Colaborativa: tecnolog¨ªa ciudadana

Como ocurre en todas las ciudades, el barrio cordob¨¦s de la Fuensanta, un ¨¢rea trabajadora muy azotada por la crisis, guarda ejemplos de solares abandonados o espacios desaprovechados. En uno de ellos, desde hace unos meses, existe un huerto que trabajan los vecinos. No es iniciativa del Ayuntamiento ni de ning¨²n impulso p¨²blico institucional. Es obra de los residentes. Con lo que s¨ª han contado es con la ayuda y las ganas de un colectivo muy especial. Un arquitecto y una ingeniera inform¨¢tica que act¨²an bajo el nombre de Colaborativa. Las hortalizas que all¨ª se recogen son, literalmente, los ¨²ltimos frutos de una labor de dinamizaci¨®n social que Javier Bur¨®n (C¨®rdoba, 1977) y Magda S¨¢nchez (C¨®rdoba, 1976) iniciaron hace cinco a?os ¡ªdos, como Colaborativa¡ª y que compagina las nuevas tecnolog¨ªas, el fomento de las redes sociales y la recuperaci¨®n de espacios urban¨ªsticos. Otros productos de su particular cosecha han sido la aplicaci¨®n para m¨®viles Localwiz, que plantea rutas tur¨ªsticas alternativas por la ciudad, y la plataforma de uso por Internet #disponibleEnC¨®rdoba, para encontrar solares vac¨ªos que recuperar y dar vida ciudadana.

Pero exactamente, ?qu¨¦ es Colaborativa? A Javier y a Magda les cuesta definirse. Les gusta referirse a s¨ª mismos como una empresa, pero con clara vocaci¨®n social. Una iniciativa que sigue la estela de experiencias asociativas anglosajonas que pueden encontrarse en Estados Unidos, Canad¨¢ o el Reino Unido. ¡°Son modelos muy eficientes que se marcan objetivos muy claros y usan muy bien las herramientas tecnol¨®gicas y de organizaci¨®n empresarial con fines que repercuten en el beneficio social¡±, resume Javier.

Los dos integrantes de Colaborativa est¨¢n convencidos de que la inform¨¢tica y la ingenier¨ªa pueden canalizar proyectos que mejoren la calidad de vida de comunidades enteras. Su pasi¨®n por los gadgets est¨¢ clara. Su estudio a¨²na la est¨¦tica Ikea con el puesto de mando de una nave de Star Trek. Una mesa de madera acoge cuatro potentes monitores de ordenador, dos de ellos dispuestos en brazos met¨¢licos que dan un aire de androide al conjunto. En uno de los extremos de la tabla, una impresora de 3D fabrica laboriosamente peque?as piezas redondas con sumo detalle. Todos los engranajes del aparato funcionan mientras se realiza la entrevista. Las piezas servir¨¢n de nexo de uni¨®n para construir una c¨²pula de cinco metros sustentada con ca?as para tomateras. ¡°Ven, te voy a ense?ar la maqueta¡±, dice Javier. A la entrada del estudio, en un pulcro y ordenado garaje que har¨ªa las delicias de cualquier amante del bricolaje, la c¨²pula a peque?a escala hecha con palillos como los que se usan para los pinchitos, se levanta sobre la mesa. ¡°Quiero demostrar que con muy poco dinero, se pueden hacer cosas as¨ª¡±, se?ala el arquitecto. Alguna utilidad social y urbana le dar¨¢.

Pero Colaborativa no es solo tecnolog¨ªa. En su faceta de dar vida a la ciudad y redescubrirla, los socios han puesto en marcha Los Paseos de Jane, que recupera la m¨¢xima de la urbanista Jane Jacobs, ¡°las ciudades son para pasearlas¡±. En homenaje al gran legado reflexivo acerca de la esencia y la naturaleza de las metr¨®polis, tras su muerte en 2007, sus amigos de Toronto empezaron a organizar unos paseos guiados por las zonas de la ciudad m¨¢s ligadas a la figura de la intelectual. Este homenaje se traslad¨® a otras ciudades. Y en 2012 lleg¨® a C¨®rdoba, con gran ¨¦xito, de la mano de Colaborativa y el colectivo de peatones A Pata. El fin de semana pasado, Javier y Magda, junto a m¨¢s de una veintena de colaboradores, organizaron la segunda edici¨®n.

Patear la ciudad es algo que conocen bien. Los dos son amantes de la arquitectura contempor¨¢nea. Y decir eso en un lugar como C¨®rdoba, donde el peso hist¨®rico y monumental es enorme, es decir, mucho. A Colaborativa le brillan los ojos cuando habla, por ejemplo, del barrio Parque Figueroa. ¡°Es un perfecto ejemplo de planificaci¨®n urban¨ªstica para viviendas de protecci¨®n oficial, una de las cotas m¨¢s altas de la arquitectura cordobesa¡±, destaca Javier Bur¨®n. Un ejemplo que, m¨¢s all¨¢ de los c¨ªrculos especializados de arquitectos, pocos en la ciudad valoran.

Figueroa es un lugar especial para ellos. All¨ª comenzaron a dise?ar sus primeras propuestas, antes de nacer formalmente como Colaborativa. Y all¨ª, con el tradicional sistema de prueba y error, se dieron cuenta de que ten¨ªan que salir del marco te¨®rico profesional y escuchar a los vecinos para desarrollar sus ideas. ¡°Llev¨¢bamos tiempo contactando con c¨ªrculos y colectivos preocupados por la vida en la ciudad, pero no con los propios vecinos¡±, explica S¨¢nchez. Cinco a?os despu¨¦s, nacer¨¢ el huerto de la Fuensanta. ¡°Esta vez lo hicimos al rev¨¦s. Primero nos reunimos con los vecinos, les preguntamos por sus intereses, descubrimos las carencias del barrio con ellos y pusimos en marcha el huerto¡±, contin¨²a la ingeniera. El espacio es autogestionado. Los vecinos dedican el tiempo que pueden a cosechar los productos. Incluso Javier y Magda, al menos, una tarde a la semana se acercan all¨ª. Y los frutos, se reparten entre todos.

Colaborativa sigue en marcha. En un caj¨®n del Ayuntamiento a¨²n duerme uno de sus proyectos m¨¢s queridos, habilitar la p¨¦rgola abandonada desde hace a?os en los jardines de la Victoria de C¨®rdoba para crear un espacio de trabajo colectivo para j¨®venes que quieran desarrollar iniciativas sociales y empresariales. Hace meses que no tienen noticias. Pero siguen adelante.