Pijos y chandalistas
El ch¨¢ndal es hoy representativo de una ideolog¨ªa, la izquierda, y de una clase, la trabajadora
Un buen amigo m¨ªo los bautiz¨® como ¡°los de la hermandad del caracolillo¡±. Son esos andaluces estirados, con chaquetitas de m¨ªnimas solapas, ajustadas a la cintura, que derraman litros de fijador y brillantina en su pelo, dejando sueltos unos rizos al final de la melena.
Hay prototipos muy reconocibles, como el exalcalde de C¨®rdoba y hoy diputado Rafael Merino, el ministro Crist¨®bal Montoro y el parlamentario andaluz Jaime Raynaud.
Suelen vestir primaverales corbatas, en las que predominan colores brillantes como el lila y el rosa. Los cuellos inexplicables de sus camisas imitan a los de Zaplana. Compran en tiendas especializadas que proliferan m¨¢s en ciudades como Sevilla y C¨®rdoba, nada asequibles al salario m¨ªnimo, por cierto. Quiz¨¢ por eso la necesidad de sobresueldos. Muchas de sus prendas llevan adheridas una banderita espa?ola. ?Ele!
Tienen tambi¨¦n otra cualidad que les distingue: son dirigentes del PP o muy, pero que muy afines.
A estos espec¨ªmenes les cuadra como anillo al dedo la definici¨®n que la Real Academia hace del pijo: son ¡°aquellas personas que por su vestuario, modales y lenguaje, manifiestan gustos propios de una clase social acomodada¡±.
Pertenecen a esa clase que antes detestaba el mono azul y pringoso de los obreros y hoy repudia el ch¨¢ndal de mercadillo. Esa prenda acr¨ªlica y barata que despide sudor a raudales, tras las duras jornadas bajo el sol cavando hoyos, recogiendo aceituna o pudri¨¦ndose de angustia porque no tienen trabajo.
Ese ch¨¢ndal obrero fue elevado a la categor¨ªa de s¨ªmbolo revolucionario el d¨ªa en que Fidel Castro y el fallecido Hugo Ch¨¢vez lo adoptaron como vestimenta habitual. Hoy, el ch¨¢ndal es representativo de una ideolog¨ªa, la izquierda, y una clase, la trabajadora.
Un buen amigo, el presidente de la Asociaci¨®n de la Prensa de C¨¢diz, Fernando Santiago, ha bautizado el uso del ch¨¢ndal ideol¨®gico como chandalismo.
Unas declaraciones del portavoz de IU en el Parlamento, tras la muerte de Hugo Chaves, han dado pie al debate sobre el chandalismo. Jos¨¦ Antonio Castro afirm¨® que hay cosas en la Venezuela socialista que ser¨ªan trasladables a Andaluc¨ªa, entre ellas las consultas populares. Ch¨¢vez convoc¨® al pueblo en 14 ocasiones en 14 a?os, entre elecciones y referendos. Solo perdi¨® uno.
Adem¨¢s, Castro cree en la intervenci¨®n del Estado en la econom¨ªa y en que los sectores estrat¨¦gicos sean p¨²blicos, como la energ¨ªa o las comunicaciones. Posiciones cl¨¢sicas en cualquier partido de izquierda, y mucho m¨¢s en uno marxista.
Los pijos del PP, Zoido, Raynaud, Carmona, encontraron en estas declaraciones una excusa para hacer chistecitos f¨¢ciles, como que el presidente Gri?¨¢n, Valderas y Castro iban a vestir el ch¨¢ndal chavista.
Carmona fue m¨¢s all¨¢: dijo que el modelo bolivariano se implantar¨¢ en la televisi¨®n p¨²blica andaluza, y que pronto veremos ¡°un programa que se llame Al¨®, Gri?¨¢n o Al¨®, Valderas¡±. El secretario general Jos¨¦ Luis Sanz invita a estos chaviandaluces a ¡°que se vayan a Venezuela, que est¨¢ a ocho o nueve horas de avi¨®n¡±.
Ante este rid¨ªculo acoso, Valderas confirm¨® que, por supuesto, hay cosas que imitar de la Venezuela chavista: una distribuci¨®n de la riqueza m¨¢s justa, por ejemplo. Espa?a es ya el pa¨ªs m¨¢s desigual de la UE.
Gri?¨¢n, por su parte, ha se?alado que el Estatuto contempla la convocatoria de consultas. De modo que no es ninguna extravagancia preguntar a los andaluces si quieren seguir soportando los recortes que impone Rajoy por orden de Bruselas.
Castro, m¨¢s contundente, proclama que ¡°IU prefiere mil veces el ch¨¢ndal de los trabajadores, que los pu?os y corbatas manchadas de corrupci¨®n¡± del PP.
La hist¨®rica disputa derecha-izquierda se transforma en Andaluc¨ªa en la guerra entre pijos y chandalistas. ?Qu¨¦ cruz, ahora que llega la Semana Santa!
@JRomanOrozco
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