No es mercado para j¨®venes
El Central de Alicante quiere abrirse al negocio gastron¨®mico para atraer clientes
La clientela del Mercado Central de Alicante envejece. Y eso que todos los s¨¢bados al mediod¨ªa est¨¢ rodeado de gente joven que acude a los dos bares de la plaza ¨¢vida de ca?as y tapas. ¡°?Quedamos en el mercado!¡±, dice la gente al pensar en el aperitivo. Y sin embargo, solo una de cada siete personas por debajo de los 35 a?os pisa el interior del mercado.
Las ventas caen en el mayor espacio de abasto de la provincia: en seis a?os el centro de la ciudad ha perdido m¨¢s de 4.000 vecinos, muchas familias j¨®venes que ya no acuden a comprar donde sus padres y abuelos, y los comerciantes del Central miran con envidia a mercados como los de Madrid, Barcelona o Valencia, que se han redefinido a trav¨¦s de las experiencias gourmet sin perder su esencia. El problema del Central de Alicante es que las ordenanzas municipales se lo impiden y por le reclaman al Ayuntamiento que se pueda cocinar en el mercado.
Un estudio de las c¨¢maras de comercio valencianas urge a los comerciantes a actuar. La edad media de sus compradores es de 60 a?os. Los j¨®venes ignoran un lugar donde el 84% de los alimentos son frescos y, seg¨²n el estudio, esa es la mejor tarjeta de presentaci¨®n de un mercado de abastos para volver a ser la referencia gastron¨®mica de la capital alicantina. ¡°Hay que conseguir la tapeta del mercado¡±, dice Jos¨¦ Vicente Valenzuela, carnicero y presidente de la Asociaci¨®n de Mercados Municipales de la ciudad. La tapeta del mercado es una reuni¨®n espont¨¢nea de personas nacida hace a?os en la plaza aneja al sitio de abasto y una fuente de ingresos ignorada hasta ahora por los comerciantes pero atractiva en estos tiempos de crisis.
Entre semana, de lunes a jueves, salvo turistas despistados que acuden a ver el lugar, en los pasillos del mercado abundan las amas de casa (el 90% de clientes en femenino) y jubilados. ¡°Por las tardes esto est¨¢ cerrado, cuando la gente que trabaja puede comprar¡±, se queja Valenzuela. ¡°Hay que ampliar horarios al menos los viernes. Los s¨¢bados aparecen los j¨®venes, que es cuando pueden hacer la compra. Y luego se van fuera a tomarse el aperitivo o a comer y hay que hacer que se queden dentro. Estirar el horario al menos hasta las seis los viernes y s¨¢bados¡±, destaca.
La ordenanza local no permite cocinar en la instalaci¨®n de abastos
O m¨¢s. Porque muchos que comienzan con la mal llamada tapeta del mercado acaban alarg¨¢ndola hasta la comida en sitios donde no cabe un alfiler, empalmando con un gin-tonic cuando empiezan a abrir los pubs del centro, luego con la cena y vuelta al pub... Y los mercaderes salivando por todo ese gasto. El tipo de consumo y el modo de hacer la compra ha cambiado. Pero la gente sigue dej¨¢ndose el dinero en alimentaci¨®n, tambi¨¦n en bebidas. Solo en el centro de Alicante unos 66 millones de euros anuales.
Para los comerciantes es clave poder incorporar a sus puestos nuevas formas de negocio-vinotecas, gastrobares, cocederas de marisco, etc., para reconvertirse como otros mercados. ¡°El gourmet ya est¨¢ aqu¨ª¡±, explica Evaristo, pescadero y representante de un gremio que puede presumir del mejor g¨¦nero, ¡°pero qu¨¦ menos que si el cliente puede comerse una ostra, pueda tambi¨¦n beberse un vino¡±. Y ahora mismo, apunta Valenzuela, ¡°la ordenanza municipal, sin modificarse desde 1994, no permite nada de eso; ni los cambios de actividad, ni que se pueda cocinar¡±.
¡°Queremos que el mercado vuelva a ser un punto de encuentro¡±, dice el pescadero Rafael Reus, que trajina entre espinas en una de las esquinas del mercado desde 1985. Conoci¨® el mercado con bares dentro y lo extra?a: ¡°Aqu¨ª antes hac¨ªas vida¡±, se?ala desde una zona del mercado donde cunden las persianas bajadas. ¡°O tienes el mejor pescado al precio m¨¢s barato o aqu¨ª no llega nadie. Se trata de habilitar lo que est¨¢ mal¡±, apunta Reus.
Es en esta veintena de puestos cerrados, la mayor¨ªa en la planta baja, donde los comerciantes abogan por ubicar la oferta gastron¨®mica. ¡°Esto no es Madrid, ni se parece¡±, dice otro pescadero que desea dar una vuelta a su negocio y poder aprovecharse de la tapeta del mercado. ¡°Pero me conformar¨ªa con lo de los fines de semana, no hace falta trabajar los siete d¨ªas¡±, a?ade resignado. El mercado pide renovarse.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.