¡°Confiaba en la directora de la oficina y nunca pens¨¦ que me enga?ar¨ªa¡±

Blas Asensio, de 61 a?os, y Jos¨¦ Luis Serna, de 48, son dos de los 15.000 afectados que Caixa Laietana ha dejado en Matar¨®. La indignaci¨®n a¨²n les embarga cuando recuerdan c¨®mo accedieron a unos productos que les han infligido p¨¦rdidas gigantescas. ¡°Confiaba en la directora y nunca pens¨¦ que me enga?ar¨ªa. Fue una estafa¡±, afirma Serna. ¡°Me dijeron que [las preferentes] eran totalmente seguras¡±, a?ade Asensio. ?l recibi¨® en 2001 una indemnizaci¨®n por un accidente que le dej¨® una parte de la cara paralizada. Acudi¨® a Caixa Laietana, donde le ofrecieron una cuenta que ¡°era mejor que las otras porque no se ten¨ªa que renovar cada a?o, pero que no ten¨ªa otras diferencias¡±.

Aun as¨ª, cuando llevaba los papeles a su mujer para que firmara vio que en el contrato pon¨ªa ¡°preferencial¡±. No sab¨ªa qu¨¦ significaba y volvi¨® a la oficina a preguntar si podr¨ªa retirar el dinero cuando quisiera. Recuerda que los oficinistas se rieron de ¨¦l y le dijeron que no deb¨ªa preocuparse por nada. Al principio le ofrecieron cerca de un 3,5% de inter¨¦s, pero los ¨²ltimos a?os fue solo del 1,8%. Hasta 2011 no tuvo problemas para retirar su dinero, pero todo cambi¨® a finales de ese a?o: los 30.000 euros que le quedaban fueron bloqueados.

Empez¨® entonces un periplo de reclamaciones que no fueron respondidas hasta marzo de 2012, cuando Caixa Laietana le conmin¨®, si quer¨ªa recuperar el dinero, a canjear las preferentes por acciones de Bankia. ¡°Me dijeron que si no lo hac¨ªa, lo perder¨ªa todo¡±, recuerda. Acept¨®. Ahora se arrepiente y explica que se sinti¨® ¡°forzado a tener acciones¡±. Seg¨²n cuenta, la caja le asegur¨® que recuperar¨ªa el 75% del importe en poco tiempo, aunque tendr¨ªa que esperar m¨¢s de un a?o para el 25% restante. Parec¨ªa que poco a poco podr¨ªa disponer del dinero, pero no fue as¨ª. Las acciones han ido perdiendo valor desde que salieron a Bolsa hasta valer solo un c¨¦ntimo. Adem¨¢s, la condici¨®n de ¡°accionista obligado¡±, como ¨¦l lo define, no le permite acogerse a un arbitraje para recuperar ni tan solo una parte del dinero.

Jos¨¦ Luis Serna tambi¨¦n se siente impotente. ?l y su mujer est¨¢n en el paro. Tienen tres hijas en edad escolar y viven en casa de sus suegros. Todos sus ahorros acumulados gracias a jornadas de trabajo de m¨¢s de 12 horas est¨¢n atrapados en Caixa Laietana.

Cree que cuando le vendieron estos productos, a finales de 2010, los banqueros ya sab¨ªan que ¡°era una estafa¡±, pero ¡°les daba igual porque quer¨ªan cobrar comisiones¡±. Como a la mayor¨ªa de afectados, le dijeron que no tendr¨ªa ning¨²n problema para recuperar el dinero cuando le apeteciera. El desconocimiento del producto era tal que cuando un familiar le explic¨® los riesgos de las preferentes y le pregunt¨® si ¨¦l ten¨ªa, Serna respondi¨® que no. No fue hasta unos d¨ªas m¨¢s tarde cuando se enter¨® de que su dinero estaba bloqueado. ¡°No me lo pod¨ªa creer¡±, recuerda ahora. Desde ese momento ¨¦l y su mujer han pasado muchas noches sin dormir, tomando medicaci¨®n para la depresi¨®n y el estr¨¦s. Fuera de las participaciones solo dispon¨ªan de 2.500 euros, as¨ª que durante este tiempo han vivido de trabajos temporales y del paro. Ahora reciben 428 euros de subsidio y sus familiares les ayudan.

En marzo de 2012 Caixa Laietana le ofreci¨®, como a todos los afectados, canjear participaciones por acciones. El movimiento no estaba claro, por lo que consult¨® con un abogado quien le recomend¨® que aceptara el cambio pero con un documento firmado en el que explicara que lo hac¨ªa en contra de su voluntad. Ahora lucha para poder ser tratado como afectado por las preferentes y no accionista y recuperar as¨ª su dinero. Se siente ¡°triplemente enga?ado¡±: primero por la venta de las preferentes, luego por el canje obligatorio en acciones y ahora por no poder acogerse al arbitraje.