El r¨ªo Duero y sus afluentes
"Una persona con su t¨ªtulo de maestro que escriba con faltas de ortograf¨ªa no merece estar ante una pizarra"
?Por qu¨¦ provincias pasa el r¨ªo Duero? La respuesta a la anterior pregunta fue respondida por ¡°apenas el 1,83% de aspirantes a una plaza de maestros en las ¨²ltimas oposiciones celebradas en Madrid¡±. La pregunta es considerada ¡°de nivel de primaria¡± a la que se supone ¡°deber¨ªa de responder un alumno de 12 a?os¡± (EL PA?S, 14 de marzo de 2013).
La respuesta correcta consistir¨ªa en se?alar que el r¨ªo Duero pasa por Burgos, Soria, Valladolid, Zamora y Salamanca, lo que parece ser, cualquier ni?o o ni?a de 12 a?os, debidamente escolarizado y con un progreso adecuado en sus estudios deber¨ªa de saber. Al menos esa ser¨ªa la respuesta correcta en cualquiera de los territorios que abarca nuestro sistema educativo. Si se tratara de un escolar portugu¨¦s, quiz¨¢s a la misma pregunta (rio Douro, en este caso) deber¨ªa de responder Braganza, Guarda, Vila Real, Viseu, Porto y Aveiro.
No voy a entrar, por ser parte vergonzosamente implicada en esta situaci¨®n (soy profesor de una facultad de Magisterio), en la inmensa estafa social que supone ¡°dejar salir¡± de nuestra universidad ¨Cp¨²blica, todo hay que decirlo-, con su t¨ªtulo de maestro o maestra bajo el brazo a un conjunto de personas con un vac¨ªo cultural tan vasto (en el sentido de ¡°dilatado¡±) o tan basto (en el sentido de ¡°grosero¡±) que, dado que han de impartir, entre otros asuntos, ¡°conocimiento del medio¡± a ni?os y ni?as menores de 12 a?os, carezcan de la memoria suficiente como para saber recitar, sin dilaci¨®n y al primero que lo pregunte, las provincias por las que pasan los r¨ªos m¨¢s importantes de nuestro pa¨ªs, a saber: Mi?o, Duero, Tajo, Guadiana, Guadalquivir, Segura, J¨²car y Ebro; as¨ª como d¨®nde nacen y mueren¡ y -qu¨¦ menos, por dios- sus afluentes por las derecha y por la izquierda, eso s¨ª, siempre que sus aguas fluyan libremente por territorio espa?ol.
Perm¨ªtanme entrar en otro tema, el de las oposiciones al cuerpo de maestros y maestras de la escuela p¨²blica. Que una persona con su t¨ªtulo de maestro escriba con faltas de ortograf¨ªa no merece estar ante una pizarra tratando de crear situaciones de aprendizaje, que una persona no ha le¨ªdo lo suficiente como saber la diferencia de significado, en una frase, entre ¡°basto¡± y ¡°vasto¡±, tampoco merece estar frente un grupo de ni?os y ni?as tratando de educarles¡ Para tratar que s¨ª entren los que escriben sin faltas y con los conocimientos necesarios deber¨ªan servir las pruebas de entrada al sistema p¨²blico de ense?anza.
Y tambi¨¦n deber¨ªan servir para identificar a la persona que es capaz de motivar en un aula, pensar en lo que hace de forma creativa y ordenada, a la que le suponemos capacidad y competencia de construir el mundo con sus estudiantes, mientras explora la realidad a trav¨¦s de la geograf¨ªa, las matem¨¢ticas, la historia, la educaci¨®n f¨ªsica o la m¨²sica. Y tambi¨¦n deber¨ªan servir para identificar aquellos maestros o maestras que respetan a sus alumnos como personas y las hacen sentir y vivir como personas aut¨®nomas y responsables, d¨ªa a d¨ªa, cinco d¨ªas a la semana, muchas semanas al a?o.
Si en realidad el problema central de nuestra educaci¨®n consiste en tratar de seleccionar a los maestros que ¡°se saben¡± las provincias por las que pasan los r¨ªos de Espa?a, y adem¨¢s, ¡°las hacen saber¡± a sus alumnos, porque es lo que ¡°deben saber¡± los ni?os y ni?as espa?oles de 12 a?os, el an¨¢lisis sobre dicho problema me lleva a dos posibles hip¨®tesis, a saber:
(a) qui¨¦n o qui¨¦nes han determinado que saber las provincias por las que pasan los r¨ªos de nuestro pa¨ªs ha de formar parte de la ¡°cultura b¨¢sica y obligatoria¡± de un ciudadano de 12 a?os en nuestro pa¨ªs son con toda probabilidad imb¨¦ciles (en el sentido de ¡°escasos de raz¨®n¡±) o
(b) mientras derivamos nuestra indignaci¨®n hacia esos maestros y maestras mal preparados que se presentan a una oposici¨®n sin saberse de memoria la enciclopedia ?lvarez (actualizada), olvidamos, quiz¨¢s, que m¨¢s all¨¢ de que el Pisuerga pase por Valladolid, los recortes y las pol¨ªticas neoliberales de pol¨ªticos neomediocres est¨¢n dejando la escuela p¨²blica en una situaci¨®n, en algunos aspectos muy similar a cuando ¨Chace cuarenta a?os- en las aulas el saber oficial se evaluaba, entre otras cosas, por recitar el itinerario completo de los r¨ªos de Espa?a, con los afluentes de ambas vertientes, con la misma soltura y seguridad que cuando se respond¨ªa, una a una, a todas y cada una de las respuestas que conten¨ªa el catecismo en una asignatura que se llamaba ¡°religi¨®n¡±.
Dino Salinas es profesor de Magisterio de la Universitat de Val¨¨ncia
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