Cuando una dolencia desaf¨ªa a otra
Rafael Tabar¨¦s investiga la relaci¨®n entre dolencias nerviosas y la resistencia al c¨¢ncer El cient¨ªfico de la Universitat de Val¨¦ncia ha publicado un trabajo al respecto en 'Nature'
La asociaci¨®n parad¨®jica ¡°entre ciertos des¨®rdenes neurol¨®gicos y ciertos c¨¢nceres¡± ha dado pie al psiquiatra valenciano Rafael Tabar¨¦s y a su colega norteamericano John L. Rubenstein a introducir un nuevo modelo para el avance de la ciencia m¨¦dica: el de la comorbilidad inversa, es decir, cuando una dolencia nerviosa y la resistencia al c¨¢ncer van unidas. Determinar los mecanismos que favorecen esta resistencia abre un camino inesperado en la lucha contra la enfermedad.
La revista Nature Reviews Neuroscience, la de mayor impacto y prestigio en su campo, da el espaldarazo al modelo en su n¨²mero de abril con un art¨ªculo que consolida las aportaciones previamente publicadas en Lancet, con un t¨ªtulo que parafraseaba a un padre de la f¨ªsica cu¨¢ntica, Niels Bohr: ¡°Sin paradoja no hay progreso¡±.
¡°Nos hemos fijado en el anverso de la moneda, en lo parad¨®jico, en lo que genera extra?eza¡±, explica Tabar¨¦s, ¡°y es que al igual que hay asociaciones positivas entre enfermedades en un mismo paciente, tambi¨¦n hay casos en los que tener una demencia le hace resistente a otras enfermedades¡±.
La lista de des¨®rdenes del sistema nervioso central relacionada inversamente con el c¨¢ncer es larga. Por ejemplo, padecer Alzheimer va ligado a la resistencia al c¨¢ncer en general. La esquizofrenia, a la menor incidencia de c¨¢nceres de pr¨®stata, recto, vejiga o melanoma. El P¨¢rkinson, a la protecci¨®n de los c¨¢nceres asociados al tabaco, entre otros.
¡°Nos hemos fijado en el anverso de la moneda¡±, explica el psiquiatra
¡°Lo que hab¨ªa visto en estudios epidemiol¨®gicos, con miles de pacientes, y hab¨ªa atisbado al analizar el cromosoma 8 es que por separado hab¨ªa genes de susceptibilidad para la esquizofrenia, el autismo o la demencia que, al mismo tiempo, estaban implicados en muchos c¨¢nceres¡±.
La informaci¨®n estaba ah¨ª y la colaboraci¨®n del grupo de Alfonso Valencia, director de biocomputaci¨®n en el Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas (CNIO), permiti¨® cruzar bases de datos a escala mundial y demostrar que ¡°hab¨ªa un solapamiento a nivel gen¨¦tico y de rutas metab¨®licas entre estas enfermedades¡±. A partir de ah¨ª desarroll¨® el modelo y las piezas van encajando.
Hay en este impulso tambi¨¦n factores personales. ¡°Mi hijo Manuel dice que se la tengo jurada al c¨¢ncer desde que mi padre muri¨® de un tumor (glioblastoma) cerebral en tres fases¡±, confiesa el cient¨ªfico valenciano. ¡°Por eso me agarro a esta paradoja como si fuera un clavo ardiendo e intento dar una explicaci¨®n que puede servir como modelo para otras paradojas o comorbilidades inversas que existen en medicina¡±.
En la asociaci¨®n con Rubenstein influy¨® el inter¨¦s del norteamericano por la ¡°particular manera de estudiar las enfermedades del sistema nervioso¡± de los valencianos. ¡°Frente al paradigma cl¨¢sico, que es muy reduccionista y en el que suele haber una superespecializaci¨®n, nuestra visi¨®n de las enfermedades¡±, explica Rafael Tabar¨¦s, ¡°es m¨¢s abierta, porque por lo general los pacientes tienen m¨¢s de un problema de salud, una multimorbilidad que aumenta con la edad¡±.
El modelo analiza mecanismos que ayudan a bloquear la enfermedad
El modelo abre v¨ªas a que otros dise?en experimentos espec¨ªficos y herramientas terape¨²ticas para resolver ese tipo de enfermedades. Los autores del modelo sugieren avanzar en las interrelaciones entre los sistemas inmunitario y nervioso ¡°para fijar las rutas que promueven o inhiben el crecimiento de tumores¡±. Tabar¨¦s y su equipo han abierto una l¨ªnea de trabajo en esta direcci¨®n con el CNIO, a partir de genes con una fuerte expresi¨®n en enfermedades del sistema nervioso pero muy baja en caso de c¨¢ncer.
Otro campo es el de la pr¨¢ctica cl¨ªnica, por ejemplo en f¨¢rmacos que se prescrib¨ªan ¡°para determinadas dolencias, pero que pueden tener otras indicaciones¡±. El caso m¨¢s conocido es el de la aspirina, como anticancer¨ªgeno. ¡°?Podr¨ªa la medicaci¨®n para personas con enfermedades del sistema nervioso actuar contra el c¨¢ncer?¡±, se pregunta Tabar¨¦s y cita antidepresivos que protegen contra los tumores del tubo digestivo, seg¨²n se ha visto en experimentos con animales.
Cuesti¨®n pertinente es c¨®mo se investiga a niveles de excelencia en un escenario cada vez m¨¢s hostil. Investigador principal de grupo 24 del Centro de Investigaci¨®n Biom¨¦dica en Red en el ?rea de Salud Mental (Cibersam), bajo el paraguas del Instituto Carlos III, Tabar¨¦s cree que ¡°es muy dif¨ªcil¡± investigar en Espa?a.
El trabajo abre la v¨ªa a nuevos experimentos y terapias
¡°Lo haces con menos presupuesto que otros y tienes que medir mucho tus fuerzas a la hora de plantearte hip¨®tesis o proyectos de investigaci¨®n¡±, se?ala este catedr¨¢tico de la Universitat de Val¨¨ncia, que destaca el nivel valenciano en este campo, con menci¨®n especial para el Instituto de Neurociencias de Alicante.
Este handicap se intent¨® resolver con los CIBER (Centros de Investigaci¨®n Biom¨¦dica en Red), que trabajan en red, invirtiendo sobre todo en grupos de excelencia. ¡°Pero vivimos una situaci¨®n en que incluso para los grupos de excelencia hay reducci¨®n importante del presupuesto¡±, puntualiza y se?ala en su caso un 10% menos.
Las firmas en publicaciones como Nature o Lancet, junto con las patentes, marcan niveles de excelencia internacional que se resentir¨¢n con los recortes. Una opci¨®n para mantener esos niveles es ¡°durante algunos a?os hacer una investigaci¨®n m¨¢s en colaboraci¨®n con grandes centros nacionales o internacionales, en la que el dinero en equipamientos, en material fungible, sea menos importante y tal vez haya que darle m¨¢s vueltas a la cabeza, manejando datos e informaci¨®n y aprovechando al m¨¢ximo los datos e informaci¨®n que se generan a nivel internacional¡±, concluye el cient¨ªfico.
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