El periodismo fosforescente
Llu¨ªs Bassets disecciona en el demoledor ensayo 'El ¨²ltimo que apague la luz' la extinci¨®n de una manera de entender el oficio


Se acab¨® lo del peri¨®dico en papel; durar¨¢, como mucho, hasta el 2025, por poner una fecha optimista. Lo demuestran la sangr¨ªa de la desaparici¨®n de cabeceras y la eliminaci¨®n de los puestos de trabajo, as¨ª como la m¨¢s silenciosa pero constante desinversi¨®n en contenidos. Y es que por no quedar, empieza a ni encontrarse quioscos donde los vendan. Moraleja: el oficio de periodista, tal y como se ha conocido hasta ahora, ya no da m¨¢s de s¨ª. ¡°A partir de ahora quienes quieran seguir deber¨¢n pensar en cambiar de oficio o en cambiar radicalmente el oficio, que quiere decir cambiar ellos mismos¡±, escribe Llu¨ªs Bassets, director adjunto de EL PAIS, que como lleva 40 a?os a sus espaldas de ejercicio profesional y desde atalayas privilegiadas, se comporta como tal y, sin tapujos, disecciona con descarnada frialdad la situaci¨®n del periodismo en El ¨²ltimo que apague la luz. Sobre la extinci¨®n del periodismo (Taurus).
¡°Lo que me angustia es que la a?oranza no nos entretenga: hay que pasar p¨¢gina del absurdo debate sobre la pervivencia o no del diario de papel; ¨¦ste est¨¢ liquidado, la nueva etapa ser¨¢ totalmente digital; lo que urge ahora ya es c¨®mo encontrar los recursos para poder ejercer el periodismo de m¨¢ximo nivel y rigor en los nuevos entornos¡±, resumi¨® Bassets durante la presentaci¨®n de su trabajo en el Colegio de Periodistas de Catalu?a, moderado por el no menos reconocido Josep Cun¨ª, que defini¨® el libro como ¡°demoledor y clarividente, escrito con coraje y honestidad¡±.
El diario de papel est¨¢ liquidado; lo que urge ahora ya es c¨®mo encontrar los recursos para poder ejercer el periodismo de m¨¢ximo rigor en los nuevos entornos
El mismo escenario del evento ya funcionaba de met¨¢fora de la situaci¨®n del oficio: mezcolanza entre j¨®venes y veteranos periodistas, alg¨²n exconsejero delegado de gran diario de papel hoy promotor y accionista de un diario en la red y una quinta parte del auditorio, como m¨ªnimo, escuchando mientras deslizaba dedos por las pantallas de sus m¨®viles.
Aprovechando que se encontraba frente a uno de los pocos ¡°periodistas intelectuales¡± que dice que conoce, Cun¨ª fue ladinamente sacando los ejes que recorren el ensayo, trabado a partir de cinco textos escritos a lo largo de los ya casi seis a?os que la crisis azota especialmente al sector. Por un lado est¨¢ la decadencia del negocio (¡°los lectores perdidos dif¨ªcilmente se recuperar¨¢n y la publicidad, tampoco¡±), que no parece que la versi¨®n digital de los diarios vaya a subvertir. ¡°El margen comercial de los peri¨®dicos de papel ha oscilado entre el 20 y el 30%; el de los diarios digitales se calcula sobre un 3%¡±, puso en su sitio Bassets.
La moraleja de esa situaci¨®n es inmediata: ¡°La clave del oficio est¨¢ en el precio de la informaci¨®n de calidad¡±. Algo muy vinculado, seg¨²n Bassets, a la funci¨®n institucional de los medios: ¡°La vitalidad social y democr¨¢tica se ver¨¢ afectada si no sabemos crear un modelo de negocio period¨ªstico, si no logramos reformas de tipo empresarial que garanticen un periodismo de calidad en la red; si no lo conseguimos, cuestionaremos los valores centrales del oficio y acabaremos con ¨¦l¡±.
Ante un hipot¨¦tico fracaso de esa v¨ªa, el periodista ya detecta dos graves peligros: la consolidaci¨®n y proliferaci¨®n de lo que bautiza en el libro como ¡°periodismo soberano¡± (tipo cadena Al Jazeera o la china CCTV), descaradamente a favor de intereses familiares y pol¨ªticos, al que se unen ya tambi¨¦n los grandes conglomerados empresariales (fondos de inversi¨®n, petroleras, lobbies¡), ¡°que crean plataformas informativas en la red respondiendo t¨¢citamente, claro, a sus intereses; o, tanto o m¨¢s peligroso, plataformas period¨ªsticas ¡°esponsorizadas, no una mala salida seg¨²n qui¨¦n sea el mecenas¡±.
Bassets cree que sobrevivir¨¢ el esp¨ªritu del corresponsal de guerra, en el sentido de los que saben ¡°generar una noticia que nadie m¨¢s podr¨¢ contar, ya sea porque ¨¦l est¨¢ sobre el terreno o porque es el ¨²nico en verla, entenderla y desentra?arla¡±
Wikileaks y Julien Assange no pod¨ªan quedar al margen, un fen¨®meno fruto de ¡°la ruptura de la mediaci¨®n period¨ªstica, como en tantos otros ¨¢mbitos sociopol¨ªticos han comportado el movimiento del 15-M o las primaveras ¨¢rabes en tiempos de sociedades muy fragmentadas¡±. Bassets, sin embargo, deja muy cerca el famoso Cablegate de los esc¨¢ndalos provocados por las actuaciones de los periodistas de Rupert Murdoch, ¡°cuya posici¨®n moral estar¨ªa muy cerca de la de Assange y sus hackers¡±. De ese episodio le preocupa ¡°la arrogancia de Assange, que al final necesit¨® al viejo periodismo para descodificar sus cables, y la sensaci¨®n ¨²ltima de que todo el mundo puede ser espiado¡±. Bautiza Bassets como ¡°pr¨¢ctica del preperiodismo¡± otro de los males de la Red: ¡°La trascendencia que se le da al rumor, no hay muchas veces verificaci¨®n¡±, una caracter¨ªstica de una red social demasiado usada tambi¨¦n por los propios periodistas de manera irreflexiva ¡°al confundirlas con un canal a caballo entre el tel¨¦fono particular y el medio masivo, lo que mancha su imagen profesional¡±.
Apagada la luz, quedan por los menos algunas fosforescencias. Si es cierto que en el periodismo digital no hay cierre (es el 24 horas sobre 24); no hay posibilidad de scoops o noticias exclusivas (las red las difunde al nanosegundo y sin citar la fuente, claro) y no hay noticias estrictas (¡°hay muchas menos de lo que creemos: se da mucha no-noticia sobre no-acontecimientos¡±), siempre sobrevivir¨¢, cree Bassets, el esp¨ªritu del corresponsal de guerra, en el sentido de los que saben ¡°generar una noticia que nadie m¨¢s podr¨¢ contar, ya sea porque ¨¦l est¨¢ sobre el terreno o porque es el ¨²nico en verla, entenderla y desentra?arla con su contextualizaci¨®n¡±. Y algunos de esos valores y c¨®digos de calidad de los periodistas de papel es lo que ¨¦stos pueden aportar al mundo digital y a las generaciones profesionales m¨¢s j¨®venes, enriqueciendo sus c¨®digos de calidad a¨²n en construcci¨®n. Una luminiscencia en la noche period¨ªstica.
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