Mover el tablero
No ha de extra?ar que a la par con el cabreo o la desolaci¨®n galopante cunda la desafecci¨®n pol¨ªtica de la ciudadan¨ªa
Hay que ser ceporro o reaccionario a pi?¨®n fijo para no ver que esta democracia est¨¢ hecha unos zorros, y adem¨¢s hiede. Desde la m¨¢s alta hasta la m¨¢s modesta de sus instituciones, estatales o auton¨®micas, est¨¢ sumida en un descr¨¦dito que se acent¨²a a medida que la crisis econ¨®mica se agrava y las expectativas de bonanza se reducen a la verborrea oficial que asegura un cambio perceptible de coyuntura mientras que el ¨²ltimo censo de desempleados nos sit¨²a al l¨ªmite de la emergencia. No ha de extra?ar que a la par con el cabreo o la desolaci¨®n galopante cunda la desafecci¨®n pol¨ªtica de la ciudadan¨ªa, o de su mayor parte. Recuperarla para la causa democr¨¢tica exigir¨¢ de los partidos ¡ªdecimos de los progresistas, obviamente¡ª algo m¨¢s que parches y discursos para salir del foso. Y por ah¨ª se apunta.
Esta semana, en el debate parlamentario habido en las Cortes Valencianas, la diputada de Comprom¨ªs, M¨°nica Oltra, postul¨® nada menos que instar al Congreso para emprender un proceso constituyente y alumbrar una nueva Constituci¨®n que restaure la justicia en ¡°materia social y territorial¡± y, en definitiva, que aproxime realmente el poder a la ciudadan¨ªa. O sea, que ¡°no vale mover ficha, sino mover el tablero¡±, como dijo la citada portavoz. Cont¨® con los votos de EU; el PSPV convino con el fondo, pero no con la forma ¡ªtan moderados ellos¡ª, y del PP, una dama pregunt¨® si acaso no ten¨ªamos democracia en este pa¨ªs. S¨ª, se?ora, pero por estos pagos ¡ªaunque no solo¡ª est¨¢ corrompida por los desvergonzados que han medrado a la sombra del erario y de la laxitud, cuando no de la complicidad, de los gobernantes populares, los suyos, opacos y a menudo tramposos a lo largo de m¨¢s de tres lustros.
Casi al tiempo, el secretario general de los socialistas, Ximo Puig, ha presentado un documento titulado Propuesta de reacci¨®n democr¨¢tica con el que, mediante 75 medidas regeneradoras, trata de sacudir la caspa y los vicios que han ido enmoheciendo la pol¨ªtica. Todas y cada una de las aludidas medidas se nos antojan pertinentes para el saneamiento de la vida p¨²blica y a buen seguro que, de haber estado vigentes, esta no hubiese degenerado tanto. Transparencia en todos los ¨®rdenes, supresi¨®n de funciones de los imputados y del aforamiento de los procesados por corrupci¨®n, supresi¨®n de sobresueldos y donaciones a los partidos, prolongar el plazo de prescripci¨®n de los delitos de corrupci¨®n e investigaci¨®n permanente de esta y, adem¨¢s de otras medidas, elecciones primarias para elegir al l¨ªder, como parece que ser¨¢ la norma del PSOE. En fin, un dispositivo pensado para disuadir a los arribistas tanto como para recuperar en lo posible la confianza y respeto del ciudadano.
Solo una puntualizaci¨®n. Del mentado documento y de lo aqu¨ª expuesto se desprende el plausible inter¨¦s del partido por disuadir las malas tentaciones y castigar el delito. Bien est¨¢, pero sin menoscabo de estas normas internas, lo procedente ser¨ªa potenciar la especializada Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n, dot¨¢ndola de recursos personales y materiales para que la ley se aplicase con prontitud y no ad calendas graecas, o sea, cuando no queda ni memoria del desm¨¢n. Con una instrucci¨®n diligente y eficaz de los asuntos es muy probable que no hubiesen florecido esc¨¢ndalos como G¨¹rtel, Brugal, Emarsa, Carlos Fabra, Cooperaci¨®n y etc¨¦tera, inmunes todos ellos al C¨®digo ?tico que propon¨ªa el PP. Sin justicia de calidad, no hay democracia que valga.
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