?De sanidad privada o privada de sanidad?

El futuro imperfecto lleg¨®: el Estado, recortado con la podadora el¨¦ctrica neoliberal, no garantiza una sanidad universal digna; los tiempos de espera en la Organizaci¨®n Nacional de Trasplantes se eternizan, el banco de ¨®rganos est¨¢ en quiebra t¨¦cnica¡­ Pero quien pueda pagarse un h¨ªgado, una c¨®rnea o una tr¨¢quea fresquitos, los encontrar¨¢ en la Fun.daci¨®n, entidad que se presenta esta noche en p¨²blico en la sala Cuarta Pared.

En Inmortales, dramatizaci¨®n del evento promocional de una sociedad m¨¦dica, Minke Wang, joven autor de origen chino (ganador del XI Premio de Relato Breve EL PA?S), y Javier G. Yag¨¹e, director de escena, invitan al p¨²blico a reflexionar sobre los todav¨ªa incipientes trasplantes sin donante, la ¨¦tica de los cultivos de ¨®rganos y el terreno creciente que la empresa privada est¨¢ conquistando a la sanidad p¨²blica.

Inmortales, que forma parte del proyecto Primeros d¨ªas de futuro, con el que el equipo de Cuarta Pared anda prospectando lo que la vida cotidiana nos deparar¨¢ pronto, es teatro de inmersi¨®n, sin escenario ni platea (empieza en taquilla y termina en la barra del bar): sigue el esquema habitual de las citas entre clientes potenciales y vendedores, poco importa si el producto ofertado son recipientes Tupperware, fondos de inversi¨®n, parcelas a pie de monte o humo de colores envasado. Tras una espera (hay pases cada veintitantos minutos), el cliente pasa a una salita donde se le ponen testimonios de gente feliz tras haber cerrado el acuerdo de donaci¨®n mutua con la Fun.daci¨®n, y de all¨ª a los laboratorios donde se cultivan ¨®rganos sin yo que pronto ser¨¢n de usted.

La interesante experiencia, todav¨ªa embrionaria (nunca mejor dicho), crecer¨ªa si alguna de las ideas vertidas en el folleto que el p¨²blico recibe a la salida se tradujeran esc¨¦nicamente, si apareciera un trasplantado a ofrecer su inquietante testimonio, si se diera un paso desde el falso documento al conflicto. La idea de los ¡°ni?os santo¡± y sus nodrizos, brillantemente formulada y resuelta por sus int¨¦rpretes, y su triste destino, pide un desarrollo ulterior, una coda o un ep¨ªlogo. Los cincuenta minutos que dura el pase, saben a poco y dejan la curiosidad en alto. Quiz¨¢ m¨¢s adelante, si la cirug¨ªa presupuestaria y el asalto a IVA armado no lo impiden, haya una versi¨®n prolongada de Inmortales.