Los Casuals piden anular las pruebas en su segundo encuentro con la justicia
La fiscal solicita 119 a?os de c¨¢rcel para el l¨ªder de la facci¨®n violenta de los Boixos
Los Casuals, el grupo de aficionado radicales del Bar?a que con el tiempo se transform¨® en banda criminal, juegan desde ayer su partido de vuelta ante la justicia. El de ida, hace apenas cinco meses, puede decirse que lo ganaron: la fiscal¨ªa ped¨ªa 53 a?os de c¨¢rcel para su l¨ªder, el carism¨¢tico Ricardo Mateo, por robar y torturar a narcotraficantes. Pero los jueces rebajaron la pena a solo tres y medio y consideraron que no hubo asociaci¨®n il¨ªcita. Mateo y otras 28 personas ¡ªentre ellas, una veintena de casuals¡ª se sientan desde ayer, de nuevo, en el banquillo de los acusados. Esta vez, por extorsionar, presuntamente, a due?os de discotecas de Barcelona. Mateo vuelve a afrontar una petici¨®n de pena estratosf¨¦rica: 119 a?os de c¨¢rcel.
En la primera contienda, los magistrados de la Audiencia de Barcelona desmontaron la tesis de la polic¨ªa y concluyeron que no hab¨ªa pruebas suficientes para condenarles por asociaci¨®n il¨ªcita. Ahora son otros magistrados los que se pronunciar¨¢n sobre hechos distintos: desde 2006, seg¨²n la fiscal¨ªa, los j¨®venes de est¨¦tica skinhead se arremolinaron en torno a la figura de Mateo para cometer, ¡°de forma sistem¨¢tica y profesionalizada¡±, toda clase de delitos. La banda particip¨®, seg¨²n el relato de la fiscal Ana Gil, en ¡°innumerables acciones indiscriminadas y violentas¡± en los ambientes ¡°del hampa y el ocio nocturno¡± de Barcelona.
La estrategia era sencilla: los m¨¢s j¨®venes de la banda, tambi¨¦n conocidos como minicasuals, provocaban graves altercados en discotecas. Para no repetirlos, los agresores exig¨ªan a los propietarios dinero en met¨¢lico o, bien, que dejaran la seguridad del local en sus manos. Actuaron en algunas de las discotecas m¨¢s famosas de la ciudad, como Pach¨¢, Razzmatazz o Opium.
La fiscal¨ªa atribuye a los acusados una quincena de delitos graves; en especial, agresiones a terceros?
La v¨ªa que han explorado esta vez las defensas de la mayor¨ªa de acusados, como se reflej¨® ayer en la primera sesi¨®n del macrojuicio, es pedir la nulidad de las pruebas que les incriminan. Los abogados sostuvieron que la autorizaci¨®n judicial de las escuchas telef¨®nicas no fue proporcionada, ya que inicialmente se basaban solo en un delito de lesiones. Los pinchazos, por tanto, son nulos porque vulneraron derechos fundamentales de los casuals. Tambi¨¦n deben anularse, siempre seg¨²n las defensas, los registros domiciliarios y la declaraci¨®n de los testigos protegidos, que con su relato ayudaron a la polic¨ªa a lanzar la operaci¨®n contra la banda en febrero de 2010.
La fiscal¨ªa atribuye a los acusados una quincena de delitos graves; en especial, agresiones a terceros por encargo. Mateo, por ejemplo, est¨¢ acusado de asociaci¨®n il¨ªcita, tenencia il¨ªcita de armas, tr¨¢fico de drogas, asesinado en grado de tentativa, lesiones y robo con violencia, entre otros. En muchos casos, las v¨ªctimas no denunciaban por ¡°el miedo que infund¨ªa el grupo¡±. Gracias a la extorsi¨®n y otros negocios il¨ªcitos, la banda obtuvo ¡°un enorme capital¡±, como prueba que, en los registros, se hallaran m¨¢s de 200.000 euros. Dado el perfil violento de los acusados ¡ªalgunos est¨¢n en prisi¨®n provisional¡ª los Mossos d¡¯Esquadra han dise?ado un potente dispositivo de seguridad en los juzgados. Ma?ana empezar¨¢n a declarar los Casuals, que en el primer encuentro optaron por guardar silencio.
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