Mu?oz: 52 condenas y 50 casos por ver
El exalcalde de Marbella ha vuelto a prisi¨®n tras ser culpado por blanqueo de capitales
Pasadas las nueve de la ma?ana del pasado martes, Juli¨¢n Mu?oz entr¨® sonriente y trajeado en la Ciudad de la Justicia de M¨¢laga para conocer la sentencia del caso Pantoja. Pocas horas despu¨¦s, sali¨® del edificio en un furg¨®n policial camino de la c¨¢rcel, con una ropa m¨¢s apropiada, que apresuradamente le compraron sus hijas. Nada m¨¢s conocer la condena de siete a?os de reclusi¨®n por blanqueo y cohecho, la fiscal¨ªa pidi¨® su inmediato ingreso en prisi¨®n y la sala accedi¨® al considerar que aumentaba el riesgo de fuga. Apenas pas¨® un d¨ªa en Alhaur¨ªn, el mi¨¦rcoles fue trasladado al penal de Soto del Real porque un d¨ªa despu¨¦s comenzaba en la Audiencia Nacional el juicio por el caso Saqueo 2, en el que se enfrenta a una petici¨®n fiscal de 13 a?os y medio de c¨¢rcel por desv¨ªo de dinero p¨²blico a trav¨¦s de las sociedades municipales y fraude a la Seguridad Social. En este juicio est¨¢ acusado tambi¨¦n Juan Antonio Roca, considerado el cerebro del caso Malaya,la mayor trama de corrupci¨®n municipal de Espa?a.
Al mismo tiempo que el jueves declaraba en esta vista en Madrid, en M¨¢laga trascendi¨® que la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n le pide otros 11 a?os de reclusi¨®n, igual que a Jos¨¦ Mar¨ªa del Nido, por el caso Fergocon (adjudicaci¨®n de obras sin procedimientos legales a una empresa de dos hermanos del actual presidente del Sevilla F. C.). Esa es la vor¨¢gine judicial en la que est¨¢ inmerso Mu?oz, casi 10 a?os despu¨¦s de que dejara la pol¨ªtica tras ser depuesto de la alcald¨ªa de Marbella por una moci¨®n de censura.
Quiz¨¢ no esperara que iba a ser ya. Aunque con su historial, Mu?oz sab¨ªa que era carne de c¨¢rcel. Durante el tiempo que permaneci¨® en el Ayuntamiento acumul¨® tal cantidad de corruptelas que produjeron un largo reguero judicial. En la ¨²ltima sentencia se cita la ¡°ingente¡± cantidad de prueba documental que permite ¡°la m¨¢s que razonable inferencia de la relaci¨®n consolidada en el tiempo del acusado Juli¨¢n Mu?oz Palomo, con actividades delictivas que podemos englobar bajo los t¨¦rminos corrupci¨®n pol¨ªtica, en sus diversas variantes: delitos urban¨ªsticos, contra la Administraci¨®n, cohecho, malversaci¨®n de caudales p¨²blicos y prevaricaci¨®n¡±.
El nombre de Mu?oz figura entre los imputados de 102 casos instruidos en los juzgados de Marbella, la mayor parte de ellos por delitos contra la ordenaci¨®n del territorio. Hasta ahora ha sido condenado en 52 sentencias firmes a penas de prisi¨®n, multa o inhabilitaci¨®n. Solo por delitos urban¨ªsticos, ¡ªconceder licencias de obras donde el planeamiento no permit¨ªa construir¡ª, suma 45 a?os de prisi¨®n, que son el resultado de 44 sentencias de un a?o cada una y otras dos de seis meses. Estas causas se acumularon en un pacto con la fiscal¨ªa. En virtud de este acuerdo, Mu?oz y los dem¨¢s concejales acusados se reconocieron culpables de estos procesos sin necesidad de celebrar juicio, a cambio de cumplir la pena mayor impuesta multiplicada por tres. Es decir, un total de tres a?os de prisi¨®n. Mu?oz cumpli¨® ya este c¨®mputo con los tres a?os y tres meses que permaneci¨® en la c¨¢rcel tras ser detenido el 17 de junio de 2006 en una de las fases de la operaci¨®n Malaya.
¡°Desmedido beneficio particular¡±
En el juicio por el caso Saqueo 2, Juli¨¢n Mu?oz vuelve a agarrarse al argumento de defensa que siempre han usado los concejales del Grupo Independiente Liberal (GIL): que eran meras marionetas del fundador del partido y alcalde entre 1991 y 2002, Jes¨²s Gil; que se limitaban a votar en plenos y comisiones, y a firmar cuentas en la sociedades municipales sin tener ni idea de los asuntos. Con cierta experiencia ya en enjuiciar la corrupci¨®n en Marbella, la Audiencia de M¨¢laga no obvia en su ¨²ltima sentencia que Gil constituy¨® el Ayuntamiento como "un holding particular", pero describe la actuaci¨®n nada inocente de Juli¨¢n Mu?oz, tanto de concejal como de alcalde. "Us¨® su cargo para servirse del mismo con un fin estrictamente privado. Buscando en muchos casos y de manera desmedida el beneficio econ¨®mico particular; en otros el trato de favor para sus amistades. Para tales fines utiliz¨® todos los mecanismos e instrumentos necesarios que estim¨® oportunos en su af¨¢n de no dejar rastro o huellas de sus quehaceres al margen de la m¨¢s elemental normativa. En algunas ocasiones, sin el m¨¢s m¨ªnimo recato en actuar ¨¦l directamente; en la mayor¨ªa de los casos, a trav¨¦s de terceras personas ¡ªtanto f¨ªsicas como jur¨ªdicas¡ª, a las que utilizaba como testaferros, a modo de parapeto, con el fin de ocultar que detr¨¢s de las actividades de las mismas estaba su persona".
Los ¨²ltimos meses los pas¨® en r¨¦gimen de tercer grado, concedido tras conseguir un contrato de trabajo como relaciones p¨²blicas en un restaurante marbell¨ª. Aquello se acab¨®, con sus bienes embargados y las cuentas vigiladas para que no cobre por asistencia a programas de televisi¨®n o la concesi¨®n de exclusivas, Juli¨¢n Mu?oz viv¨ªa ahora en un cortijo en Jimena de la Frontera junto a su actual pareja, una mujer 26 a?os m¨¢s joven que ¨¦l propietaria de una yeguada a cuyo cuidado dedicaba su tiempo entre juicios.
Hasta el pasado diciembre no se produjo la primera gran sentencia condenatoria por corrupci¨®n, la del caso Minutas, que le impuso siete a?os de prisi¨®n. La defensa de Mu?oz entiende que, en tanto se da firmeza a esta sentencia, que tambi¨¦n va a recurrir, debe prevalecer el derecho a la presunci¨®n de inocencia y permanecer en libertad.
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