La felicidad inesperada

Mark Oliver Everett acaba de cumplir 50 a?os y, contra pron¨®stico, parece un hombre feliz. Con todas las reservas aplicables en un caso de misantrop¨ªa como el suyo, claro. El caballero detr¨¢s de Eels nos ha sorprendido con un d¨¦cimo disco titulado Wonderful, glorious (Maravilloso, glorioso), aunque la escuet¨ªsima ilustraci¨®n de su portada esboza un avi¨®n que acaba de arrojar un racimo de bombas.

En realidad, el se?or E. no sigue lejos de donde le dejamos tras su enrabietado paso por el primer DCode, en junio de 2011: cohabitando con sus demonios interiores (como el grueso de los mortales) y exorciz¨¢ndolos a guitarrazo limpio y aullido pelado. As¨ª revienten las yemas de los dedos o pongamos en apuros al otorrinolaring¨®logo. La Riviera tambi¨¦n aull¨® anoche, repleta y euf¨®rica, asombrada por un sonido tan correcto como el de los mismos Eels en septiembre de 2010. Dios guarde muchos a?os a su t¨¦cnico de sonido.

Everett ha abandonado la barba de estilismo talib¨¢n, pero su aspecto presente (ch¨¢ndal negro de Adidas, barba tupida y gafas oscuras, igual que sus cuatro compinches) no garantiza un tr¨¢nsito tranquilo por los aeropuertos. Certifica, eso s¨ª, la predisposici¨®n del quinteto a sudar la camiseta. Mark olvida los ¨¦xitos, que en su caso no son tales, y se centra en un ¨¢lbum que, desde Bombs away y Kinda fuzzy, se evidencia rupestre, furibundo, garajero, soliviantado. Con una voz que no deja de ser de ogro ni cuando E. aminora la velocidad: On the ropes o In my dreams parecen baladas enso?adoras en manos del hombre del saco, como si detr¨¢s de las lentes negr¨ªsimas se escondiera el Tom Waits de Bone machine.

Peach blossom es un single pegadizo dentro de estos est¨¢ndares, pero el gran momento llega con The turnaround, t¨ªtulo oscuro y doliente como un cl¨¢sico de Led Zeppelin. La influencia de los ¨²ltimos a?os sesenta es una constante: las versiones reivindican a Peter Green (Oh well, tambi¨¦n revitalizada ¨²ltimamente por Jack White o Pearl Jam) o Small Faces (Itchycoo Park). Fresh feelings comparte el p¨¢lpito soul de Tracks of my tears. Y tanto el tema central de Wonderful, glorious como el primer y sorprendente bis, I'm your brave little soldier, hurgan en los ¨²ltimos Beatles. Everett acaba repartiendo abrazos y reverencias por doquier, como si, en efecto, hubiera encontrado su lugar en el mundo. La felicidad m¨¢s inesperada ¡ªenhorabuena¡ª en el planeta del rock.