Europa se retrata
Es una desfachatez que la Comisi¨®n se queje de que medidas para evitar que los bancos generen m¨¢s exclusi¨®n social chocan con lo que hizo firmar a Espa?a para salvarlos
La carta que al parecer ha escrito la Comisi¨®n Europea al ministro de Econom¨ªa interes¨¢ndose por el contenido del reciente decreto de la Junta de Andaluc¨ªa para evitar desahucios la deja claramente en evidencia.
Seg¨²n se ha podido saber, los dirigentes europeos est¨¢n preocupados porque las medidas que se propone llevar a cabo la Junta pueden suponer un ¡°riesgo¡± para las entidades financieras, qu¨¦ casualidad, justo ahora, seg¨²n dicen, que se est¨¢n haciendo esfuerzos para lograr la estabilidad de nuestro sistema financiero.
Digo que la carta retrata a la Comisi¨®n Europea porque refleja cu¨¢l es el orden de prioridades que gu¨ªa su toma de decisiones y por qui¨¦n se preocupa preferentemente cuando las cosas se ponen feas. ?Cu¨¢ntos millones de empleos se podr¨ªan haber salvado si la Comisi¨®n Europea hubiera tenido hace unos a?os, cuando los bancos amontonaban en sus balances billones de euros en basura financiera que les proporcionaba grandes beneficios a costa de un riesgo que lleg¨® a ser letal para el conjunto de la econom¨ªa, una preocupaci¨®n por la estabilidad financiera tan temprana y exigente como la que dice tener ahora?
Es efectivamente una pena que la Comisi¨®n Europea no hubiera actuado entonces con un celo semejante al que muestra frente al decreto de la Junta y que no hubiera supervisado al sistema bancario europeo para atajar el peligro que corr¨ªa el empleo y el conjunto de la econom¨ªa por culpa de la alegre irresponsabilidad de los mismos banqueros por cuya situaci¨®n y patrimonio s¨ª que mira ahora con diligencia.
La carta sobre los desahucios refleja las prioridades de Bruselas
Los l¨ªderes europeos se retratan con esta carta porque, al mostrar una sensibilidad tan distinta cuando se trata de salvar el patrimonio de los banqueros o la situaci¨®n de las personas normales y corrientes, deja muy claro para qui¨¦nes trabajan y qu¨¦ intereses defienden. Es muy significativo que salten enseguida cuando la protecci¨®n a las personas m¨¢s desfavorecidas quiz¨¢ pueda reducir en unos miles de euros las ganancias de los banqueros, y que, sin embargo, no tengan reserva alguna a la hora de recortar derechos y obligar a la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n a que se haga cargo sin rechistar de los billones que cuesta salvar a bancos que se arruinaron solo por culpa de la avaricia y mal gobierno de sus propietarios y directivos.
Es una franca desdicha que los l¨ªderes europeos no hicieran nada en su momento para salvaguardar la estabilidad financiera que ahora les preocupa y que para conseguirla solo se les ocurra defender a los banqueros, que son en realidad quienes la amenazan directamente con su deriva constante hacia la inversi¨®n especulativa.
La calamidad es que lo que preocupe a la Comisi¨®n no sea que tanta protecci¨®n como proporciona a los banqueros no haya sido efectiva para restaurar el flujo del cr¨¦dito y el empleo sino que solo sirva para que recuperen sus beneficios y su poder. Y es una verdadera l¨¢stima que la Comisi¨®n Europea se preocupe tanto por la estabilidad financiera y tan poco por la econ¨®mica y social que ponen en peligro los abusos bancarios, la especulaci¨®n, los recortes sociales, las docenas de miles de desahucios y la pobreza de millones de seres humanos, cada vez m¨¢s desprotegidos y desesperados. Si le preocupase tanto como el bienestar de los banqueros, no seguir¨ªa empe?ada en imponer la falsa austeridad que ha provocado una segunda recesi¨®n en Europa, el aumento del paro y los d¨¦ficit y m¨¢s malestar humano, y que hace que hasta los organismos m¨¢s conservadores del planeta la denuncien como in¨²til para salir de la crisis y hacer frente a la deuda.
Y es una desfachatez que la Comisi¨®n se queje de que medidas para evitar que los bancos generen m¨¢s exclusi¨®n social, leg¨ªtimas e incluso aprobadas en un parlamento sin ning¨²n voto en contra, chocan con lo que hizo firmar a Espa?a para salvarlos. En todo caso, somos los ciudadanos quienes hemos de quejarnos por un acuerdo que choca tan frontalmente contra la legalidad, la dignidad y la justicia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Decretos auton¨®micos
- MEyC
- Opini¨®n
- Comisi¨®n Europea
- Junta Andaluc¨ªa
- Legislaci¨®n auton¨®mica
- Desahucios
- Uni¨®n Europea
- Ministerios
- Bancos
- Andaluc¨ªa
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Vivienda
- Espa?a
- Organizaciones internacionales
- Problemas sociales
- Administraci¨®n Estado
- Relaciones exteriores
- Administraci¨®n p¨²blica
- Legislaci¨®n
- Urbanismo
- Banca
- Justicia
- Sociedad
- Finanzas
- Andaluc¨ªa domingo