival, tiene quiz¨¢s sus ra¨ªces en el espect¨¢culo En la horma de sus zapatos, presentado en la Bienal de Sevilla de 2010, con algunas coreograf¨ªas dise?adas por compa?eros sobre un soneto de Miguel Hern¨¢ndez. En ¨¦l, baile, buen cante y buenas guitarras, los elementos esenciales de este arte, compusieron una obra hermosa, variada, rigurosa. Palabras que en gran medida son aplicables a su nueva creaci¨®n, que tiene mucha continuidad con aquella. En com¨²n tienen, adem¨¢s, una mirada al pasado y un reconocimiento a maestros, pero ahora las coreograf¨ªas son ya todas de la entera responsabilidad de la bailaora. Con una y otra obra, aunque exista alguna coincidencia en la elecci¨®n de los estilos ¨Cno as¨ª en su tratamiento-, Bay¨®n parece estar confeccionando una suerte de antolog¨ªa del baile, una hist¨®rica recopilaci¨®n de escuela de la que proviene, a la que ella imprime, como un contraste que no empa?a la herencia, la huella de su personalidad, que es presente y actual.
El t¨ªtulo de la obra, Caprichos del tiempo, fue una buena excusa no solo para esa mirada al pasado que su baile o la obra contienen, sino tambi¨¦n para una bella representaci¨®n del paso del tiempo (tic, tac, tic, tac) con su propio cuerpo que, en la introducci¨®n, se movi¨® con la exactitud del p¨¦ndulo y las formas curvas del reloj de arena. El tiempo y la curva. El primero lo domina y dome?a a su antojo, lo acelera o lo pausa con el desarrollo de su danza, y parece detenerlo cuando se convierte en estatua con un preciso desplante. La curva reina en su baile y adquiere m¨²ltiples formas con el juego de su cintura, de sus brazos, de su cuerpo todo, sus ojos y sus cejas cuando gui?a con picard¨ªa en la guajira.
Caprichos del tiempo
Baile: Isabel Bay¨®n.
Cante: David Lagos, Miguel ?ngel Soto Londro.
Guitarras: Jes¨²s Torres, Juan Requena.
Percusi¨®n: Jos¨¦ Carrasco.
Coreograf¨ªa: Isabel Bay¨®n.
Composici¨®n musical: Jes¨²s Torres, Juan Requena.
Teatro Villamarta de Jerez (C¨¢diz), 27 de febrero de 2013
Antes, hab¨ªa abordado la malague?a rematada con br¨ªo por abandolaos. Tras ella, la farruca con aires propios de un clasicismo que va y viene repartido entre, baile, toque y cante. As¨ª ocurri¨® con la seguiriya, en la que bail¨® bajo la invocaci¨®n de Manuel Vallejo antes de entregarse al cabal de Lagos o al recuerdo de Tom¨¢s Pav¨®n en la garganta de El Londro. Una seguiriya larga y sucesiva en creaciones que se remat¨® en ton¨¢ y que, de alguna manera, supuso el final de una suerte de suite en la que los bailes se enlazaron sin apenas pausa y en un ejercicio infatigable. Quiz¨¢s la parada y la calma la tuviera Isabel reservada para el baile de las alegr¨ªas, que abord¨® con un radical cambio de vestuario. La bata de cola color coral fue el veh¨ªculo para exponer el completo repertorio del estilo, pero tambi¨¦n Bay¨®n se sirvi¨® de ella para pausar y templar explotando las posibilidades de la prenda con gusto y escuela. El remate a una noche de baile excelso que correspondi¨® en todo momento a un cante y a un toque que siempre estuvo a su nivel.
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