El Madrid que resisti¨®
El periodista Fernando Cohnen reconstruye y recorre en su obra los edificios que alojaron a los protagonistas de la Guerra Civil en el casco de una ciudad herida por la sangre y el fuego

Si los sonidos perdurasen en el tiempo, quiz¨¢ pudieran hoy los madrile?os y forasteros percibir las especiales vibraciones que el Madrid de la Guerra Civil, julio de 1936, abril de 1939, registr¨® durante aquellos a?os de plomo hirviente y de anhelos de libertad. A sus o¨ªdos llegar¨ªa el fragor de los potentes motores de los bombarderos Junker, de la Luftwafe nazi, o los igualmente temibles Savoya italianos, soltando sobre el Museo del Prado y la Biblioteca Nacional su carga de bombas de f¨®sforo. Con certeza, escuchar¨ªan las r¨¢fagas de armas autom¨¢ticas disparadas por quintacolumnistas desde el campanario de un c¨¦ntrico templo que, tan solo unas horas despu¨¦s, arder¨ªa por sus cuatro costados y bramar¨ªa el crepitar de sus llamaradas.
Pero, tambi¨¦n, los oyentes de aquel ruidoso relato captar¨ªan en las tardes de los s¨¢bados el cantar¨ªn soniquete de un organillo puesto en marcha por un Eugenio, un Isidro o una Conchita, para amenizar las tardes y marcarse un chotis agarrao a despecho de las bombas de los aviones nazis y los de los fascistas de Benito Mussolini que asediaban aquel Madrid resistente.
Tal vez, a sus o¨ªdos llegara la voz recia pero cristalina de una mujer vasca llamada Dolores que, encaramada sobre una camioneta junto al puente de Segovia, enardec¨ªa a los biso?os milicianos, alba?iles de mono azul d¨¦bilmente armados y sin experiencia militar alguna, hasta conseguir de ellos no solo que no huyeran hacia este lado del r¨ªo, sino que avanzaran bravamente contra las tropas moras y las profesionales del general golpista Emilio Varela que asediaban la ciudad desde la Casa de Campo y la bombardeaban sin piedad con proyectiles de 150 mil¨ªmetros desde el cerro de Garabitas.
Tal prop¨®sito parece haber guiado al periodista Fernando Cohnen, de 55 a?os, cofundador de la revista Tribuna, colaborador de Televisi¨®n y hoy en el gabinete de un colegio profesional, a publicar en ediciones La Librer¨ªa su Madrid 1936/1939, Una gu¨ªa de la capital en guerra.
El autor traza hasta ocho itinerarios distintos, con sus correspondientes planos, ce?idos al entonces a¨²n exiguo casco hist¨®rico de un Madrid apenas expandido entonces, donde ha ido ubicando los principales hitos y lugares de la memoria, en una tarea que era preciso realizar para conocer en verdad c¨®mo Madrid sobrevivi¨® a aquel infierno.
Para evocar aquellos sonidos que jalonaron acompasada o sincopadamente la vida madrile?a signando de miedo o de arrojo el ¨¢nimo de sus moradores, Cohnen ha optado por recobrar las cajas de resonancia donde aquellos sonidos, fragores y latidos duermen un sue?o de casi 80 a?os: los edificios donde todo aquello tuvo lugar, las viviendas que habitaron sus gentes, motivadas unas para la lucha y atenazadas otras por el miedo a la represi¨®n o al temible ¡°paseo¡± al atardecer durante los tres primeros y ca¨®ticos meses de la contienda, hasta que se controlaron aquellos desmanes fatalmente cebados por noticias sobre horrorosas matanzas perpetradas por los alzados, como la de la plaza de toros de Badajoz; aquellas mismas gentes frecuentaban los comercios donde abastecerse o acud¨ªan a las sedes de las organizaciones pol¨ªticas o sindicales para informarse, reunirse, armarse y decidir c¨®mo conjurar aquel peligro incesante que se abati¨® sobre una ciudad martirizada, pero que, pese a todo tipo de penurias, nunca dej¨® de sonreir, como suger¨ªa aquel castizo cartel colocado en la fuente de Neptuno: ¡°Dadme de comer o quitadme el tenedor¡±.
Madrid 1936/1939. Una gu¨ªa de la capital en guerra. 364 p¨¢ginas. 22,50 euros.
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