El m¨²sico que traduce su vida al piano

En la vida de Alfredo Rodr¨ªguez hay una antes y un despu¨¦s de Durango. Aquel d¨ªa, hace cuatro a?os, el joven pianista fue conducido a la sala de interrogatorios del aeropuerto de dicha ciudad fronteriza. Frente a ¨¦l, un grupo de rocosos agentes de inmigraci¨®n. ¡°Les dije que iba a cruzar la frontera de una manera u otra, que ten¨ªa una invitaci¨®n de Quincy Jones [c¨¦lebre productor musical estadounidense] y eso es algo que ocurre una vez en la vida, y as¨ª estuvimos no s¨¦ cuantas horas hasta que, por fin, se decidieron a dejarme machar; por pesado, supongo¡±. ¡°El mejor pianista del mundo¡±, seg¨²n Jones, act¨²a esta noche en Bogui Jazz

Con apenas 26 a?os a sus espaldas, Alfredo Rodr¨ªguez lleva recorrido un largo trecho desde su Habana natal. ¡°La m¨²sica, la llevo en la sangre¡±, reconoce el pianista. ¡°Mi padre era un cantante muy famoso en la isla con su propio programa de TV, sin embargo todo lo que yo quer¨ªa era tocar el piano, y estaba dispuesto a sacrificarme hasta donde hiciera falta para conseguirlo¡±.

La existencia del precoz y sacrificado concertista discurr¨ªa por derroteros previsibles hasta que un disco se cruz¨® en su camino: ¡°fue una coincidencia¡±, recuerda Rodr¨ªguez. ¡°Mi t¨ªo se mudaba de casa y se encontr¨® con un CD que alguien se hab¨ªa dejado. Como sab¨ªa que yo tocaba el piano, me llam¨®: ¡°oye, Alfredo, aqu¨ª hay un disco que a lo mejor te interesa¡±. Era el Concierto de Colonia, de Keith Jarrett. ¡°Aquel disco me cambi¨® la perspectiva de la m¨²sica. Por vez primera o¨ªa a un int¨¦rprete siendo ¨¦l mismo, alguien que expresaba sus propias ideas y no las de otros, y eso era algo que yo no pod¨ªa hacer. Yo interpretaba a otras personas llamadas Strauss o Beethoven¡±.

En 2006, el pianista fue invitado a interpretar uno de sus arreglos ante Quincy Jones, con ocasi¨®n de su participaci¨®n en el Festival de Jazz de Montreux; aquel fue el inicio de una larga amistad: ¡°con tanto talento que hay por el mundo, tuvo que fijarse en m¨ª¡­ Me siento muy orgulloso de todas esas cosas que anda diciendo de m¨ª. Quincy es una fuente de conocimiento. La lecci¨®n m¨¢s interesante me la dio el mismo d¨ªa de conocernos: ¡°S¨¦ t¨² y no te mientas nunca¡±, me dijo. ¡°Si sigues tus instintos vas a llegar muy lejos¡±.

De Quincy Jones a Wayne Shorter. El jazzista cubano, que este oto?o estrenar¨¢ su Concierto para Orquesta Sinf¨®nica y Piano en el Festival de Jazz de Barcelona, debut¨® en los Estados Unidos como telonero del saxofonista. La influencia del susodicho, notable aficionado a los temas de ciencia ficci¨®n, como el propio Rodr¨ªguez, se deja ver en el concepto que anima al, por ahora, ¨²nico disco grabado por el cubano como l¨ªder. Su t¨ªtulo: Sounds of space (Sonidos del espacio). ¡°De 5 a?os para ac¨¢ he comenzado a darme cuenta de que mi m¨²sica no viene de la m¨²sica, sino que es una manera que tengo de expresar mi existencia como ser pensante, el movimiento, la filosof¨ªa, la ciencia, la astron¨¢utica¡­ ese es el verdadero alimento de mi m¨²sica, los sonidos que me rodean, los que escuchaba en mi infancia¡­ mi labor consiste en transformar esos sonidos que soy yo mismo en m¨²sica a trav¨¦s del piano¡±.

En su primera visita a nuestra ciudad, Rodr¨ªguez estar¨¢ acompa?ado por sus antiguos compa?eros de estudios, Reiner Elizarde, El Negr¨®n, al contrabajo; Michael Olivera, a la bater¨ªa; y Ariel Bringues, al saxo, los tres vecinos de la villa y Corte: ¡°cuando viajo a Europa, siempre me re¨²no con ellos¡±, subraya. El cuarteto de expatriados alternar¨¢ los temas de Sound of space con una selecci¨®n de composiciones extra¨ªdas del segundo disco del pianista, pr¨®ximo a ver la luz. Tampoco faltar¨¢ la sorprendente e irreconocible versi¨®n que el pianista ha escrito de la Guantanamera de Jose¨ªto Fern¨¢ndez. ¡°Es que la que yo toco es la guantanamera que conozco¡±, aclara. ¡°La que Jose¨ªto conoci¨® era otra¡±.

Alfredo Rodr¨ªguez act¨²a hoy en el Bogui Jazz (c/ Barquillo, 29), en doble sesi¨®n (22.30 y 23.30 h). 10 euros.