¡°La sociedad est¨¢ resignada, indignada y confundida¡±
El economista emprende un proyecto pol¨ªtico con la monja benedictina Teresa Forcades
Arcadi Oliveres i Boadella (Barcelona, 1945) es economista y presidente de la organizaci¨®n Justicia i Pau. Siempre ha mirado la pol¨ªtica ¡°desde la barrera¡±, pero ahora emprende un proyecto con la monja benedictina Teresa Forcades. No le esperen ocupando un esca?o en el Parlament: ¡°Ya soy viejo¡±.
Pregunta. ?Cu¨¢l es el objetivo de su iniciativa?
Respuesta. Formar una plataforma o una coalici¨®n que permita tener una mayor¨ªa para decidir cuestiones de car¨¢cter constituyente en las pr¨®ximas elecciones al Parlament. Queremos impulsar procesos de transformaci¨®n social.
P. ?Qu¨¦ le une a Forcades?
R. Ambos somos de las personas, tambi¨¦n hay otras como Ada Colau, que m¨¢s se han movilizado por este pa¨ªs. La gente nos apoyaba, pero nos dec¨ªa que no hab¨ªa ninguna formaci¨®n que las practicara.
P. Qu¨¦ planteamientos pol¨ªticos tendr¨¢ la candidatura?
R. Hay dos ejes, el nacional y el social. El primero est¨¢ encarrilado con la Asamblea Nacional Catalana, por lo que potenciaremos m¨¢s el social.
P. ?Por qu¨¦ ahora?
R. La idea es hacer de catalizador entre todas las reivindicaciones que hay en marcha.
P. ?Es ut¨®pico intentar unificar todas las demandas en una plataforma?
R. La iniciativa tiene una dosis de utop¨ªa, pero ¨¦sta siempre ha servido a la humanidad para avanzar. No es un proyecto sencillo, pero tampoco pretendemos unificar sino coordinar los movimientos sociales.
P. ?C¨®mo ve a la sociedad?
R. Resignada, indignada e incluso confundida. En la manifestaci¨®n de la Diada hab¨ªa una mayor¨ªa aplastante de gritos, muchos a a favor de la independencia, pero otros eran de indignaci¨®n. Hay demasiada resignaci¨®n, porque con la situaci¨®n que vivimos deber¨ªa haber m¨¢s revueltas y actos de desobediencia civil.
P. ?Ve posible una gran coalici¨®n de izquierdas?
R. Es una de las cosas que nos gustar¨ªa conseguir, porque la izquierda siempre ha sufrido dispersi¨®n social y pol¨ªtica. No s¨¦ si podremos revertirla una tradici¨®n de 200 a?os.
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