?Queda alg¨²n justo?
"Si las universidades no hacen algo para refundar la idea desde el principio, estaremos condenados a que las aguas turbulentas del diluvio nos engullan sin remedio"
¡°T¨² eres el ¨²nico hombre justo que he encontrado en esta generaci¨®n¡± (G¨¦nesis, 7:1), dijo Jehov¨¢ al patriarca No¨¦ antes de ordenarle que construyese el arca; luego destruy¨® toda la tierra, en vista de que el mundo no ten¨ªa arreglo. El pasaje b¨ªblico me recuerda a la situaci¨®n de des¨¢nimo y desamparo que atravesamos. Todos nuestros supuestos dirigentes nos han fallado: la monarqu¨ªa, enfangada; los partidos pol¨ªticos, corrompidos y desorientados; las empresas, inoperantes; los financieros, encanallados; los sindicatos, ombliguistas; la iglesia, acomodada; la UE, un sue?o que se desvanece. ?C¨®mo ha sido posible?, nos preguntamos una y otra vez con incredulidad. ?Acaso no ¨¦ramos hasta hace poco una sociedad din¨¢mica que confiaba en el futuro y que cre¨ªa que cada a?o ser¨ªa mejor que el anterior? Pues s¨ª, pero cuando un tumor comienza a irradiar c¨¦lulas cancerosas por el cuerpo, la met¨¢stasis alcanza a los tejidos m¨¢s impensables. Nuestro tumor fue un af¨¢n de lucro desmedido, que no se pod¨ªa saciar con el trabajo, sino mediante el expolio de los bienes p¨²blicos. Los representantes (?) del pueblo pillaron todas las instituciones: hicieron suyos los ¨®rganos judiciales, las empresas p¨²blicas, las entidades bancarias, los colectivos laborales, incluso el territorio del pa¨ªs. La gente ador¨® el becerro de oro y se dej¨® cautivar intentando parecerse a los sinverg¨¹enzas que la estaban enga?ando. Ahora reclaman un cirujano de hierro y es para temerse lo peor.
?Queda alg¨²n justo entre nosotros? No lo sabemos. Por alguna misteriosa raz¨®n, los pol¨ªticos desaprensivos no infectaron la universidad. Al contrario: temerosos de que esta pusiera en evidencia los manejos del poder, le concedieron una autonom¨ªa de la que no hab¨ªa gozado nunca y la dejaron a su aire. Solo cuando hubieron conquistado todo y pudieron prescindir de disimulos, se quitaron la careta y crearon ex novo universidades privadas para reemplazar a las p¨²blicas, que sab¨ªan inconquistables. Pero tampoco les inquietaban demasiado, al fin y al cabo se hab¨ªan vuelto bastante inofensivas: el adocenamiento de la sociedad hab¨ªa llegado a los estamentos universitarios igualmente y las disputas gremialistas y los retorcimientos burocr¨¢ticos ocupaban casi todo su tiempo.
NauXXI, una iniciativa del vicerrectorado de cultura de la UV, ha abierto un debate sobre el futuro de la universidad p¨²blica. Es una idea excelente. Pero hay dos maneras de enfocarla, como reforma o como revoluci¨®n. Tal vez esperen de m¨ª, que no soy precisamente un radical, que me incline por la primera opci¨®n. Pues miren, esta vez no. Porque propuestas de reforma ya hay bastantes en el reciente ¡°documento de los sabios¡±, muchas sensatas e imprescindibles. Lo que echo en falta es una dimensi¨®n pol¨ªtica que en el momento presente necesitamos m¨¢s que nunca, sobre todo aqu¨ª. Eso que llamamos la Comunidad Valenciana ha sido una creaci¨®n desafortunada de dos instancias sectarias, primero del PSPV, que fue incapaz de atender a la idiosincrasia de la mitad del pueblo valenciano, y luego del PPCV, que, aparte de forrarse, desatendi¨® las aspiraciones de la otra mitad. Y as¨ª estamos, desnortados, empobrecidos y hundidos. Si las universidades valencianas no hacen algo para refundar la idea desde el principio, estaremos condenados a que las aguas turbulentas del diluvio nos engullan sin remedio.
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