Castedo ya no planta flores
Todo aquello que constituye la raz¨®n de ser del gobierno de una ciudad ¡ªprever el futuro, organizar, planificar¡ª se ignora en Alicante
Hace meses que la vida municipal no existe en Alicante. Funciona, claro est¨¢, la maquinaria administrativa, porque la burocracia de un Ayuntamiento no se detiene nunca, ni a¨²n en las condiciones m¨¢s adversas. Pero, m¨¢s all¨¢ de lo que podr¨ªamos considerar asuntos de tr¨¢mite, puede afirmarse que no sucede nada de inter¨¦s. Todo aquello que constituye la raz¨®n de ser del gobierno de una ciudad ¡ªprever el futuro, organizar, planificar¡ª se ignora en Alicante. Si tuvi¨¦ramos que explicar el trabajo de los concejales que dirigen el Ayuntamiento, no sabr¨ªamos c¨®mo hacerlo. Ma?ana, martes, d¨ªa 26, est¨¢ anunciado un pleno municipal. Un pleno puede darnos, en cierta medida, el pulso de una Corporaci¨®n, su tono: a ¨¦l suelen llevarse los asuntos de importancia, para que los concejales los discutan y voten. ?Sabe el lector cu¨¢l es el contenido del pleno municipal que celebrar¨¢ ma?ana el Ayuntamiento de Alicante? Aprobar la ordenanza sobre veladores. A eso se reduce todo el trabajo que ha realizado durante un mes el equipo de gobierno.
Semanas atr¨¢s, la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas (PIC) public¨®, en el diario Informaci¨®n, un art¨ªculo donde analizaba los presupuestos municipales, que acababan de aprobarse por entonces. El texto de la PIC, minucioso, excelente, permit¨ªa al lector hacerse una idea precisa de las cuentas municipales. Mostraba, adem¨¢s, la opacidad con que se hab¨ªa elaborado el presupuesto, a espaldas por completo de los ciudadanos. Ya sabemos que nuestras autoridades temen la transparencia, y esa es la raz¨®n de que continuamente alardeen sobre ella. El art¨ªculo conclu¨ªa diciendo que Sonia Castedo hab¨ªa renunciado a liderar la ciudad, y se limitaba a administrar los gastos corrientes ¡°como si se tratase de una comunidad de propietarios¡±. La comparaci¨®n no pod¨ªa ser m¨¢s adecuada.
Nadie acepta que adornar una ciudad constituya un
Para los partidos de la oposici¨®n, la falta de actividad que muestra el Ayuntamiento de Alicante tiene una causa muy precisa: la situaci¨®n en que se encuentra Sonia Castedo, la alcaldesa. Castedo vive inmersa, desde hace tiempo, en el caso Brugal. Su imputaci¨®n por los supuestos delitos de cohecho y tr¨¢fico de influencias en torno al Plan General de Ordenaci¨®n Urbana, la han obligado a centrarse en este asunto. El tiempo que deber¨ªa dedicar al gobierno de la ciudad, ha de invertirlo ahora la alcaldesa en preparar su defensa. Esta es, a grandes rasgos, la tesis que sostienen los concejales de la oposici¨®n quienes, una y otra vez, piden la dimisi¨®n de Castedo.
Yo no creo, sin embargo, que el argumento de la oposici¨®n pueda explicar el estado de aton¨ªa que domina la vida municipal de Alicante. Al menos, no de un modo satisfactorio. Es innegable que los asuntos judiciales roban tiempo a Sonia Castedo; su estado de ¨¢nimo, por otra parte, tal vez no sea el m¨¢s apropiado para dirigir la corporaci¨®n: las personas necesitamos un horizonte despejado para pensar en el futuro. Sin obviar estas circunstancias, todas ellas plausibles, mi hip¨®tesis es que Sonia Castedo no estaba preparada para gobernar la ciudad en las actuales condiciones que ha impuesto la econom¨ªa. De ah¨ª su pasividad a la hora de enfrentarse a los asuntos, que no sabe c¨®mo acometer. Castedo se form¨® en la pol¨ªtica municipal de la mano de Luis D¨ªaz Alperi. De ¨¦l, lo aprendi¨® todo. Eran los tiempos del dinero f¨¢cil, con unos ciudadanos dispuestos a creer cualquier fantas¨ªa que les contaran. Pero ese escenario ha desaparecido y el actual exige otras condiciones de los gobernantes. Ya nadie acepta que adornar una ciudad con flores constituya un programa de gobierno.
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