La madurez del actor de las mil caras
Guillermo Montesinos, uno de los int¨¦rpretes m¨¢s vers¨¢tiles de la escena espa?ola, se interna con la obra ¡®Ceniza¡¯ en el ¨¢mbito de la tragicomedia
Guillermo Montesinos no solo es un actor capaz de transitar con buena fortuna por el barroco espa?ol, cl¨¢sicos contempor¨¢neos, vodevil, teatro independiente (el de los a?os setenta) y alternativo (el de los noventa), comedia rabiosa, zarzuela, tragedia o grandes autores europeos. Eso sin mencionar su mismo af¨¢n ecl¨¦ctico en cine y televisi¨®n. Lo curioso es que, adem¨¢s de moverse por cualquier g¨¦nero, tiene un f¨ªsico cuya edad se puede situar entre la treintena y la edad de jubilaci¨®n forzosa. Se sabe que ya es sesent¨®n, pero ¨¦l deja claro que tiene la edad que cualquier productor o director quiera echarle: ¡°Estoy dispuesto a operarme o lo que haga falta", suelta con su socarroner¨ªa, acompa?ada de esa mirada infantil y ese f¨ªsico enjuto que hace que sea un eterno joven del cine y el teatro espa?oles.
Pero la madurez le llega no s¨®lo a trav¨¦s del paso del tiempo, sino de sus personajes. Como ese padre que representa en Ceniza, obra de Jos¨¦ Pascual Abell¨¢n, que tras visitar alg¨²n que otro teatro en una peque?a gira, acaba de llegar al Teatro Fern¨¢n-G¨®mez de Madrid. El montaje, dirigido por Llu¨ªs El¨ªas, profesional ligado durante d¨¦cadas a Els Joglars, cuenta tambi¨¦n con el actor Antonio Campos, en el papel de hijo. Y muy importante el papel de un tercer personaje, la mujer de uno y la madre de otro, representada por sus cenizas.
Padre e hijo se reencuentran tras a?os sin verse. El motivo es la muerte de la madre. Un encuentro obligado durante el que ajustar¨¢n cuentas pendientes en un horizonte marcado por la desestructuraci¨®n familiar y una suerte de trhiller.
La obra se subtitula Qui¨¦n no tiene un miserable en su vida y Montesinos, que no desvela m¨¢s sobre esa frase, asegura que por su parte no tiene ning¨²n miserable cerca de ¨¦l, que echarse a la boca: ¡°Pero me he cruzado con alg¨²n que otro¡±. Ello sin olvidar otros que considera miserables colaterales y que tiene claramente identificados: ¡°Salen todos los d¨ªas en los informativos, no son otros que los que han hecho que esta situaci¨®n haya llegado donde ha llegado. Ah¨ª est¨¢n, con sus nombres y sus apellidos, son los que han provocado que vivamos estos momentos tan inciertos¡±.
Sobre su eclecticismo, a la hora de trabajar, apunta que le viene dado por dedicarse a esta profesi¨®n sin mirar qu¨¦ llega a sus manos: ¡°Para m¨ª todo es bueno, todo es profesi¨®n y todo es trabajo y se puede hacer con el mismo inter¨¦s un Castelao con Bulul¨² o ir al Biombo Chino; adem¨¢s esa actitud me ha facilitado que no tenga grandes parones y que est¨¦ verdaderamente encantado de haber hecho una carrera tan variada y tener ese curr¨ªculo variopinto¡±, dice este actor que no obstante ha tenido una trayectoria m¨¢s cercana a la comedia: ¡°Desde mi m¨¢s tierna infancia he tenido m¨¢s facilidad para hacer comedia, eso es verdad, pero un actor debe ser completo y hacer de todo, lo que no quita que siempre haya considerado la comedia como un g¨¦nero en el que tienes que buscar mucho m¨¢s all¨¢, bucear mucho y con m¨¢s dificultad que la tragedia y el drama¡±.
Ceniza le permite nadar en varios registros. ¡°En principio transita por la tragedia, luego se relaja pero con ataques dram¨¢ticos; la relaci¨®n entre padre e hijo al principio es muy tensa; todo es muy duro cuando se encuentran tras doce a?os sin verse¡±, y a?ade, ¡°aparecen momentos muy tiernos, histri¨®nicos, pero todo ello con una ligaz¨®n muy fuerte de intriga, ya que el espectador no sabe por d¨®nde va a salir todo, solo sabe que encada momento puede pasar algo a¨²n m¨¢s gordo e inesperado, con unos di¨¢logos duros, certeros, de los que no se dicen en la vida real porque uno se los calla¡¡±, concluye Montesinos quien deja claro que Ceniza ofrece emoci¨®n, risa, intriga e inter¨¦s.
Ceniza. Teatro Fern¨¢n G¨®mez (plaza de Col¨®n, 4). hasta el 7 de abril.
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