Ejes de nueva pol¨ªtica
Las nuevas formaciones y liderazgos s¨²bitos en las elecciones italianas muestran 'defectos' pero pueden ser tambi¨¦n virtudes a la hora de construir 'desde abajo' otra forma de hacer pol¨ªtica
Los resultados de las elecciones italianas han resituado en nuestra escena pol¨ªtica el debate sobre populismo y antipol¨ªtica. Es bastante obvio que el formidable descr¨¦dito de los grandes partidos pol¨ªticos (PP, PSOE, CiU), y la sensaci¨®n de falta de recambio en el gobierno del sistema, abre oportunidades a nuevas formaciones o a liderazgos s¨²bitos. No ha sido extra?o ver estos d¨ªas art¨ªculos period¨ªsticos o debates en otros medios sobre si hay espacio aqu¨ª para fen¨®menos como el Movimento 5 Stelle (M5S). En tales comentarios ha abundado la brocha gorda. Hace tiempo, uno de los l¨ªderes de la izquierda italiana, Piero Fassino, se mof¨® del movimiento diciendo: ¡°Si Grillo se atreve, que cree un partido y veremos cuantos votos recoge¡±. Ha recogido una cuarta parte de los votos. Es evidente que el grillismo no es un movimiento f¨¢cil de clasificar si utilizamos categor¨ªas tradicionales. Comparte con el populismo tradicional la idea de ¡°la plaza contra el palacio¡±, o en otro formato, la contraposici¨®n simplificadora entre ¡°el pueblo honesto y la casta pol¨ªtica corrupta¡±. Pero, ha ido conformando un movimiento horizontal y reticular, muy empotrado en la red, y alejado as¨ª de la l¨®gica carism¨¢tica, jer¨¢rquica y autoritaria de los populismos tradicionales.
?En un detallado y cr¨ªtico an¨¢lisis del M5S, el colectivo italiano muy activo en la red Wu Ming (wumingfoundation.com), dice que ser¨¢ ahora cuando se ver¨¢ su capacidad transformadora, y duda de ello viendo lo ocurrido en Parma, donde lideran el ayuntamiento desde hace meses. Concluyen que el M5S es m¨¢s parte del problema que parte de la soluci¨®n. En otra perspectiva, una polit¨®loga reputada, como Donatella Della Porta, destaca la llegada al Parlamento de tantos ciudadanos-activistas, absolutamente nuevos en las lides institucionales. Su recorrido previo en protestas locales o anti-austeridad, advierte, no les ha dotado de los procesos de socializaci¨®n pol¨ªtica caracter¨ªsticos de los movimientos de izquierda tradicionales. Y ello puede conllevar dificultades potenciales en c¨®mo expresarse, conocerse, encontrar formas comunes de argumentar y defender sus posiciones en sede parlamentaria. Pero, apunta, esos ¡°defectos¡± pueden ser tambi¨¦n virtudes a la hora de construir ¡°desde abajo¡± otra forma de hacer pol¨ªtica, transformando los retos en oportunidades. Su fuerza ha venido no s¨®lo de sus puntos program¨¢ticos fuertes (renta m¨ªnima, oposici¨®n a obras in¨²tiles, lucha a la corrupci¨®n y al compadreo pol¨ªtico-econ¨®mico)? sino, sobre todo, de que han sido vistos como pares por el resto de ciudadanos y por su descarnada denuncia de que los pol¨ªticos que gobernaban (Monti) estaban m¨¢s preocupados por conseguir la confianza de los mercados que la de los ciudadanos.
Es en ese contexto complejo, en el sentido que no responde a nuestras categor¨ªas o paradigmas previos, en el que hemos de bucear tambi¨¦n aqu¨ª para encontrar v¨ªas de avance en la reconstrucci¨®n de la pol¨ªtica. No tenemos aqu¨ª Berlusconi¡¯s y Grillo¡¯s, y lidiamos con formatos m¨¢s tradicionales de pol¨ªtica y antipol¨ªtica. Pero lo cierto es que muchos de los problemas italianos est¨¢n aqu¨ª presentes, si bien con formatos distintos. Tenemos una democracia estancada (Wiki.partidodelared.org) que no logra reflejar la complejidad del sujeto contempor¨¢neo y que tiende a encasillar a las personas en categor¨ªas que no reflejan sus dimensiones m¨²ltiples. Es un modelo de democracia que excluye el activismo ciudadano que no sea de perfil bajo (electoral) y que rechaza la madurez de cada qui¨¦n para decidir (con sus pares) su futuro, sin delegaciones que no acaban de aportar el valor que prometen. En esa l¨ªnea, es absurdo tratar de segmentar a la gente en categor¨ªas completas de derecha o izquierda. Lo que es significativo es como caracterizamos los bienes y recursos de que disponemos. ?Hemos de considerar p¨²blica la sanidad, la educaci¨®n o el agua? ?Lo que decidamos que es un bien com¨²n ha de ser gestionado forzosamente por las instituciones y administraciones p¨²blicas? ?Tenemos derecho a vincular mejor trabajo, personalidad y necesidad, o ese es un tema del ¡°libre mercado¡±? ?Qu¨¦ es m¨¢s importante, pagar la deuda o que la gente pueda sobrevivir? ?Si instituimos una renta m¨ªnima, nos ayudar¨ªa ello a avanzar en algo tan b¨¢sico como la dignidad humana y la justicia?. Si logramos crear mayor¨ªas alrededor de esas y otras cuestiones, estaremos hablando, quiz¨¢s sin mencionarlo, de derechas e izquierdas.
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