La Polic¨ªa Nacional desarticula una red con prost¨ªbulos en Bilbao y Vitoria
Once personas, la mayor¨ªa due?os de los locales, han sido detenidas en Espa?a Las mujeres eran captadas en Paraguay y contra¨ªan una deuda de 5.000 euros
La Polic¨ªa Nacional ha desarticulado una organizaci¨®n criminal que tra¨ªa a Espa?a a mujeres de Paraguay para explotarlas sexualmente en pisos y chal¨¦s ubicados en Pamplona, Santander, Bilbao y Vitoria, por los que rotaban mensualmente. En la operaci¨®n han sido rescatadas 17 mujeres y se ha detenido a 11 personas en Espa?a, la mayor¨ªa due?os de los locales donde se ejerc¨ªa la prostituci¨®n, y 12 en Paraguay, titulares y empleados de las agencias de viajes que formaban parte de la red.
Seg¨²n la Direcci¨®n General de la Polic¨ªa, la organizaci¨®n? lleg¨® a explotar a m¨¢s de cien mujeres paraguayas en los ¨²ltimos cuatro a?os. Las ganancias obtenidas por la organizaci¨®n se calculan en un mill¨®n de euros en el ¨²ltimo a?o, cifra que incluso se duplic¨® en a?os anteriores.
El inspector jefe de la Polic¨ªa Nacional Pedro Bernardo, uno de los responsables de la operaci¨®n, ha explicado que las mujeres eran captadas a trav¨¦s de dos agencias de viajes oficiales situadas en las localidades paraguayas de Caaguaz¨² y Ciudad del Este, donde les promet¨ªan trabajo como camareras en Espa?a. Algunas de las mujeres sab¨ªan que iban a ejercer la prostituci¨®n en Espa?a, aunque les dec¨ªan que solo tendr¨ªan que devolver el importe del billete cuando en realidad deb¨ªan afrontar el pago de una deuda de 5.000 euros, ha apuntado Bernardo.
Para garantizar el pago de la deuda, la organizaci¨®n criminal les ped¨ªa t¨ªtulos de propiedad como avales y, en caso de que no tuvieran propiedades, los titulares de las agencias de viajes que han sido investigadas visitaban los domicilios de los familiares de las mujeres de modo intimidatorio para reclamar la deuda.
Las v¨ªctimas eran j¨®venes madres de familia, con pocos recursos econ¨®micos y muy bajo nivel cultural, que ven¨ªan a Espa?a con la promesa de ganar un dinero f¨¢cil en poco tiempo, ha subrayado el inspector.
Las v¨ªctimas rotaban mensualmente por pisos y chal¨¦s y trabajaban siete d¨ªas a la semana
Las mujeres rotaban mensualmente por los pisos y chal¨¦s, trabajaban 24 horas al d¨ªa y siete d¨ªas a la semana y ten¨ªan un permiso de dos horas a la semana para hacer gestiones, en las que iban acompa?adas por la persona de confianza del local. Cuando terminaban de pagar la deuda, pod¨ªan seguir trabajando en el establecimiento repartiendo los beneficios al 50% con el due?o, pero tambi¨¦n abandonar la organizaci¨®n.
Miembros de la red recorr¨ªan los pisos y chal¨¦s semanalmente para recoger las ganancias y "corregir los comportamientos de las mujeres que se sal¨ªan de las normas" y sobre las que la organizaci¨®n manten¨ªa un estricto control, a?ade la polic¨ªa.
Las investigaciones apuntan a que la organizaci¨®n criminal blanqueaba el dinero a trav¨¦s de un entramado financiero formado por m¨¢s de quince sociedades articuladas en torno a dos sectores: el publicitario (con servicios de publicidad en autobuses y casas de citas) y la compraventa de veh¨ªculos (limusinas y otros coches de alta gama).
Los miembros de la organizaci¨®n acud¨ªan a las entidades bancarias con las v¨ªctimas, a las que obligaban a abrir cuentas desde las que enviaban dinero a Paraguay como parte de la deuda contra¨ªda con sus captores.
En registros en los prost¨ªbulos, domicilios particulares y las agencias de viaje en Paraguay se ha intervenido dinero en efectivo de la recaudaci¨®n semanal, que ascend¨ªa a unos 15.000 euros, y diversa documentaci¨®n que acreditaba el control que ten¨ªan sobre las mujeres.
Las primeras pesquisas comenzaron en agosto de 2011 a partir de declaraciones de mujeres de origen paraguayo que, acompa?adas de una ONG de ayuda a v¨ªctimas de trata de seres humanos, se pusieron en contacto con la polic¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.