El PSC como problema
"El PSC no es capaz de nacionalizar suficientemente a su electorado obrero"
No es que la izquierda en general y el PSOE en particular tengan un problema con el PSC, es que el PSC es, en s¨ª mismo, un problema. O, por mejor decir, es un ejemplo de la compleja relaci¨®n entre izquierda y catalanismo en el espacio pol¨ªtico catal¨¢n, porque ICV es, respecto de IU, algo sospechosamente parecido, aunque de menor dimensi¨®n. En ambos casos nos hallamos ante partidos de la familia socialista que tratan de combinar socialismo y nacionalismo, que obtienen mejores resultados en elecciones legislativas que en auton¨®micas, y cuyo electorado favorable a la secesi¨®n es ampliamente minoritario ( el 11,4 para el PSC y el 28,23 para ICV en 2012).
El PSC naci¨® de la fusi¨®n entre dos formaciones socialistas/nacionalistas y la federaci¨®n catalana del PSOE naci¨® con la vocaci¨®n de convertirse en el partido principal del subsistema pol¨ªtico catal¨¢n aunando el apoyo de la clase obrera (mayoritariamente inmigrada, o casi), con el del sector izquierdista de un nacionalismo de clases medias. Para que el proyecto tuviera ¨¦xito era indispensable hacerse con la cuota mayor del electorado progresista y formular e imponer una visi¨®n del catalanismo incluyente, que le permitiera aparecer como alternativa al nacionalismo conservador en el campo nacionalista mismo al proponer un nacionalismo distinto.
El proyecto no ha tenido ¨¦xito. Si exceptuamos las elecciones al Parlament de 1999, el PSC sistem¨¢ticamente tiene un score m¨¢s bajo en las auton¨®micas que en las legislativas pr¨®ximas, y desde ese a?o la anterior estabilidad de su apoyo electoral sobre censo se ha deteriorado hasta el extremo que en trece a?os ha perdido m¨¢s de la mitad del mismo (del 22,4 en las auton¨®micas del 99 al 9,79 de las de 2012). Es m¨¢s, la comparaci¨®n con el resultado de las elecciones al Parlamento y las legislativas, siempre sobre censo,es desolador: en las ¨²ltimas ocho elecciones, y con la excepci¨®n de 1999, el PSC obtiene en auton¨®micas entre la mitad y los tres quintos de los alcanzados en las legislativas m¨¢s pr¨®ximas , con una diferencia media de 10,8 puntos sobre censo en las ¨²ltimas siete elecciones (en las ¨²ltimas legislativas, ¨²nicas que el PSC no ha ganado, el diferencial va del 9,79 en auton¨®micas al 17,1 en legislativas).
El an¨¢lisis tradicional de los resultados del PSC se?ala que ¨¦ste pierde electores respecto de las legislativas cuando llega la hora de votar al Parlament, y que lo hace en dos direcciones: una parte de su electorado rural y de clase media vota nacionalista en las auton¨®micas, en tanto que otra parte de su electorado, de clase trabajadora urbana que vota sus listas en legislativas, se abstiene en las auton¨®micas.
Por si sola esa pauta de comportamiento expresa que el proyecto PSC no funciona adecuadamente: no es capaz de nacionalizar suficientemente a su electorado obrero, que le vota cuando aparece como PSOE, esto es en legislativas, pero le abandona cuando aparece como PSC, esto es en las auton¨®micas. Pero tampoco funciona en el campo nacionalista, terreno en el que el PSC siempre ha sido un segund¨®n, y un segund¨®n de rendimiento decreciente.
No creo sea sostenible la tesis seg¨²n la cual existe una incompatibilidad radical entre catalanismo y socialdemocracia, si dicha tesis fuere correcta el PSC hubiere fracasado de inicio y hace tiempo que se hallar¨ªa en el ba¨²l de los recuerdos. Ni el prop¨®sito b¨¢sico de evitar una fractura comunitaria en Catalu?a, ni el proyecto de forjar un catalanismo de izquierda capaz de competir con el conservador por la hegemon¨ªa en el campo nacionalista son imposibles per se.
De hecho, el primero se ha logrado evitar, lo que no es poco, pues supone que el PSC ( e ICV) ha conseguido en buena medida limitar el impacto de un nacionalismo etnicista excluyente que, adem¨¢s de ser ajeno a la corriente principal del nacionalismo hist¨®rico, anida en el seno del nacionalismo conservador.
Si no me equivoco la clave del fracaso de la izquierda catalanista se halle en otro lugar: tanto el PSC como ICV, pero en mayor medida el primero, aunque solo fuere por razones de tama?o e influencia, no han sido capaces de articular un discurso catalanista distinto del sostenido por convergentes y ERC. Dicho de otro modo: el modo de combinar socialdemocracia y catalanismo ha consistido en sostener planteamientos socialdem¨®cratas al tiempo que se endosa la definici¨®n del catalanismo que hace el nacionalismo conservador.
El resultado es que la definici¨®n de que cosa sea catalanismo y que posiciones son verdaderamente nacionalistas se hace por el nacionalismo conservador , la izquierda se limita a adoptar la determinaci¨®n que este ¨²ltimo hace. Mientras en el nacionalismo conservador ha sido dominante la tendencia autonomista el problema ha podido permanecer oculto, pero cuando CiU abandona la centralidad social a favor de posicionamientos neoliberales, y, a modo de compensaci¨®n, abandona el autonomismo a favor de un secesionismo (que buena parte de su propio electorado no respalda) como en el nacionalismo la direcci¨®n convergente es la hegem¨®nica, la que impone su determinaci¨®n del catalanismo, el PSC se queda sin terreno de juego.
La posici¨®n de estar de acuerdo con el ¡°derecho a decidir¡± y sostener la unidad y ser hostil a la secesi¨®n, cuando el ¡°derecho a decidir¡± es ya la secesi¨®n en camino, es proponer a la sociedad un pastel de liebre sin liebre, y no es de esperar que esta compre tal producto. Ya lo dice la escritura cuando se refiere a los tibios.
El fracaso, siquiera sea parcial, de la raz¨®n de ser del PSC hace que este, en si mismo, sea un problema. La cuesti¨®n es si nos hallamos realmente ante un problema (y que, por ello, hay alguna soluci¨®n) o ante una tragedia (que no la tiene). Ahora bien, para que sea posible entender el dilema como de posible soluci¨®n, es decir, que persista la posibilidad de una combinaci¨®n no antag¨®nica entre socialdemocracia y catalanismo, es indispensable que el actual hegem¨®n fracase. Solo el fracaso de la deriva secesionista abrir¨¢ la posibilidad de recobrar lo recobrable del proyecto original. De ah¨ª que la combinaci¨®n de autonomismo federal y ¡°derecho a decidir¡± aparezca como una estupidez constitutiva.
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