Todos quieren a Shakespeare

No importa que William Shakespeare escribiera sus versos hace m¨¢s de 500 a?os, que sus obras se hayan representado una y otra vez, ni que se hayan llevado al cine en numerosas ocasiones. El dramaturgo ingl¨¦s es lo opuesto a una moda pasajera. Siempre se puede dar una vuelta a sus libretos. No hace falta siquiera alterar el texto original para adaptarlo a la ¨¦poca actual. Basta con aportar un nuevo punto de vista o con incorporar m¨²sica pop. El trabajo del bardo de Avon casa con pr¨¢cticamente todo. Dos de sus creaciones se han puesto de acuerdo para coincidir al mismo tiempo en los escenarios madrile?os.

Mucho ruido y pocas nueces y Hamlet est¨¢n ahora en cartel en las tablas de la ciudad. Como si los teatros de Madrid hubieran tomado el relevo de The Globe, el famoso espacio londinense que vio por primera vez la mayor¨ªa de las piezas de Shakespeare.

El Teatro del Arte presenta un Mucho ruido y pocas nueces rejuvenecido, en el que Benedicto y Beatriz se enamoran a ritmo de Sar¨¤ perch¨¨ ti amo, la famosa canci¨®n de Ricchi e Poveri. El director, Juan L¨®pez, eligi¨® un elenco de veintea?eros, y algunos casi ni eso, para ¡°acercar el cl¨¢sico a los espectadores m¨¢s j¨®venes¡±.

El reparto pas¨® tres de los cuatro meses de preparaci¨®n de la obra trabajando en la palabra y haciendo ejercicios grupales para que el verso resultara natural. ¡°No he cambiado ni una coma, he sido muy r¨ªgido en eso. Quer¨ªa reivindicar que las tramas de Shakespeare son las que vemos hoy por hoy en cualquier pel¨ªcula rom¨¢ntica¡±. En este caso el argumento es el de los dos personajes que se odian a ojos de todos, pero en realidad est¨¢n locos el uno por el otro.

Su Beatriz es Mar¨ªa Herv¨¢s y su Benedicto es Eduardo Ferr¨¦, al que L¨®pez denomina como un ¡°Messi de la interpretaci¨®n¡±. Ambos est¨¢n de acuerdo en que sus alter ego son ¡°dos l¨ªderes natos con miedo a reconocer lo que sienten el uno por el otro¡±. Los dos actores se miran constantemente y casi acaban las frases del otro.

Prueba de la complicidad que el director trabaj¨® durante los meses previos al estreno. ¡°Es una obra adecuada para estos tiempos. La gente necesita comedias y yo estoy convencida de que somos capaces de ser felices con lo que hacemos d¨ªa a d¨ªa a pesar de la situaci¨®n que vivimos¡±, asegura Herv¨¢s en un alegato optimista.

Hamlet, retrato de familia busca escenificar la ruptura de dos generaciones y la identifica con el momento de cambio que seg¨²n el director, Ximo Flores, vive el pa¨ªs, tanto en lo econ¨®mico como el lo pol¨ªtico. Su pr¨ªncipe y su Ofelia tienen 23 y 22 a?os respectivamente. Para Flores, ellos se identifican con lo que el llama generaci¨®n Hamlet, porque se niega a denominarla perdida.

El texto es original de Shakespeare, aunque lo han reducido para que la obra dure solo algo m¨¢s de una hora. El director dise?¨® una escenograf¨ªa muy sencilla, en la que las luces dieran la impresi¨®n de envolver al p¨²blico ¡°en una atm¨®sfera cinematogr¨¢fica¡±. El montaje se completa con m¨²sica en directo y una pantalla en la que se proyectan im¨¢genes.